¡Ay, Dios mío, qué partidazo! Saprissa y Herediano regalaron un verdadero espectáculo este miércoles en el Estadio Carlos Alvarado, terminando con un empate 3-3 que dejó a la afición con la boca abierta. Desde temprano se sentía que esto iba a ser un partido para acordarse, un verdadero 'cachete' de goles y emociones fuertes. Vladimir Quesada, el profe Tibás, no pudo disimular su satisfacción aunque también expresó cierto pesar por cómo se desarrollaron las cosas.
El ambiente en el estadio era eléctrico, se respiraba la rivalidad histórica entre estos dos colosos del fútbol nacional. Ambos equipos salieron a proponer, buscando desde el inicio meterle un 'chunche' al arco contrario. Hernán Medford, el técnico Rayado, claramente apostó por un esquema ofensivo agresivo, y eso se vio reflejado en el ímpetu constante de sus muchachos. Se veía que querían demostrar quién mandaba en la cancha, y vaya que lo intentaron, ¡con todo!
“Los dos equipos se mostraron, se blindaron, y el marcador es lo más correcto,” declaró Quesada tras el pitido final. Y vaya que tenía razón. Fue un vaivén constante de ataques y contragolpes, un ‘carrusel’ de emociones donde ninguno de los dos quería ceder terreno. En el primer tiempo, Saprissa dominó la posesión y generó varias ocasiones claras de gol, mostrando un fútbol fluido y bien elaborado, casi como si estuvieran bailando al ritmo de la pelota. Parecía que los Tibases iban a llevarse una ventaja cómoda al descanso.
Pero, como suele pasar en los clásicos, nada es fácil. Herediano reaccionó rápidamente en la segunda mitad, ajustando su defensa y encontrando espacios para sorprender al ataque saprissista. La insistencia Rayada dio frutos, igualando el marcador y dando vuelta al partido. De repente, Saprissa se vio arrumbado, defendiéndose de oleada en oleada, y sintiendo la presión de un Herediano que olía sangre. ¡Qué tensión, mae!
Kenay, uno de los referentes del Saprissa, salió lesionado en medio del trajín, lo cual complicó aún más la situación del equipo capitalino. Quesada admitió que la lesión del jugador fue preocupante, añadiendo otra capa de complejidad a un ya complicado panorama. “Sí vimos que tiene el tobillo hinchado”, puntualizó el estratega, esperando que no sea nada grave y pueda recuperarse a tiempo para los próximos compromisos. A ver qué sale de ahí, porque necesitamos a Kenay en la cancha, ¡ese tiro libre lo mete nadie!
El ambiente en el estadio era eléctrico, se respiraba la rivalidad histórica entre estos dos colosos del fútbol nacional. Ambos equipos salieron a proponer, buscando desde el inicio meterle un 'chunche' al arco contrario. Hernán Medford, el técnico Rayado, claramente apostó por un esquema ofensivo agresivo, y eso se vio reflejado en el ímpetu constante de sus muchachos. Se veía que querían demostrar quién mandaba en la cancha, y vaya que lo intentaron, ¡con todo!
“Los dos equipos se mostraron, se blindaron, y el marcador es lo más correcto,” declaró Quesada tras el pitido final. Y vaya que tenía razón. Fue un vaivén constante de ataques y contragolpes, un ‘carrusel’ de emociones donde ninguno de los dos quería ceder terreno. En el primer tiempo, Saprissa dominó la posesión y generó varias ocasiones claras de gol, mostrando un fútbol fluido y bien elaborado, casi como si estuvieran bailando al ritmo de la pelota. Parecía que los Tibases iban a llevarse una ventaja cómoda al descanso.
Pero, como suele pasar en los clásicos, nada es fácil. Herediano reaccionó rápidamente en la segunda mitad, ajustando su defensa y encontrando espacios para sorprender al ataque saprissista. La insistencia Rayada dio frutos, igualando el marcador y dando vuelta al partido. De repente, Saprissa se vio arrumbado, defendiéndose de oleada en oleada, y sintiendo la presión de un Herediano que olía sangre. ¡Qué tensión, mae!
Kenay, uno de los referentes del Saprissa, salió lesionado en medio del trajín, lo cual complicó aún más la situación del equipo capitalino. Quesada admitió que la lesión del jugador fue preocupante, añadiendo otra capa de complejidad a un ya complicado panorama. “Sí vimos que tiene el tobillo hinchado”, puntualizó el estratega, esperando que no sea nada grave y pueda recuperarse a tiempo para los próximos compromisos. A ver qué sale de ahí, porque necesitamos a Kenay en la cancha, ¡ese tiro libre lo mete nadie!