¡Ay, Dios mío! Se nos fue Don Gonzalo Castellón, una pérdida inmensa para la cultura nacional. El mundo artístico está de luto porque el exdirector de la Compañía Lírica Nacional, un hombre que le metióle toda la pata al arte en este país, dejó este brete. La noticia llegó como un balde de agua fría ayer, confirmada por el Ministerio de Cultura y Juventud, y desde entonces, los artistas y amantes de la ópera no han parado de recordarlo.
Para los que no estamos tan pegaditos al mundo de la lírica, Gonzalo Castellón Vargas era mucho más que un simple director. Era un tenorazo, un abogado listo, un historiador curioso y un periodista que siempre tenía algo interesante que decir. Un verdadero ‘carga’ en todos los sentidos, ese mae hacía varias cosas bien. Su vida, llena de talento y dedicación, lo llevó a estudiar en las mejores escuelas musicales, tanto acá como allá, en Milán, Italia, donde perfeccionó su técnica vocal en la prestigiosa Scuola di Perfezionamento presso il Teatro alla Scala. Eso sí que es romperla!
Desde muy joven mostró su interés por la música. Empezó en la Escuela Claudio González y luego siguió formándose en el Liceo de Costa Rica, demostrando que tenía madera de artista desde chiquito. Recuerdo haber visto alguna presentación suya hace años, ¡el mae cantaba a full! Tenía una voz que te ponía la piel de gallina, pura potencia y sentimiento. Y no solo eso, también aportó muchísimo a la Compañía Lírica Nacional durante su dirección, impulsando proyectos y apoyando a jóvenes talentos. Una verdadera ganga tenerlo por acá, la verdad.
Durante su gestión al frente de la Compañía Lírica Nacional, Castellón logró impulsar obras y espectáculos que llevaron la ópera costarricense a un nuevo nivel. No se conformaba con lo fácil, buscaba siempre la excelencia y la innovación. En una época en la que parece que a veces se le da pocas bolas al arte, él luchó por mantener viva la llama de la ópera en nuestro país. Su compromiso era incansable, iba a matar por ver la cultura crecer.
Su legado va más allá de los escenarios y las partituras. Dejó una huella imborrable en la comunidad artística costarricense, formando nuevas generaciones de cantantes y directores. Muchos jóvenes músicos admiran su trayectoria y siguen sus pasos, inspirados por su pasión y entrega. Es un orgullo que haya habido figuras como él defendiendo el arte en nuestro país; un ejemplo a seguir para todos nosotros, ¡qué tuanis!
Su esposa, Lidia Duverrán, exviolinista de la Orquesta Sinfónica Nacional, seguramente está pasando por momentos muy difíciles. Imaginen el dolor... dos artistas que compartieron tantos años de vida y música. Extenderles nuestras más sinceras condolencias a ella y a toda su familia. Que encuentren consuelo en los recuerdos y en el cariño de quienes lo apreciaban. ¡Qué pena, de verdad qué pena!
En estos tiempos, donde a veces parece que no valoramos lo suficiente nuestro patrimonio cultural, la partida de Don Gonzalo nos recuerda la importancia de apoyar y fomentar las artes. Necesitamos más personas como él, comprometidas con la promoción de la cultura y dispuestas a luchar por nuestros valores artísticos. Tenemos que levantar el vuelo y darle la importancia que merece la cultura en nuestra sociedad, pues si no, nos vamos al traste, ¡y nadie quiere eso, chunches!
Así que, 'diay', ¿ustedes qué piensan? ¿Cómo creen que debemos honrar la memoria de Don Gonzalo y asegurar que su legado siga vivo en la escena artística costarricense? ¿Deberíamos crear algún tipo de beca o programa especial para jóvenes talentos en honor a su nombre?
Para los que no estamos tan pegaditos al mundo de la lírica, Gonzalo Castellón Vargas era mucho más que un simple director. Era un tenorazo, un abogado listo, un historiador curioso y un periodista que siempre tenía algo interesante que decir. Un verdadero ‘carga’ en todos los sentidos, ese mae hacía varias cosas bien. Su vida, llena de talento y dedicación, lo llevó a estudiar en las mejores escuelas musicales, tanto acá como allá, en Milán, Italia, donde perfeccionó su técnica vocal en la prestigiosa Scuola di Perfezionamento presso il Teatro alla Scala. Eso sí que es romperla!
Desde muy joven mostró su interés por la música. Empezó en la Escuela Claudio González y luego siguió formándose en el Liceo de Costa Rica, demostrando que tenía madera de artista desde chiquito. Recuerdo haber visto alguna presentación suya hace años, ¡el mae cantaba a full! Tenía una voz que te ponía la piel de gallina, pura potencia y sentimiento. Y no solo eso, también aportó muchísimo a la Compañía Lírica Nacional durante su dirección, impulsando proyectos y apoyando a jóvenes talentos. Una verdadera ganga tenerlo por acá, la verdad.
Durante su gestión al frente de la Compañía Lírica Nacional, Castellón logró impulsar obras y espectáculos que llevaron la ópera costarricense a un nuevo nivel. No se conformaba con lo fácil, buscaba siempre la excelencia y la innovación. En una época en la que parece que a veces se le da pocas bolas al arte, él luchó por mantener viva la llama de la ópera en nuestro país. Su compromiso era incansable, iba a matar por ver la cultura crecer.
Su legado va más allá de los escenarios y las partituras. Dejó una huella imborrable en la comunidad artística costarricense, formando nuevas generaciones de cantantes y directores. Muchos jóvenes músicos admiran su trayectoria y siguen sus pasos, inspirados por su pasión y entrega. Es un orgullo que haya habido figuras como él defendiendo el arte en nuestro país; un ejemplo a seguir para todos nosotros, ¡qué tuanis!
Su esposa, Lidia Duverrán, exviolinista de la Orquesta Sinfónica Nacional, seguramente está pasando por momentos muy difíciles. Imaginen el dolor... dos artistas que compartieron tantos años de vida y música. Extenderles nuestras más sinceras condolencias a ella y a toda su familia. Que encuentren consuelo en los recuerdos y en el cariño de quienes lo apreciaban. ¡Qué pena, de verdad qué pena!
En estos tiempos, donde a veces parece que no valoramos lo suficiente nuestro patrimonio cultural, la partida de Don Gonzalo nos recuerda la importancia de apoyar y fomentar las artes. Necesitamos más personas como él, comprometidas con la promoción de la cultura y dispuestas a luchar por nuestros valores artísticos. Tenemos que levantar el vuelo y darle la importancia que merece la cultura en nuestra sociedad, pues si no, nos vamos al traste, ¡y nadie quiere eso, chunches!
Así que, 'diay', ¿ustedes qué piensan? ¿Cómo creen que debemos honrar la memoria de Don Gonzalo y asegurar que su legado siga vivo en la escena artística costarricense? ¿Deberíamos crear algún tipo de beca o programa especial para jóvenes talentos en honor a su nombre?
