¡Pues díganle adiós a los penales y a esos viajes pa' Limón donde sentías que te morías de hartura! Después de años y años de promesas rotas, la ampliación de la Ruta 32 finalmente abrió sus 104 kilómetros a cuatro carriles este lunes. El MOPT nos soltó la novedad, diciendo que ahora podemos transitar tranquilos con dos carriles por sentido y unas barreras que nos protegen – aunque todavía queda bastante por pulir, claro está.
Para ponerles en contexto, esto va desde Río Frío, allá arriba en Sarapiquí, hasta llegar al corazón de Limón. Imaginen el alivio de los señores que van a visitar a sus familiares o llevan productos frescos al Caribe. El gerente de la Unidad Ejecutora, Don Ronny Sánchez, nos explica que estas ventanas para cruces y desvíos – esas cositas que parecen un respiro en medio del camino– son clave para poder hacer unos girs en U sin tener que parar el mundo entero. Un buen detalle, vamos.
Pero ojo, que no todo es miel sobre hojuelas. Todavía hay siete zonas de convergencia, que son esos puntos donde los carriles se juntan, donde hay que prestarle raja extra a la conducción. Ahí es donde la paciencia se pone a prueba y tienes que estar más atento que gato maullando. Y ni hablar de los trabajos que siguen en marcha, porque aparentemente les queda instalar cordones de caño, drenajes, e incluso unas barandas de concreto tipo New Jersey. ¡Uf, qué brete!
Según el MOPT, “ponemos en operación una carretera funcional y segura”. Suena bien, pero no olvidemos que tenemos que seguir circulando con cuidado, respetando los límites de velocidad y toda la señalización que hayan puesto. Lo de la atención especial en los puntos de convergencia es crucial, porque ahí se pueden pegar unos sustos si no estás alerta. Un recordatorio importante para todos los que decidimos tomar la ruta.
Y hablando de recordatorios, el ministro Efraim Zeledón, allá a principios de mes, prometió que tendríamos esto listo para finales de año. Y vaya que cumplió, aunque sea a medias. Parece que la presión pública funcionó, porque sino, quién sabe cuándo hubieran terminado. El caso es que ya podemos respirar un poco más tranquilos en el tráfico, al menos por ahora. Que no nos confunda la calma, porque sabemos cómo cambia esto en pitillín de Navidad.
Esta Ruta 32 ha sido una verdadera novela, un culebrón que parece no tener fin. Han pasado por acá cuatro administraciones diferentes, cada una con sus propias promesas y plazos. Empezó todo en 2013, con Laura Chinchilla, y desde entonces hemos visto como postergaban la fecha de entrega hasta el infinito. Luis Guillermo Solís inició la ampliación en 2017, pensando que para 2020 todo estaría listo. Pero ¡qué va! Después vinieron Carlos Alvarado y ahora el Gobierno actual, todos intentando echar pa’lante este proyecto que parecía maldito.
Hemos tenido más fechas de entrega que cumpleaños. Febrero de 2023, marzo de 2024, junio de 2024, diciembre de 2024... ¡ufff! Ya perdí la cuenta. Parece que cada vez que se acercaba la fecha, aparecía algún imprevisto y tenían que posponerlo otra vez. Entre tanto, nosotros seguimos sufriendo en la carretera, perdiendo tiempo valioso y poniéndonos nerviosos. ¡Una torta!, la verdad. Menos mal que ahora, aunque esté lejos de ser perfecta, la ruta es transitable.
Ahora sí, amigos, cuéntenme: ¿Cuál creen ustedes que será la siguiente fecha de entrega oficial para dejar esta Ruta 32 totalmente terminada? ¿Les sorprende que, después de tantos años, todavía queden trabajos pendientes? ¿Creen que el MOPT realmente logrará cumplir las promesas que quedan por delante, o seguiremos viendo retrasos?
Para ponerles en contexto, esto va desde Río Frío, allá arriba en Sarapiquí, hasta llegar al corazón de Limón. Imaginen el alivio de los señores que van a visitar a sus familiares o llevan productos frescos al Caribe. El gerente de la Unidad Ejecutora, Don Ronny Sánchez, nos explica que estas ventanas para cruces y desvíos – esas cositas que parecen un respiro en medio del camino– son clave para poder hacer unos girs en U sin tener que parar el mundo entero. Un buen detalle, vamos.
Pero ojo, que no todo es miel sobre hojuelas. Todavía hay siete zonas de convergencia, que son esos puntos donde los carriles se juntan, donde hay que prestarle raja extra a la conducción. Ahí es donde la paciencia se pone a prueba y tienes que estar más atento que gato maullando. Y ni hablar de los trabajos que siguen en marcha, porque aparentemente les queda instalar cordones de caño, drenajes, e incluso unas barandas de concreto tipo New Jersey. ¡Uf, qué brete!
Según el MOPT, “ponemos en operación una carretera funcional y segura”. Suena bien, pero no olvidemos que tenemos que seguir circulando con cuidado, respetando los límites de velocidad y toda la señalización que hayan puesto. Lo de la atención especial en los puntos de convergencia es crucial, porque ahí se pueden pegar unos sustos si no estás alerta. Un recordatorio importante para todos los que decidimos tomar la ruta.
Y hablando de recordatorios, el ministro Efraim Zeledón, allá a principios de mes, prometió que tendríamos esto listo para finales de año. Y vaya que cumplió, aunque sea a medias. Parece que la presión pública funcionó, porque sino, quién sabe cuándo hubieran terminado. El caso es que ya podemos respirar un poco más tranquilos en el tráfico, al menos por ahora. Que no nos confunda la calma, porque sabemos cómo cambia esto en pitillín de Navidad.
Esta Ruta 32 ha sido una verdadera novela, un culebrón que parece no tener fin. Han pasado por acá cuatro administraciones diferentes, cada una con sus propias promesas y plazos. Empezó todo en 2013, con Laura Chinchilla, y desde entonces hemos visto como postergaban la fecha de entrega hasta el infinito. Luis Guillermo Solís inició la ampliación en 2017, pensando que para 2020 todo estaría listo. Pero ¡qué va! Después vinieron Carlos Alvarado y ahora el Gobierno actual, todos intentando echar pa’lante este proyecto que parecía maldito.
Hemos tenido más fechas de entrega que cumpleaños. Febrero de 2023, marzo de 2024, junio de 2024, diciembre de 2024... ¡ufff! Ya perdí la cuenta. Parece que cada vez que se acercaba la fecha, aparecía algún imprevisto y tenían que posponerlo otra vez. Entre tanto, nosotros seguimos sufriendo en la carretera, perdiendo tiempo valioso y poniéndonos nerviosos. ¡Una torta!, la verdad. Menos mal que ahora, aunque esté lejos de ser perfecta, la ruta es transitable.
Ahora sí, amigos, cuéntenme: ¿Cuál creen ustedes que será la siguiente fecha de entrega oficial para dejar esta Ruta 32 totalmente terminada? ¿Les sorprende que, después de tantos años, todavía queden trabajos pendientes? ¿Creen que el MOPT realmente logrará cumplir las promesas que quedan por delante, o seguiremos viendo retrasos?