¡Ay, Dios mío! Se armó un escándalo tremendo en Sarapiquí. Resulta que la policía judicial anda tras unos vándalos que andaban robando carros y metiendo miedo a la gente, y ya agarraron a uno, pero el cabecilla, ese sí que es listo, sigue suelto. Esto ha dejado a toda la comunidad bien preocupada, dicen que andaba haciendo daño por todos lados.
Según nos cuentan, este grupo estaba especializado en entrar a romper en las casas de la gente, sacándole hasta las alfombras, y encima se robaban los carros, especialmente esos modelos importados que tienen buen precio. Parece que tenían todo planeado, sabían qué buscar y dónde esconderlo. Las investigaciones apuntan a que ya llevan tiempo operando en la zona, echando pestes a varios barrios de Sarapiquí, San Carlos y Río Cuarto. ¡Una pena!
El operativo que llevó al arresto del primer sospechoso, un tipo identificado como Ruiz, de 32 años, se realizó la mañana de este miércoles en La Victoria de Sarapiquí. El muchacho venía huyendo desde hace unos días, después de que los judiciales hicieran varios allanamientos buscando pruebas y tratando de desmantelar la banda por completo. Parece que se les escapó por poco, porque estaban bien organizados.
Las autoridades no se andan con rodeos: dicen que estos tipos eran unos profesionales del robo. Ingresaban a las casas aprovechándose de que la gente no estaba, y no solamente se llevaban cosas valiosas, sino que también abusaban de las personas, las amordazaban y amenazaban para llevarse todo lo que podían. ¡Eso sí que es poca madre! Espero que al final los agarren a todos para que paguen por sus fechorías.
Y hablando de carros, parece que encontraron al menos diez vehículos que habían sido robados en las últimas semanas, escondidos en un centro de venta de carros usados y en algunas casas abandonadas entre Guápiles y Guácimo. Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, explicó que estos casos habían ganado mucha notoriedad porque estaban ocurriendo muy rápido, casi como si fuera una “rachita” de robos. "Ha sido una seguidilla, vamos", dijo el señor, explicando que en pocas semanas habían acumulado muchos reportes de robos.
Lo que más preocupa ahora es que el cabecilla, un jovencito llamado Sánchez, de apenas 23 años, todavía está libre. Según las investigaciones, él era quien daba las órdenes y elegía las casas a atracar. Buscaban lugares con valores importantes, esperando el momento oportuno para llegar y llevarse todo, incluyendo los vehículos que luego vendían o usaban para otros delitos. La policía pide a la población que, si saben algo, lo denuncie inmediatamente. Cualquier pista puede ayudar a capturarlo.
Durante los allanamientos, los judiciales lograron decomisar varias herramientas que podrían haber sido utilizadas para cometer los robos, además de algunos teléfonos celulares. Dicen que esos celulares pueden tener información clave que los ayude a identificar a los cómplices y a descubrir dónde están escondiendo el dinero que ganaron con estos actos ilegales. El director del OIJ hizo un llamado a la ciudadanía: “Si alguien tiene información, por mínima que sea, que llame al 800-8000645 o al WhatsApp 8800-0645. Necesitamos su ayuda para atrapar a estos delincuentes”.
Con todo esto, la pregunta que me hago es: ¿Hasta cuándo tendremos que vivir con miedo a que nos rompan en casa y nos quiten todo? ¿Debería el gobierno invertir más recursos en seguridad para proteger a los ciudadanos o creen que el problema radica en otro lado? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
Según nos cuentan, este grupo estaba especializado en entrar a romper en las casas de la gente, sacándole hasta las alfombras, y encima se robaban los carros, especialmente esos modelos importados que tienen buen precio. Parece que tenían todo planeado, sabían qué buscar y dónde esconderlo. Las investigaciones apuntan a que ya llevan tiempo operando en la zona, echando pestes a varios barrios de Sarapiquí, San Carlos y Río Cuarto. ¡Una pena!
El operativo que llevó al arresto del primer sospechoso, un tipo identificado como Ruiz, de 32 años, se realizó la mañana de este miércoles en La Victoria de Sarapiquí. El muchacho venía huyendo desde hace unos días, después de que los judiciales hicieran varios allanamientos buscando pruebas y tratando de desmantelar la banda por completo. Parece que se les escapó por poco, porque estaban bien organizados.
Las autoridades no se andan con rodeos: dicen que estos tipos eran unos profesionales del robo. Ingresaban a las casas aprovechándose de que la gente no estaba, y no solamente se llevaban cosas valiosas, sino que también abusaban de las personas, las amordazaban y amenazaban para llevarse todo lo que podían. ¡Eso sí que es poca madre! Espero que al final los agarren a todos para que paguen por sus fechorías.
Y hablando de carros, parece que encontraron al menos diez vehículos que habían sido robados en las últimas semanas, escondidos en un centro de venta de carros usados y en algunas casas abandonadas entre Guápiles y Guácimo. Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, explicó que estos casos habían ganado mucha notoriedad porque estaban ocurriendo muy rápido, casi como si fuera una “rachita” de robos. "Ha sido una seguidilla, vamos", dijo el señor, explicando que en pocas semanas habían acumulado muchos reportes de robos.
Lo que más preocupa ahora es que el cabecilla, un jovencito llamado Sánchez, de apenas 23 años, todavía está libre. Según las investigaciones, él era quien daba las órdenes y elegía las casas a atracar. Buscaban lugares con valores importantes, esperando el momento oportuno para llegar y llevarse todo, incluyendo los vehículos que luego vendían o usaban para otros delitos. La policía pide a la población que, si saben algo, lo denuncie inmediatamente. Cualquier pista puede ayudar a capturarlo.
Durante los allanamientos, los judiciales lograron decomisar varias herramientas que podrían haber sido utilizadas para cometer los robos, además de algunos teléfonos celulares. Dicen que esos celulares pueden tener información clave que los ayude a identificar a los cómplices y a descubrir dónde están escondiendo el dinero que ganaron con estos actos ilegales. El director del OIJ hizo un llamado a la ciudadanía: “Si alguien tiene información, por mínima que sea, que llame al 800-8000645 o al WhatsApp 8800-0645. Necesitamos su ayuda para atrapar a estos delincuentes”.
Con todo esto, la pregunta que me hago es: ¿Hasta cuándo tendremos que vivir con miedo a que nos rompan en casa y nos quiten todo? ¿Debería el gobierno invertir más recursos en seguridad para proteger a los ciudadanos o creen que el problema radica en otro lado? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
