Muy bien Cesar, ya dejaste de insultar vamos avanzando..[/quote]
No mi amigo porque no se apega a la realidad de un grupo, el otro grupo se apega perfectamente, puede usted aceptar esto?[/quote]
No vamos avanzando -- mejor dicho, usted no ha avanzaodo -- porque no se atreve a responder la pregunta:
¿Cómo es posible que la Tierra apareciera primero, luego la luz, luego el Sol, la Luna, y las estrellas? Porque en ese orden lo pone el Génesis.
Y con respecto a ese último párrafo, igual de perdido está. En la Comunidad Científica hay discusión y se rechazan propuestas o hipótesis por una sencilla razón: control. No se acepta, como el las religiones, lo que una persona o un determinado grupo de personas propongan simplemente porque suene bonito.
Y agregando a eso, los que realmente no se apegan a la realidad, son los grupos que precisamente se basan en la Biblia. Mire en montón de denominaciones que existen, y no están de acuerdo en las cosas... Aún peor, existen aquellos que creen que el Universo tiene millones de años y aquellos que creen que sólo tiene como 10,000.
Entonces, ¿quiénes se apegan "perfectamente" a la realidad del grupo? Con tantas denominaciones y diferencias en la interpretación de la Biblia, yo sé quienes no.
¡Saludos!
P.D.: Ah, de nuevo, por favor:
¿Cómo se apega a la realidad el que la Tierra haya aparecido primero, luego la luz, y luego el Sol, la Luna, y las estrellas?[/quote]
A la pregunta que haces BILL ya respondió.
Ahora te expongo otra tesis con el enfoque propio de la ciencia.:
1) La ciencia – y también la razón filosófica – comienzan a pensar desde un mundo empírico fáctico y se encamina a conocer su suficiencia para ser real, tal como se presenta (la expectativa de la ciencia y de la razón sería, de principio, que el sistema real que vemos fuera auto-suficiente). 2) El problema de la ciencia/razón es precisamente que es enigmático cómo entender esta suficiencia: atribuirla al puro mundo sin Dios (ateísmo) o a un Dios que se entiende como realidad transcendente al universo (teísmo). 3) Tanto si atribuyéramos la suficiencia al universo o a Dios, en ambos casos, deberíamos atribuirle eo ipso la necesidad.
En otras palabras, la necesidad es algo que debemos postular, bien del universo, bien de Dios, según a quien atribuyéramos la suficiencia de la realidad. Pero ni en un caso ni en otro podemos entender por qué su “ontología” lo hace “necesario”. Volviendo a la pregunta del texto anterior, no podemos saber por qué el universo existe o más bien no existe, ni por qué Dios existe o más bien no existe. Lo único que puede hacer la razón, y la ciencia, es tratar de conocer dónde se funda la suficiencia del universo que de hecho existe y nos contiene y, eo ipso, atribuirle la necesidad.