Les cuento una historia más.
Nosotros acostumbramos a ir a un motel en desamparados de Alajuela, que desde que lo encontramos solo ahí pisamos, la cosa es que las cabinas entrando al lado izquierdo, para que le cobren a uno, tienen que entrar a la cochera, y por el cubo privado lo atienden a uno, se supone que uno tiene que dejar la puerta cerrada, por qué la persona que pase a cobrar, pues observaría que uno está dentro de la habitación, ya que cuando se entra a la cochera, en seguida está la puerta y posteriormente está el cubo de atención. Al principio dejábamos la puerta un poquito abierta para no poner el aire acondicionado porque nos enferma, y con el pasar de los días, que no fueron muchos jajajajaja dejábamos la puerta de par en par abierta, peeeeero, dependiendo de donde estuviéramos en la habitación desde afuera se alcanzaba a ver lo que estabamos haciendo porque la cortina de la cochera, es de las de una tela gruesa.
La cosa es que los trabajadores del motel lógico se percataron de eso y como es lógico, pues “a quien no le da curiosidad ver”, entonces aquí empieza la historia.
El hombre que trabaja en aseo pasaba y se asomaba y veía un ratito, entonces en una de tantas, llámanos a la central para que nos trajeran agua, ya que sabíamos que él venía, ese día como todos teníamos la puerta abierta, y él donde vio la puerta abierta lógico no pasó, y yo desde adentro le dije que si no le molestaba vernos así, que podía pasar adelante, “dicho y hecho” lógico el hombre pasó y nos vio todos explícitamente, lógico más a la señora. Evidentemente el mae en la euforia tenía que contar lo sucedido y eso llegó a oídos del dueño del motel. No es vara, que el mae también venía a asomarse mientras nosotros cojiamos. La cosa pasó de ser solo una asomada a tener por turnos al dueño del motel y al encargado dentro del cuarto viéndonos, la cosa escaló y ya el dueño del motel se sacaba la picha para vernos, y tocar a la doña mientras lo hacía, asomarse por debajo para ver como entraba, mamarle las tetas, tocarle las nalgas y la pepa, sostenerla para que ella hiciera posiciones incómodas, en dos ocaciones, la doña le sobo la picha hasta que se le regara encima, etc, etc, etc. se volvió prácticamente un complemento cada vez que él venía a la habitación, por otro lado el encargado del motel, pudo tocarle la nalgas, meterle los dedos entre la pepa, y asi. Para que esté claro ninguno de los dos le metió la picha a la doña, las cosas solo de momento han llegado hasta ahí, ellos vivían fascinados por que la doña es todo terreno y más que ella le fascina que se la meta por el culo, entonces el morbo de ellos era sublime para el hecho de estar de espectador de una hembra que les gusta y hace de todo “Y CUANDO DIGO TODO ES TODO” y se dejaba hacer y grita y se retuerce delante de ellos como si no estuvieran entonces es lógico que yo le templaba más aún mientras se la metía y nos exhibíamos.
Ya ha dejado un poco de ser, ya que el dueño del motel es como cochino y huele feo, lógico a la doña eso no le gusta para nada, y le expresó al empleado del motel que ya no quería más que el dueño del motel entrara, entonces al parecer el dueño le ordenó al empleado que ya no entrara más él tampoco por que nunca más a vuelto pese a que sabe que somos nosotros, ya que conocen el carro, los gritos, la puerta siempre abierta, entre otras cosas.
Adjunto la foto como prueba de la historia