¡Ay, Dios mío, qué bronca! La tranquilidad de nuestras noches de viernes se vio sacudida esta semana con varios incidentes que prendieron todas las alarmas en el Ministerio de Seguridad. Parece que alguien decidió que era buena idea combinar el aguardiente con fierros, y eso, como ya saben, nunca termina bien.
La Fuerza Pública, buscando evitar que nos vayamos todos al traste, ha intensificado los controles preventivos en bares y restaurantes a lo largo del país. Esto viene después de que en menos de una semana se reportaran tres casos preocupantes relacionados con la posesión ilegal de armas en lugares públicos, ¡y vaya si puso a sudar a don Mario Zamora!
El primer caso, que hizo estallar las redes sociales, ocurrió en San Gabriel de Aserrí, donde un sujeto apareció más caliente que una puraíta exhibiendo una pistola calibre 9 milímetros dentro de un establecimiento. Al parecer, el pobre tipo estaba bien tomado y pensó que era buena idea presumir su armamentarium. Pero bueno, ahí lo tienen, ahora enfrentando cargos ante la fiscalía. Se jaló una torta, mae.
No contentos con eso, días después otro incidente similar se registró en el mismo cantón, reavivando la preocupación de las autoridades. La combinación de licor y armas de fuego siempre ha sido una bomba de tiempo, y parece que algunos todavía no lo han entendido. Uno se pone a pensar, ¿qué le pasa a la gente?
Para rematar, en Boca de Arenal de Cutris, cerca de la frontera con Nicaragua, un compatriota nuestro, originario de la vecina nación, fue denunciado por lucir un arma blanca mientras disfrutaba de unas copas. Un chunche que parecía salido de una película de vaqueros, ¡pero esto es Costa Rica, mi pana, no el lejano oeste!
El ministro de Seguridad, Mario Zamora, salió al frente para tranquilizarnos, explicando que estos operativos buscan, precisamente, evitar tragedias. Afirmó que la Fuerza Pública está decidida a decomisar cualquier arma que vea en manos de personas bajo los efectos del alcohol, porque, díganlo con migo, nadie quiere ver que un brete de diversión termine en sangre. "La Fuerza Pública ha procedido a decomisar armas en estas condiciones para evitar que el disfrute termine en catástrofe", declaró, poniendo pa’lante toda la seriedad del asunto.
Estos controles más estrictos no son precisamente una novedad; la ley es clara al respecto. Pero a veces, parece que hay que recordarle a algunos que el uso responsable del alcohol y el respeto por la seguridad ajena son pilares fundamentales de nuestra convivencia diaria. Además, teniendo en cuenta la creciente tensión política con elecciones acercándose, reforzar la seguridad en espacios públicos es más importante que nunca. No queremos que nada opaque el ambiente de tranquilidad que caracteriza a nuestro país, ¡para eso trabajamos todos!
Entonces, aquí les dejo la pregunta: ¿Creen que estas medidas son suficientes para garantizar la seguridad en nuestros bares y restaurantes, o debería haber sanciones más severas para quienes porten armas en estado de embriaguez? ¡Compartan sus opiniones en el foro y díganos qué piensan al respecto, varonales!
	
		
			
		
		
	
				
			La Fuerza Pública, buscando evitar que nos vayamos todos al traste, ha intensificado los controles preventivos en bares y restaurantes a lo largo del país. Esto viene después de que en menos de una semana se reportaran tres casos preocupantes relacionados con la posesión ilegal de armas en lugares públicos, ¡y vaya si puso a sudar a don Mario Zamora!
El primer caso, que hizo estallar las redes sociales, ocurrió en San Gabriel de Aserrí, donde un sujeto apareció más caliente que una puraíta exhibiendo una pistola calibre 9 milímetros dentro de un establecimiento. Al parecer, el pobre tipo estaba bien tomado y pensó que era buena idea presumir su armamentarium. Pero bueno, ahí lo tienen, ahora enfrentando cargos ante la fiscalía. Se jaló una torta, mae.
No contentos con eso, días después otro incidente similar se registró en el mismo cantón, reavivando la preocupación de las autoridades. La combinación de licor y armas de fuego siempre ha sido una bomba de tiempo, y parece que algunos todavía no lo han entendido. Uno se pone a pensar, ¿qué le pasa a la gente?
Para rematar, en Boca de Arenal de Cutris, cerca de la frontera con Nicaragua, un compatriota nuestro, originario de la vecina nación, fue denunciado por lucir un arma blanca mientras disfrutaba de unas copas. Un chunche que parecía salido de una película de vaqueros, ¡pero esto es Costa Rica, mi pana, no el lejano oeste!
El ministro de Seguridad, Mario Zamora, salió al frente para tranquilizarnos, explicando que estos operativos buscan, precisamente, evitar tragedias. Afirmó que la Fuerza Pública está decidida a decomisar cualquier arma que vea en manos de personas bajo los efectos del alcohol, porque, díganlo con migo, nadie quiere ver que un brete de diversión termine en sangre. "La Fuerza Pública ha procedido a decomisar armas en estas condiciones para evitar que el disfrute termine en catástrofe", declaró, poniendo pa’lante toda la seriedad del asunto.
Estos controles más estrictos no son precisamente una novedad; la ley es clara al respecto. Pero a veces, parece que hay que recordarle a algunos que el uso responsable del alcohol y el respeto por la seguridad ajena son pilares fundamentales de nuestra convivencia diaria. Además, teniendo en cuenta la creciente tensión política con elecciones acercándose, reforzar la seguridad en espacios públicos es más importante que nunca. No queremos que nada opaque el ambiente de tranquilidad que caracteriza a nuestro país, ¡para eso trabajamos todos!
Entonces, aquí les dejo la pregunta: ¿Creen que estas medidas son suficientes para garantizar la seguridad en nuestros bares y restaurantes, o debería haber sanciones más severas para quienes porten armas en estado de embriaguez? ¡Compartan sus opiniones en el foro y díganos qué piensan al respecto, varonales!
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		