¡Ay, Dios mío! Aquí estamos otra vez hablando de lo mismo: esos combustibles fósiles que nos tienen agarrados de las golas y nos están afectando la salud, literalmente, desde que somos bombones en la panza de nuestra madre. Un estudio nuevo, bien completo, sacó a relucir que el daño va mucho más allá de la tos crónica y el asma; parece que nos están echando a perder la vida completa, diay.
La Alianza Mundial para el Clima y la Salud (GCHA), esos sí que le meten empeño a las cosas, hicieron una investigación que te deja helao. Le pusieronle título largo pero bueno, 'De la cuna a la tumba: el costo sanitario de los combustibles fósiles y la necesidad imperiosa de una transición justa', pa' que sepan qué onda. Recopilaron pruebas, escucharon historias de gente que sufrió las consecuencias, y analizaron cada etapa del proceso: desde sacar el petróleo del suelo hasta quemarlo en nuestros carros y fábricas. ¡Una torta!
Lo que encontraron no dio risa, ni madres. Resulta que la contaminación de estos combustibles afecta nuestra salud en cada etapa de la vida. Shweta Narayan, la autora principal, lo dijo claro: “Los combustibles fósiles son un ataque directo a la salud…”. Abortos espontáneos, leucemia en los nenes, problemas respiratorios, cáncer, hasta ataques de nervios y depresión, todo esto relacionado con quemar carbón y gasolina. ¡Se imaginan eso?!
Y lo peor es que este daño no desaparece, chunches. Se queda pegado en el aire, en el agua, en nuestros cuerpos, como un reguetón pesado que no te sale de la cabeza. Dicen que las comunidades más pobres, esas que siempre la llevan más dura, son las primeras en sufrir las consecuencias. ¡Qué sal!
Christiana Figueres, esa que sabe un montón de temas climáticos, soltó la bomba: “La era de los combustibles fósiles ha envenenado nuestro aire, ha deteriorado nuestra salud y ha fracturado nuestra dignidad.” Y es verdad, brete. Mientras seguimos subsidioando estas industrias con millones de dólares, nosotros respiramos aire contaminado y enfermamos. ¡Qué cargaza!
Según el estudio, el mundo está gastando unos siete billones de dólares en subsidiar los combustibles fósiles. Siete billones, diay. Eso es más que el Producto Interno Bruto de muchos países juntos. Imaginen cuántas escuelas, hospitales y parques podríamos construir con esa plata si la usáramos para energías limpias. ¡Sería una chiva!
Ahora, algunos dirán que cambiar toda la infraestructura lleva tiempo y cuesta un ojo de la cara. Pero la doctora Jemilah Mahmood, de Malasia, nos puso las cosas claras: “La inacción se mide en vidas”. No podemos seguir postergando el problema porque el precio que vamos a pagar es demasiado alto. Necesitamos que el gobierno, las empresas y todos nosotros tomemos cartas en el asunto y apostemos por un futuro más limpio y saludable. Tenemos que dejar de jalarse una torta y empezar a trabajar en soluciones reales.
Así que ahí lo tienen, mi gente. Un estudio contundente que nos demuestra que quemar combustibles fósiles nos está costando caro, muy caro. Y la pregunta que tengo para ustedes, mis queridos lectores del Foro de Costa Rica, es esta: ¿Estamos realmente dispuestos a sacrificar nuestra salud y la de las futuras generaciones por mantenernos atados a estas energías sucias? ¿Qué medidas concretas cree usted que debería tomar el gobierno para acelerar la transición hacia un modelo energético más sostenible?
La Alianza Mundial para el Clima y la Salud (GCHA), esos sí que le meten empeño a las cosas, hicieron una investigación que te deja helao. Le pusieronle título largo pero bueno, 'De la cuna a la tumba: el costo sanitario de los combustibles fósiles y la necesidad imperiosa de una transición justa', pa' que sepan qué onda. Recopilaron pruebas, escucharon historias de gente que sufrió las consecuencias, y analizaron cada etapa del proceso: desde sacar el petróleo del suelo hasta quemarlo en nuestros carros y fábricas. ¡Una torta!
Lo que encontraron no dio risa, ni madres. Resulta que la contaminación de estos combustibles afecta nuestra salud en cada etapa de la vida. Shweta Narayan, la autora principal, lo dijo claro: “Los combustibles fósiles son un ataque directo a la salud…”. Abortos espontáneos, leucemia en los nenes, problemas respiratorios, cáncer, hasta ataques de nervios y depresión, todo esto relacionado con quemar carbón y gasolina. ¡Se imaginan eso?!
Y lo peor es que este daño no desaparece, chunches. Se queda pegado en el aire, en el agua, en nuestros cuerpos, como un reguetón pesado que no te sale de la cabeza. Dicen que las comunidades más pobres, esas que siempre la llevan más dura, son las primeras en sufrir las consecuencias. ¡Qué sal!
Christiana Figueres, esa que sabe un montón de temas climáticos, soltó la bomba: “La era de los combustibles fósiles ha envenenado nuestro aire, ha deteriorado nuestra salud y ha fracturado nuestra dignidad.” Y es verdad, brete. Mientras seguimos subsidioando estas industrias con millones de dólares, nosotros respiramos aire contaminado y enfermamos. ¡Qué cargaza!
Según el estudio, el mundo está gastando unos siete billones de dólares en subsidiar los combustibles fósiles. Siete billones, diay. Eso es más que el Producto Interno Bruto de muchos países juntos. Imaginen cuántas escuelas, hospitales y parques podríamos construir con esa plata si la usáramos para energías limpias. ¡Sería una chiva!
Ahora, algunos dirán que cambiar toda la infraestructura lleva tiempo y cuesta un ojo de la cara. Pero la doctora Jemilah Mahmood, de Malasia, nos puso las cosas claras: “La inacción se mide en vidas”. No podemos seguir postergando el problema porque el precio que vamos a pagar es demasiado alto. Necesitamos que el gobierno, las empresas y todos nosotros tomemos cartas en el asunto y apostemos por un futuro más limpio y saludable. Tenemos que dejar de jalarse una torta y empezar a trabajar en soluciones reales.
Así que ahí lo tienen, mi gente. Un estudio contundente que nos demuestra que quemar combustibles fósiles nos está costando caro, muy caro. Y la pregunta que tengo para ustedes, mis queridos lectores del Foro de Costa Rica, es esta: ¿Estamos realmente dispuestos a sacrificar nuestra salud y la de las futuras generaciones por mantenernos atados a estas energías sucias? ¿Qué medidas concretas cree usted que debería tomar el gobierno para acelerar la transición hacia un modelo energético más sostenible?
