¡Ay, Dios mío, qué historia! Resulta que este lunes, alguien intentó meterle mano a La Reforma con una pasta de dientes que olía raro, muy raro. Según nos cuentan desde el Ministerio de Justicia, parece que andaba mezclada con... bueno, ya saben, cositas turbias. ¡Imagínate la sorpresa de los oficiales!
La vaina pasó durante un operativo tremendo que le dieron entre la Policía Penitenciaria y los Guardacostas. No iban jugando, estaban buscando cualquier churre que estuviera prohibido dentro del centro penitenciario Jorge Arturo Montero Castro. Dicen que ya van varios operativos así, tratando de ponerle candado a todo lo ilegal que entra.
Pues claro, al pobre tipo lo agarraron con la pasta sospechosa y lo dejaron detenido, a disposición de la Fiscalía. Esperemos que ahora sí le caiga toda la ley encima, porque eso de tratar de pasar drogas por la manga no es joda. Además, tampoco es precisamente nuevo el tema de contrabandos en prisiones; siempre hay alguien tratando de hacer sus negocios turbios.
Pero la cosa no terminó ahí, mae. Parece que otros cuatro funcionarios del centro también cayeron redonditos. ¿Y qué tenían? Pues unos cables USB, esos que usamos para conectar el celu a la computadora. ¡Imagínate qué podían estar haciendo con eso adentro! A ellos también los detuvieron, y ahora están sudando la camiseta esperando ver qué pasa con ellos en la Fiscalía de Alajuela.
"Las personas aprehendidas con estos ilícitos fueron trasladadas a la Fiscalía", nos comentaron desde Justicia. "Entre ellas, cuatro funcionarios del centro penitenciario a quienes se les encontraron dispositivos electrónicos prohibidos". ¡Vaya tela! Uno piensa que la gente que trabaja allá debería estar cuidando la seguridad, no facilitando el contrabando.
Y ojo, que esto no es algo reciente. Desde mayo del año pasado, ¡han llevado 62 funcionarios ante las autoridades! Policías penitenciarios, administrativos… ¡de todo! Claramente hay un problema serio con la integridad de algunas personas que trabajan en el sistema penitenciario. Esto te hace pensar, ¿cómo demonios han podido entrar tantos artículos prohibidos?
Para que se hagan una idea, decomisaron un arsenal de cosas ilegales: siete armas blancas, cuatro celulares, más de 22 gramos de cocaína, casi 20 de marihuana, un poco de crack, unas pastillas raras, hasta licor había. Y ni hablar de los cables USB, los chips para celú, la pasta de dientes “especial” y herramientas para quién sabe qué macanas. ¡Una verdadera tienda de chunches ilegales!
En fin, una situación bastante preocupante. Este caso nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo podemos fortalecer los controles y la vigilancia en las cárceles para evitar que estas situaciones se repitan y proteger realmente la seguridad de todos? ¿Será suficiente con los operativos sorpresa o necesitamos medidas más drásticas para limpiar la corrupción en el sistema penitenciario?
La vaina pasó durante un operativo tremendo que le dieron entre la Policía Penitenciaria y los Guardacostas. No iban jugando, estaban buscando cualquier churre que estuviera prohibido dentro del centro penitenciario Jorge Arturo Montero Castro. Dicen que ya van varios operativos así, tratando de ponerle candado a todo lo ilegal que entra.
Pues claro, al pobre tipo lo agarraron con la pasta sospechosa y lo dejaron detenido, a disposición de la Fiscalía. Esperemos que ahora sí le caiga toda la ley encima, porque eso de tratar de pasar drogas por la manga no es joda. Además, tampoco es precisamente nuevo el tema de contrabandos en prisiones; siempre hay alguien tratando de hacer sus negocios turbios.
Pero la cosa no terminó ahí, mae. Parece que otros cuatro funcionarios del centro también cayeron redonditos. ¿Y qué tenían? Pues unos cables USB, esos que usamos para conectar el celu a la computadora. ¡Imagínate qué podían estar haciendo con eso adentro! A ellos también los detuvieron, y ahora están sudando la camiseta esperando ver qué pasa con ellos en la Fiscalía de Alajuela.
"Las personas aprehendidas con estos ilícitos fueron trasladadas a la Fiscalía", nos comentaron desde Justicia. "Entre ellas, cuatro funcionarios del centro penitenciario a quienes se les encontraron dispositivos electrónicos prohibidos". ¡Vaya tela! Uno piensa que la gente que trabaja allá debería estar cuidando la seguridad, no facilitando el contrabando.
Y ojo, que esto no es algo reciente. Desde mayo del año pasado, ¡han llevado 62 funcionarios ante las autoridades! Policías penitenciarios, administrativos… ¡de todo! Claramente hay un problema serio con la integridad de algunas personas que trabajan en el sistema penitenciario. Esto te hace pensar, ¿cómo demonios han podido entrar tantos artículos prohibidos?
Para que se hagan una idea, decomisaron un arsenal de cosas ilegales: siete armas blancas, cuatro celulares, más de 22 gramos de cocaína, casi 20 de marihuana, un poco de crack, unas pastillas raras, hasta licor había. Y ni hablar de los cables USB, los chips para celú, la pasta de dientes “especial” y herramientas para quién sabe qué macanas. ¡Una verdadera tienda de chunches ilegales!
En fin, una situación bastante preocupante. Este caso nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo podemos fortalecer los controles y la vigilancia en las cárceles para evitar que estas situaciones se repitan y proteger realmente la seguridad de todos? ¿Será suficiente con los operativos sorpresa o necesitamos medidas más drásticas para limpiar la corrupción en el sistema penitenciario?
