Maes, no sé si ya vieron la vara que pasó esta tarde allá por Aguas Zarcas de San Carlos, pero la cosa estuvo peluda. Un señor, por razones que todavía no están claras, terminó en el fondo de una quebrada. ¡Qué susto se tuvo que haber pegado ese pobre hombre! Diay, uno se imagina el despiche: el golpe, el agua, el no poder salir... fijo se le vino el mundo encima en ese momento. Es el tipo de situación que uno solo ve en las noticias y piensa "¡qué sal!", pero le puede pasar a cualquiera que se descuide un segundo en el lugar equivocado. Una verdadera torta que, por dicha, tuvo un desenlace diferente gracias a los que sí saben.
Y aquí es donde la historia da un giro tuanis. Apenas se dio el reporte, se activó la gente del Benemérito Cuerpo de Bomberos. Y no estamos hablando de que solo llegó la unidad de siempre. ¡Qué va! La vara era tan complicada que mandaron a la Estación de Aguas Zarcas, a los especialistas de Rescate en Cavernas y Montañas y, para rematar, a personal de G-USAR. Para los que no están muy enterados, los maes de G-USAR son la élite, los que mandan a terremotos y edificios colapsados. Verlos en una escena así te dice que el brete no era para nada un juego de niños. ¡Qué nivel de respuesta!
Francamente, hay que quitarse el sombrero. Bajar a una quebrada, estabilizar a una persona herida y sacarla de ahí en una camilla es una operación de una precisión increíble. No es solo fuerza, es técnica pura. Es saber de nudos, de anclajes, de física, de primeros auxilios... un montón de varas que la mayoría de nosotros ni se imagina. Por eso cuando uno lee que movilizaron a tanto personal especializado, entiende la dimensión del asunto. Esos maes son unos cargas, punto. No hay otra forma de decirlo. Convierten un caos potencial en un procedimiento controlado, y eso, en medio de la adrenalina, es admirable.
Además, este tipo de noticias nos pega un estatequieto necesario. San Carlos es chivísima, con una naturaleza increíble, pero esa misma belleza tiene su filo. Las quebradas, los ríos y las montañas de Tiquicia son espectaculares, pero no perdonan un error. Uno va caminando, todo es pura vida, el sonido del agua, los chunches de la montaña... pero un resbalón, una piedra floja o una cabeza de agua y el paseo se va al traste en un parpadeo. Lo que le pasó a este señor es un recordatorio de que hay que andarse con cuidado, siempre. Tuvo la mala suerte de caer, pero la enorme suerte de que en este país tenemos gente tan preparada para atender estas emergencias.
Al final del día, lo más importante es que el operativo fue un éxito y el señor fue trasladado a un centro médico. La noticia pudo ser una tragedia, pero gracias al profesionalismo y la valentía de estos bomberos, se quedó en un susto gigante y una demostración más de por qué son una de las instituciones más respetadas del país. Un aplauso de pie para esta gente, de verdad. El brete que se mandan es de otro mundo y merecen todo nuestro reconocimiento. Ojalá el señor se recupere pronto y sin broncas.
Maes, cambiando un toque de tema pero aprovechando el impulso... ¿Alguno de ustedes ha tenido que llamar a los Bomberos o a la Cruz Roja para una emergencia así, medio peluda? ¿O conocen a alguien que bretee en eso? ¡Cuenten sus historias, sería tuanis leerlas!
Y aquí es donde la historia da un giro tuanis. Apenas se dio el reporte, se activó la gente del Benemérito Cuerpo de Bomberos. Y no estamos hablando de que solo llegó la unidad de siempre. ¡Qué va! La vara era tan complicada que mandaron a la Estación de Aguas Zarcas, a los especialistas de Rescate en Cavernas y Montañas y, para rematar, a personal de G-USAR. Para los que no están muy enterados, los maes de G-USAR son la élite, los que mandan a terremotos y edificios colapsados. Verlos en una escena así te dice que el brete no era para nada un juego de niños. ¡Qué nivel de respuesta!
Francamente, hay que quitarse el sombrero. Bajar a una quebrada, estabilizar a una persona herida y sacarla de ahí en una camilla es una operación de una precisión increíble. No es solo fuerza, es técnica pura. Es saber de nudos, de anclajes, de física, de primeros auxilios... un montón de varas que la mayoría de nosotros ni se imagina. Por eso cuando uno lee que movilizaron a tanto personal especializado, entiende la dimensión del asunto. Esos maes son unos cargas, punto. No hay otra forma de decirlo. Convierten un caos potencial en un procedimiento controlado, y eso, en medio de la adrenalina, es admirable.
Además, este tipo de noticias nos pega un estatequieto necesario. San Carlos es chivísima, con una naturaleza increíble, pero esa misma belleza tiene su filo. Las quebradas, los ríos y las montañas de Tiquicia son espectaculares, pero no perdonan un error. Uno va caminando, todo es pura vida, el sonido del agua, los chunches de la montaña... pero un resbalón, una piedra floja o una cabeza de agua y el paseo se va al traste en un parpadeo. Lo que le pasó a este señor es un recordatorio de que hay que andarse con cuidado, siempre. Tuvo la mala suerte de caer, pero la enorme suerte de que en este país tenemos gente tan preparada para atender estas emergencias.
Al final del día, lo más importante es que el operativo fue un éxito y el señor fue trasladado a un centro médico. La noticia pudo ser una tragedia, pero gracias al profesionalismo y la valentía de estos bomberos, se quedó en un susto gigante y una demostración más de por qué son una de las instituciones más respetadas del país. Un aplauso de pie para esta gente, de verdad. El brete que se mandan es de otro mundo y merecen todo nuestro reconocimiento. Ojalá el señor se recupere pronto y sin broncas.
Maes, cambiando un toque de tema pero aprovechando el impulso... ¿Alguno de ustedes ha tenido que llamar a los Bomberos o a la Cruz Roja para una emergencia así, medio peluda? ¿O conocen a alguien que bretee en eso? ¡Cuenten sus historias, sería tuanis leerlas!