¡Ay, Dios mío, qué bronca! La cosa se puso caliente en Zapote ayer, cuando el Presidente Chaves decidió echarle fuego al pasto y salir a la lengua con Miguel Guillén, el secretario general del PLN. Resulta que Guillén cuestionó el viaje del mandatario a El Salvador y su cercanía con Bukele, y bueno, la respuesta de Chaves no fue precisamente diplomática, diay.
Todo empezó con la anticipada visita de Rodrigo Chaves a tierras salvadoreñas, un viaje que ya había levantado ampollas en la oposición. Según Guillén, meterse en los brazos de Bukele era como darle un abrazo al autoritarismo y erosionar las libertades democráticas de Costa Rica. Una ‘vara’ bien dura, eh, pa’ ponerla en boca del secretario del PLN.
Pero Chaves, como siempre, no se quedó callado. En lugar de debatir sobre el fondo de la cuestión –siempre tan aburrido–, decidió ir directo al grano y atacar directamente a Guillén. “Es una prueba indiscutible más… de la poquísima capacidad intelectual que tiene Miguel Guillén,” soltó el Presidente con toda la calma del mundo, mientras varios presentes se llevaban las manos a la cabeza, pensando '¡Qué cosa, Señor!'
Y eso no es todo, porque luego vino la joya de la corona, la frase que ya está dando vueltas en todas las redes sociales: “No me parece un hombre muy inteligente… es un muchacho muy esforzadito, como diría mi papá, para a quien no le da mucho.” ¡Imagínate la cara de Guillén! Un golpe bajo, vamos a decirlo así, pero de esos que recuerdan, ¿verdad?
La realidad es que este enfrentamiento no surgió de la nada. Guillén había tocado un punto neurálgico: la admiración del gobierno por el modelo de Bukele, un modelo que, como bien señaló el secretario del PLN, se caracteriza por la falta de límites y contrapesos institucionales. Parece que Chaves prefirió evitar discutir sobre eso y optó por descalificar a su oponente, un clásico recurso político, pero que en este caso adquirió un matiz particularmente personal e irrespetuoso.
Muchos analistas coinciden en que Chaves está aplicando una estrategia de deslegitimación. Atacando la inteligencia de sus críticos, busca invalidar sus argumentos sin tener que refutarlos realmente. Una táctica peligrosa, porque alimenta la polarización y dificulta el diálogo constructivo, pero efectiva si quieres callar a los que no piensan como tú. El PLN, obviamente, no tardó en denunciar el ataque y acusar al gobierno de intolerancia a la crítica. ¡Qué brocha!
Lo que queda claro es que la relación entre el Poder Ejecutivo y la oposición está más rota que un huevo frito. La dinámica de confrontación directa, característica de la administración Chaves, se recrudece aún más con estos ataques personales. Parece que ya no hay vuelta atrás, y el país se enfrenta a un panorama político turbio y lleno de tensiones. ¡Una pena, porque a estas alturas necesitamos más que nunca soluciones, no peleas de gallos!
Ahora sí, queridos lectores, les pregunto: ¿Hasta dónde puede llegar esta escalada de agresiones verbales entre el gobierno y la oposición? ¿Consideran que la forma de comunicarse del Presidente Chaves está dañando la imagen de Costa Rica o simplemente es un reflejo de la crispación política actual? Dejen sus comentarios abajo, ¡y a ver qué sale del cotarro!
Todo empezó con la anticipada visita de Rodrigo Chaves a tierras salvadoreñas, un viaje que ya había levantado ampollas en la oposición. Según Guillén, meterse en los brazos de Bukele era como darle un abrazo al autoritarismo y erosionar las libertades democráticas de Costa Rica. Una ‘vara’ bien dura, eh, pa’ ponerla en boca del secretario del PLN.
Pero Chaves, como siempre, no se quedó callado. En lugar de debatir sobre el fondo de la cuestión –siempre tan aburrido–, decidió ir directo al grano y atacar directamente a Guillén. “Es una prueba indiscutible más… de la poquísima capacidad intelectual que tiene Miguel Guillén,” soltó el Presidente con toda la calma del mundo, mientras varios presentes se llevaban las manos a la cabeza, pensando '¡Qué cosa, Señor!'
Y eso no es todo, porque luego vino la joya de la corona, la frase que ya está dando vueltas en todas las redes sociales: “No me parece un hombre muy inteligente… es un muchacho muy esforzadito, como diría mi papá, para a quien no le da mucho.” ¡Imagínate la cara de Guillén! Un golpe bajo, vamos a decirlo así, pero de esos que recuerdan, ¿verdad?
La realidad es que este enfrentamiento no surgió de la nada. Guillén había tocado un punto neurálgico: la admiración del gobierno por el modelo de Bukele, un modelo que, como bien señaló el secretario del PLN, se caracteriza por la falta de límites y contrapesos institucionales. Parece que Chaves prefirió evitar discutir sobre eso y optó por descalificar a su oponente, un clásico recurso político, pero que en este caso adquirió un matiz particularmente personal e irrespetuoso.
Muchos analistas coinciden en que Chaves está aplicando una estrategia de deslegitimación. Atacando la inteligencia de sus críticos, busca invalidar sus argumentos sin tener que refutarlos realmente. Una táctica peligrosa, porque alimenta la polarización y dificulta el diálogo constructivo, pero efectiva si quieres callar a los que no piensan como tú. El PLN, obviamente, no tardó en denunciar el ataque y acusar al gobierno de intolerancia a la crítica. ¡Qué brocha!
Lo que queda claro es que la relación entre el Poder Ejecutivo y la oposición está más rota que un huevo frito. La dinámica de confrontación directa, característica de la administración Chaves, se recrudece aún más con estos ataques personales. Parece que ya no hay vuelta atrás, y el país se enfrenta a un panorama político turbio y lleno de tensiones. ¡Una pena, porque a estas alturas necesitamos más que nunca soluciones, no peleas de gallos!
Ahora sí, queridos lectores, les pregunto: ¿Hasta dónde puede llegar esta escalada de agresiones verbales entre el gobierno y la oposición? ¿Consideran que la forma de comunicarse del Presidente Chaves está dañando la imagen de Costa Rica o simplemente es un reflejo de la crispación política actual? Dejen sus comentarios abajo, ¡y a ver qué sale del cotarro!