¡Aguante, mae! Después de un buen rato de movida y papeleo, parece que finalmente se le ha quitado el brete a Reinaldo Picado Miranda, el campesino nicaragüense que andaba metido en el ojo del huracán desde hace un par de años. El Ministerio de Relaciones Exteriores anunció que se levantaron las medidas cautelares que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tenía pendientes contra Costa Rica en el caso MC-330-24, lo cual abre camino definitivo para su integración plena al país.
Pa’ quien no esté enterado, la historia de Picado es un tanto complicada. Él participó en esas protestas que hubo en Nicaragua en 2018 contra el gobierno de Ortega y Murillo – ¡uff, qué tiempos! – y luego llegó a Costa Rica buscando refugio. Pero las cosas no fueron fáciles porque Nicaragua insistía en pedirlo de vuelta pa' echarle encima unos cargos, ahí sí que complicado. Ahí fue cuando el caso escaló hasta la CIDH, quienes establecieron una orden de protección para evitar que lo regresaran a Nicaragua si corría peligro.
Durante este tiempo, Picado vivió situaciones bien tensas, con detenciones y procesos de extradición. Pero el Tribunal Administrativo Migratorio le dio una mano maestra: le otorgó la condición de persona refugiada, lo que prácticamente frenó la posibilidad de que lo mandaran de vuelta al vecino país. Esa fue la clave pa’ que las cosas cambiaran, diay. Esto demuestra que, aunque a veces las cosas se ponen difíciles, siempre hay esperanza.
Y hablando de esperanza, la CIDH acaba de confirmar que todo va sobre los rieles. En su resolución de levantamiento, la CIDH resaltó que el Estado costarricense hizo un esfuerzo notable para cumplir con las recomendaciones que les habían hecho. Le dieron puntos extra por el trabajo conjunto entre varias instituciones, especialmente por la actuación del Tribunal Migratorio que le dio el refugio a Picado, evitando así que lo extradieran. ¡Un alivio pa’l mae!
Además, la CIDH destacó otros puntos importantes: la liberación definitiva de Picado el pasado 23 de mayo, y la entrega de su cédula de identidad. “La CIDH informó que, en la actualidad, el beneficiario se encuentra en libertad y con reconocimiento de su condición migratoria, verificando que las medidas cautelares cumplieron su finalidad protectiva”, declaró la Cancillería. Este es un ejemplo de cómo Costa Rica cumple con sus compromisos internacionales, ¡qué orgullo tico!
La verdad es que este caso pone de relieve la importancia de respetar los derechos humanos y buscar soluciones pacíficas ante conflictos. Recordemos que las protestas de 2018 en Nicaragua fueron bastante violentas y dejaron muchas víctimas. Buscar refugio en otro país nunca es fácil, y más aún cuando tu propio país te reclama. Es bueno ver que Costa Rica, fiel a su tradición, abrió las puertas a alguien que necesitaba protección.
Este acontecimiento es un claro mensaje de que Costa Rica atiende de manera diligente y efectiva las determinaciones de los órganos internacionales de protección, consolidando así nuestra tradición democrática y de respeto al Estado de Derecho, como bien señaló la Casa Amarilla. Demuestra que somos un país comprometido con los valores universales y que no flaqueamos frente a las presiones externas. ¡Eso nos hace sentir orgullosos de ser ticos, diay!
Ahora que Reinaldo Picado está libre y con todas las garantías legales, nos queda preguntarnos: ¿cree usted que Costa Rica debería seguir siendo un refugio seguro para aquellos que huyen de la persecución política en otros países latinoamericanos, incluso si eso implica tensiones diplomáticas con esos gobiernos?
Pa’ quien no esté enterado, la historia de Picado es un tanto complicada. Él participó en esas protestas que hubo en Nicaragua en 2018 contra el gobierno de Ortega y Murillo – ¡uff, qué tiempos! – y luego llegó a Costa Rica buscando refugio. Pero las cosas no fueron fáciles porque Nicaragua insistía en pedirlo de vuelta pa' echarle encima unos cargos, ahí sí que complicado. Ahí fue cuando el caso escaló hasta la CIDH, quienes establecieron una orden de protección para evitar que lo regresaran a Nicaragua si corría peligro.
Durante este tiempo, Picado vivió situaciones bien tensas, con detenciones y procesos de extradición. Pero el Tribunal Administrativo Migratorio le dio una mano maestra: le otorgó la condición de persona refugiada, lo que prácticamente frenó la posibilidad de que lo mandaran de vuelta al vecino país. Esa fue la clave pa’ que las cosas cambiaran, diay. Esto demuestra que, aunque a veces las cosas se ponen difíciles, siempre hay esperanza.
Y hablando de esperanza, la CIDH acaba de confirmar que todo va sobre los rieles. En su resolución de levantamiento, la CIDH resaltó que el Estado costarricense hizo un esfuerzo notable para cumplir con las recomendaciones que les habían hecho. Le dieron puntos extra por el trabajo conjunto entre varias instituciones, especialmente por la actuación del Tribunal Migratorio que le dio el refugio a Picado, evitando así que lo extradieran. ¡Un alivio pa’l mae!
Además, la CIDH destacó otros puntos importantes: la liberación definitiva de Picado el pasado 23 de mayo, y la entrega de su cédula de identidad. “La CIDH informó que, en la actualidad, el beneficiario se encuentra en libertad y con reconocimiento de su condición migratoria, verificando que las medidas cautelares cumplieron su finalidad protectiva”, declaró la Cancillería. Este es un ejemplo de cómo Costa Rica cumple con sus compromisos internacionales, ¡qué orgullo tico!
La verdad es que este caso pone de relieve la importancia de respetar los derechos humanos y buscar soluciones pacíficas ante conflictos. Recordemos que las protestas de 2018 en Nicaragua fueron bastante violentas y dejaron muchas víctimas. Buscar refugio en otro país nunca es fácil, y más aún cuando tu propio país te reclama. Es bueno ver que Costa Rica, fiel a su tradición, abrió las puertas a alguien que necesitaba protección.
Este acontecimiento es un claro mensaje de que Costa Rica atiende de manera diligente y efectiva las determinaciones de los órganos internacionales de protección, consolidando así nuestra tradición democrática y de respeto al Estado de Derecho, como bien señaló la Casa Amarilla. Demuestra que somos un país comprometido con los valores universales y que no flaqueamos frente a las presiones externas. ¡Eso nos hace sentir orgullosos de ser ticos, diay!
Ahora que Reinaldo Picado está libre y con todas las garantías legales, nos queda preguntarnos: ¿cree usted que Costa Rica debería seguir siendo un refugio seguro para aquellos que huyen de la persecución política en otros países latinoamericanos, incluso si eso implica tensiones diplomáticas con esos gobiernos?