¡Ay, Dios mío, esto se pone bueno! Resulta que Roger Rivera, el representante de los sindicatos en la Junta Directiva de la CCSS, le metió el dedo en el ojo a la presidenta ejecutiva, Mónica Taylor, pidiendo unas explicaciones sobre su viaje a Malasia. La movida era ver si todo eso del viaje había sido legal, claro. Pero, ¡sorpresa!, la Junta le dio un portazo, diciendo que no querían más detalles. Uno se queda pensando, ¿qué estarán escondiendo?
Para refrescarles la memoria a los que andan distraídos, Rivera quería que la Dirección Jurídica clarificara si el trámite que hizo Taylor, enviándole el pedidor a la Presidencia de la República en lugar de a la propia Junta, estaba dentro de la ley. Juri Navarro, el que representa a los patronos, se lavó las manos, diciendo que no sabía si el procedimiento fue correcto. 'Mejor tener el criterio legal', comentó, como quien no quiere la cosa. Se nota que ahí hay bronca y no la están tragando.
Antes de este escándalo, la Dirección Jurídica ya había dado un criterio sobre los viáticos que usó Taylor durante el viaje, pero Rivera insistió en que no conocían si el proceso entero había sido limpio. 'Ese tema no se toca', sentenció el sindicalista, dejando caer que algo turbio anda pasando. Claramente, no estaban cómodos con la idea de que se les investigara a fondo. Este brete se veía venir desde lejos, diay.
Vianey Hernández, siempre fiel a Taylor, del sector solidarista, se opuso rotundamente a pedir ese criterio legal. Incluso salió a defender a Rodrigo Chaves, argumentando que él mismo había autorizado el viaje. 'No sé qué es lo que quieren', exclamó, visiblemente molesta por la insistencia de Rivera. Parece que la fidelidad tiene precio, o que saben algo que nosotros no sabemos.
Por otro lado, Edgar Villalobos, el indicado por la Presidencia, y Martín Robles, del sector cooperativista, dijeron que el tema ya había sido suficiente mente discutido y que no hacía falta ahondar en aspectos legales. Ese 'ya fue suficiente' suena sospechoso, ¿no creen? Parece que estaban buscando tapar las cosas rápido, antes de que se armara la gorda.
Gilberth Alfaro, el director jurídico de la CCSS, aclaró que la Dirección nunca les habían preguntado si el viaje era legal, sino únicamente si el proceso de los viáticos estaba bien. 'Son cosas diferentes, se parecen, pero son diferentes', explicó, intentando restarle importancia a la movida. Pero Hernández no quedó satisfecha con esa respuesta, y el ambiente se puso tenso. Uno siente que hay mucho más detrás de esas palabras.
En un momento dado, Villalobos pidió un receso para hablar del asunto fuera de cámaras, aunque el tema no había sido declarado confidencial. ¿Por qué tanta prisa por encerrarse a negociar? ¿Están tratando de llegar a un acuerdo para proteger a alguien? Esto huele a chamaco, como dicen por acá. El silencio cómplice siempre levanta sospechas, y en este caso, son muchas las preguntas sin respuesta. La Junta parecía estar jugando a esconder algo importante del público.
Finalmente, la moción de Rivera cayó por tierra. Necesitaban cuatro votos a favor para incluirla en el orden del día y solo consiguieron cuatro: Giancarlo Bonilla, Róger Rivera, Jacqueline Castillo y Juri Navarro. Contra votaron Villalobos, González, Hernández y Robles. Pero, ¡aguante! Como Robles es el vicepresidente y Taylor se tuvo que inhibir, su voto valió doble, inclinando la balanza en contra de la transparencia. Ahora, díganme ustedes, ¿creen que la CCSS está haciendo todo posible para esclarecer este viaje o simplemente están intentando encubrir algo? ¿Debería la Fiscalía investigar a fondo este caso?
Para refrescarles la memoria a los que andan distraídos, Rivera quería que la Dirección Jurídica clarificara si el trámite que hizo Taylor, enviándole el pedidor a la Presidencia de la República en lugar de a la propia Junta, estaba dentro de la ley. Juri Navarro, el que representa a los patronos, se lavó las manos, diciendo que no sabía si el procedimiento fue correcto. 'Mejor tener el criterio legal', comentó, como quien no quiere la cosa. Se nota que ahí hay bronca y no la están tragando.
Antes de este escándalo, la Dirección Jurídica ya había dado un criterio sobre los viáticos que usó Taylor durante el viaje, pero Rivera insistió en que no conocían si el proceso entero había sido limpio. 'Ese tema no se toca', sentenció el sindicalista, dejando caer que algo turbio anda pasando. Claramente, no estaban cómodos con la idea de que se les investigara a fondo. Este brete se veía venir desde lejos, diay.
Vianey Hernández, siempre fiel a Taylor, del sector solidarista, se opuso rotundamente a pedir ese criterio legal. Incluso salió a defender a Rodrigo Chaves, argumentando que él mismo había autorizado el viaje. 'No sé qué es lo que quieren', exclamó, visiblemente molesta por la insistencia de Rivera. Parece que la fidelidad tiene precio, o que saben algo que nosotros no sabemos.
Por otro lado, Edgar Villalobos, el indicado por la Presidencia, y Martín Robles, del sector cooperativista, dijeron que el tema ya había sido suficiente mente discutido y que no hacía falta ahondar en aspectos legales. Ese 'ya fue suficiente' suena sospechoso, ¿no creen? Parece que estaban buscando tapar las cosas rápido, antes de que se armara la gorda.
Gilberth Alfaro, el director jurídico de la CCSS, aclaró que la Dirección nunca les habían preguntado si el viaje era legal, sino únicamente si el proceso de los viáticos estaba bien. 'Son cosas diferentes, se parecen, pero son diferentes', explicó, intentando restarle importancia a la movida. Pero Hernández no quedó satisfecha con esa respuesta, y el ambiente se puso tenso. Uno siente que hay mucho más detrás de esas palabras.
En un momento dado, Villalobos pidió un receso para hablar del asunto fuera de cámaras, aunque el tema no había sido declarado confidencial. ¿Por qué tanta prisa por encerrarse a negociar? ¿Están tratando de llegar a un acuerdo para proteger a alguien? Esto huele a chamaco, como dicen por acá. El silencio cómplice siempre levanta sospechas, y en este caso, son muchas las preguntas sin respuesta. La Junta parecía estar jugando a esconder algo importante del público.
Finalmente, la moción de Rivera cayó por tierra. Necesitaban cuatro votos a favor para incluirla en el orden del día y solo consiguieron cuatro: Giancarlo Bonilla, Róger Rivera, Jacqueline Castillo y Juri Navarro. Contra votaron Villalobos, González, Hernández y Robles. Pero, ¡aguante! Como Robles es el vicepresidente y Taylor se tuvo que inhibir, su voto valió doble, inclinando la balanza en contra de la transparencia. Ahora, díganme ustedes, ¿creen que la CCSS está haciendo todo posible para esclarecer este viaje o simplemente están intentando encubrir algo? ¿Debería la Fiscalía investigar a fondo este caso?
