¡Ay, Dios mío! Resulta que la bichota del narcotráfico llegó hasta bien fondito acá en Costa Rica, y ni hablar, involucrando a nuestros propios vecinos. Dos lancheros de Osa, esos mismos que nos llevan a ver las ballenas y a pescar, aparecen metidos en el caso Guarumal, una organización que trae droga desde Colombia directo a nuestras costas, específicamente al famoso Triángulo de Osa. Uno se queda pensando cómo llegaron a tanto lío…
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), con la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico pisándole los talones, allanó 11 propiedades este martes y agarró a estos dos nacionales junto con seis colombianos, unos señores de apellido Bedoya y Sinesterra, que parece ser que eran los cabecillas de toda la operación. ¡Imagínate la movida! Los que andaban dando las órdenes y nosotros aquí, creyéndonos tranquilos.
Rándal Zúñiga, el director del OIJ, salió a explicarle a la gente que estos lancheros “también” ofrecen paseos, pero claro, parece que tenían otro brete, más lucrativo aunque peligroso. Dice que no puede confirmar si son touroperadores formales, pero sí asegura que se dedican a servicios náuticos. Uno se pregunta qué clase de paseos ofrecían realmente… si incluían entrega de paquetes sospechosos, ¿eh?
Y hablando de sospechoso, el Triángulo de Osa, esa área paradisíaca llena de manglares y ríos, se ha convertido en el lugar predilecto de los traficantes para descargar sus cargamentos ilícitos. Parece que conocen muy bien la geografía y aprovechan esas zonas escondidas para operar a gusto. ¡Qué pena que estas bellezas naturales sean usadas para fines tan turbios!
Las autoridades no se andan con rodeos: ya han documentado unas siete toneladas de droga incautadas en los últimos tres años gracias a este caso. Tenemos once personas tras las rejas y aún buscan a otras ocho, entre ellas a estos dos lancheros y los colombianos. ¡Una verdadera limpieza! Esperemos que esto le sirva de ejemplo a otros que anden pensando en meterse en estas cosas.
Pero lo que más me impactó es que esta banda no solo traía la droga, sino que además estaba construyendo las propias embarcaciones aquí mismo, en territorio costarricense. ¡Imagínate el nivel de organización! Están haciendo hasta el chunche aquí, sin importarles meterse con nuestra seguridad. Una muestra más de que el problema es más profundo de lo que pensábamos.
Dicen que esta organización mantenía un perfil bajo, buscando no llamar la atención. Pero bueno, al final, la policia los descubrió, y ahora están pagando por sus fechorías. Se nota que estaban bien organizados, teniendo su propia infraestructura para construir las lanchas y transportar la mercancía ilegal. Eso demuestra que tienen recursos económicos significativos y contactos peligrosos.
Con todo esto, no puedo evitar preguntarme: ¿Cómo podemos proteger mejor nuestras costas y comunidades del flagelo del narcotráfico? ¿Es suficiente con los operativos policiales o necesitamos medidas más drásticas, como fortalecer la inteligencia y combatir la corrupción en todos los niveles? Dígame, ¿qué cree usted que deberíamos hacer para acabar con esta plaga que amenaza la tranquilidad de nuestro país?
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), con la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico pisándole los talones, allanó 11 propiedades este martes y agarró a estos dos nacionales junto con seis colombianos, unos señores de apellido Bedoya y Sinesterra, que parece ser que eran los cabecillas de toda la operación. ¡Imagínate la movida! Los que andaban dando las órdenes y nosotros aquí, creyéndonos tranquilos.
Rándal Zúñiga, el director del OIJ, salió a explicarle a la gente que estos lancheros “también” ofrecen paseos, pero claro, parece que tenían otro brete, más lucrativo aunque peligroso. Dice que no puede confirmar si son touroperadores formales, pero sí asegura que se dedican a servicios náuticos. Uno se pregunta qué clase de paseos ofrecían realmente… si incluían entrega de paquetes sospechosos, ¿eh?
Y hablando de sospechoso, el Triángulo de Osa, esa área paradisíaca llena de manglares y ríos, se ha convertido en el lugar predilecto de los traficantes para descargar sus cargamentos ilícitos. Parece que conocen muy bien la geografía y aprovechan esas zonas escondidas para operar a gusto. ¡Qué pena que estas bellezas naturales sean usadas para fines tan turbios!
Las autoridades no se andan con rodeos: ya han documentado unas siete toneladas de droga incautadas en los últimos tres años gracias a este caso. Tenemos once personas tras las rejas y aún buscan a otras ocho, entre ellas a estos dos lancheros y los colombianos. ¡Una verdadera limpieza! Esperemos que esto le sirva de ejemplo a otros que anden pensando en meterse en estas cosas.
Pero lo que más me impactó es que esta banda no solo traía la droga, sino que además estaba construyendo las propias embarcaciones aquí mismo, en territorio costarricense. ¡Imagínate el nivel de organización! Están haciendo hasta el chunche aquí, sin importarles meterse con nuestra seguridad. Una muestra más de que el problema es más profundo de lo que pensábamos.
Dicen que esta organización mantenía un perfil bajo, buscando no llamar la atención. Pero bueno, al final, la policia los descubrió, y ahora están pagando por sus fechorías. Se nota que estaban bien organizados, teniendo su propia infraestructura para construir las lanchas y transportar la mercancía ilegal. Eso demuestra que tienen recursos económicos significativos y contactos peligrosos.
Con todo esto, no puedo evitar preguntarme: ¿Cómo podemos proteger mejor nuestras costas y comunidades del flagelo del narcotráfico? ¿Es suficiente con los operativos policiales o necesitamos medidas más drásticas, como fortalecer la inteligencia y combatir la corrupción en todos los niveles? Dígame, ¿qué cree usted que deberíamos hacer para acabar con esta plaga que amenaza la tranquilidad de nuestro país?