¡Ay, Dios mío! Parece que algunos mae andan pensando que las leyes se escriben con grafito en la pared. El Ministerio de Salud le ha puesto lupa a la venta de pólvora, y si te pillan metiendo mano negra, prepárate porque te va a caer la casa encima. Ya saben, la temporada navideña siempre saca lo peor de algunos… ¡y ahora toca pagar!
La cosa es clara: si piensas vender pólvora acá en Costa Rica sin los papeles en regla, olvídate. El decreto ejecutivo 32852-S es la ley, y no hay excepciones. Tanto si quieres hacer un espectáculo pirotécnico que ilumine el cielo como si simplemente quieres vender unos chinchorritos para el 24, necesitas la autorización sanitaria. Y eso implica seguir TODAS las reglas al pie de la letra.
¿Y cuáles son esas reglas, se preguntarán? Pues, imaginen que van a abrir un restaurante, pero en lugar de comida, vendes explosivos. Necesitas un local que esté en buenas condiciones, espacio suficiente para guardar toda esa chimenea sin que se prenda fuego accidentalmente, extintores listos para usarlos, la pólvora bien etiquetada y, lo más importante, mantener a los chamacos lejos de cualquier peligro. ¡Porfaa! Que nadie se lastime ni pierda un dedo, ni mucho menos.
Ahora, el Ministerio de Salud no anda jugando con estas cosas. Están revisando cada rincón, cada etiqueta, cada galón de pólvora que se venda. Le han echado lupa a todo: desde la distancia del negocio hasta cómo guardan esos chuches que hacen ¡boom! Y si encuentran algo raro, como falta de extintores o etiquetas ilegibles, ¡zas!, te cierran el negocio rapidísimo. No tienen piedad, y bueno, así debería ser.
Recuerdo aquel año que en Hatillo hubo un incendio terrible por culpa de pólvora mal guardada... ¡qué torta! Varias casas se fueron al traste y la gente quedó traumada. Por eso es tan importante tomarse en serio estas regulaciones. No es solo por las multas, sino por la seguridad de todos nosotros y de nuestros hijos.
Y hablando de seguridad, el Ministerio también le está echando ojo a la venta a menores. ¡Eso es un no, no, no rotundo! Si te agarran vendiendo pólvora a algún chamaco, prepárate para recibir una multa salada y probablemente pasar tiempo detrás de las rejas. No juegues con la vida de nadie, ¡por favor! En mi barrio, hasta los perros se asustan con los petardos...
Además, el Ministerio hace un llamado a todos los consumidores: compren pólvora solo en lugares autorizados y recuerden que el bromear con fuego es muy peligroso. Busquen los sellos de aprobación, asegúrense de que tengan todos los permisos en regla. Y, por supuesto, eviten darle pólvora a los niños. Hay formas más divertidas de celebrar la Navidad, como armar un pastel de tres chocolates o cantar villancicos. ¡Qué tuanis sería eso, eh?
Así que ya saben, mae. ¡No se confíen! Cumplan las normas, sean responsables y disfruten de la temporada navideña sin poner en riesgo la seguridad de nadie. Ahora me pregunto: ¿Creen que las autoridades deberían endurecer aún más las penas para quienes venden pólvora ilegal, o las sanciones actuales son suficientes considerando el daño potencial que puede causar este tipo de actividad?
La cosa es clara: si piensas vender pólvora acá en Costa Rica sin los papeles en regla, olvídate. El decreto ejecutivo 32852-S es la ley, y no hay excepciones. Tanto si quieres hacer un espectáculo pirotécnico que ilumine el cielo como si simplemente quieres vender unos chinchorritos para el 24, necesitas la autorización sanitaria. Y eso implica seguir TODAS las reglas al pie de la letra.
¿Y cuáles son esas reglas, se preguntarán? Pues, imaginen que van a abrir un restaurante, pero en lugar de comida, vendes explosivos. Necesitas un local que esté en buenas condiciones, espacio suficiente para guardar toda esa chimenea sin que se prenda fuego accidentalmente, extintores listos para usarlos, la pólvora bien etiquetada y, lo más importante, mantener a los chamacos lejos de cualquier peligro. ¡Porfaa! Que nadie se lastime ni pierda un dedo, ni mucho menos.
Ahora, el Ministerio de Salud no anda jugando con estas cosas. Están revisando cada rincón, cada etiqueta, cada galón de pólvora que se venda. Le han echado lupa a todo: desde la distancia del negocio hasta cómo guardan esos chuches que hacen ¡boom! Y si encuentran algo raro, como falta de extintores o etiquetas ilegibles, ¡zas!, te cierran el negocio rapidísimo. No tienen piedad, y bueno, así debería ser.
Recuerdo aquel año que en Hatillo hubo un incendio terrible por culpa de pólvora mal guardada... ¡qué torta! Varias casas se fueron al traste y la gente quedó traumada. Por eso es tan importante tomarse en serio estas regulaciones. No es solo por las multas, sino por la seguridad de todos nosotros y de nuestros hijos.
Y hablando de seguridad, el Ministerio también le está echando ojo a la venta a menores. ¡Eso es un no, no, no rotundo! Si te agarran vendiendo pólvora a algún chamaco, prepárate para recibir una multa salada y probablemente pasar tiempo detrás de las rejas. No juegues con la vida de nadie, ¡por favor! En mi barrio, hasta los perros se asustan con los petardos...
Además, el Ministerio hace un llamado a todos los consumidores: compren pólvora solo en lugares autorizados y recuerden que el bromear con fuego es muy peligroso. Busquen los sellos de aprobación, asegúrense de que tengan todos los permisos en regla. Y, por supuesto, eviten darle pólvora a los niños. Hay formas más divertidas de celebrar la Navidad, como armar un pastel de tres chocolates o cantar villancicos. ¡Qué tuanis sería eso, eh?
Así que ya saben, mae. ¡No se confíen! Cumplan las normas, sean responsables y disfruten de la temporada navideña sin poner en riesgo la seguridad de nadie. Ahora me pregunto: ¿Creen que las autoridades deberían endurecer aún más las penas para quienes venden pólvora ilegal, o las sanciones actuales son suficientes considerando el daño potencial que puede causar este tipo de actividad?
