En un contexto marcado por desafíos financieros y económicos, la calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) ha elevado la perspectiva crediticia de Costa Rica de “estable” a “positiva”. Este cambio representa una señal alentadora para los inversionistas internacionales y una oportunidad para el país de mejorar su acceso a financiamiento externo.
El Ministerio de Hacienda destacó que la decisión de S&P responde a una serie de avances clave en la economía costarricense, como el fortalecimiento del perfil externo del país y la sostenibilidad de su disciplina fiscal desde 2018. Entre los factores relevantes mencionados se encuentran el crecimiento sostenido en sectores estratégicos como el turismo y las exportaciones de dispositivos médicos, junto con la gestión eficaz de las reservas internacionales, que ahora superan los $14 mil millones.
Esta mejora refuerza la percepción de que Costa Rica está cumpliendo con los compromisos fiscales y creando un ambiente propicio para la inversión extranjera directa. La calificadora también valoró el control del déficit de cuenta corriente y el mantenimiento de un superávit primario consecutivo, lo que refleja un manejo adecuado de las finanzas públicas en medio de una economía mundial inestable.
Pese a estos avances, Standard & Poor’s advirtió que el país enfrenta retos importantes para garantizar una calificación aún más sólida. Entre los desafíos pendientes, se mencionó la fragmentación política, que podría obstaculizar las reformas necesarias para una mejor gestión fiscal. Además, la carga de intereses de la deuda pública sigue siendo un obstáculo significativo para la expansión del gasto en áreas clave como la educación, salud e infraestructura.
El Ministro de Hacienda a.i., Rudolf Lücke, enfatizó la importancia de esta mejora como un reconocimiento a la solidez fiscal y a la capacidad del país para mantener la confianza de los mercados. Sin embargo, también subrayó la necesidad de avanzar en reformas estructurales que permitan al país aprovechar oportunidades emergentes, como la relocalización de cadenas productivas y el impulso a las zonas francas y energías limpias.
A largo plazo, la perspectiva “positiva” podría traducirse en una mejora de la calificación crediticia, lo cual facilitaría el acceso a créditos a tasas más favorables y abriría nuevas oportunidades de financiamiento para proyectos nacionales estratégicos. No obstante, la mejora dependerá de la capacidad del gobierno para navegar las tensiones políticas y asegurar una gestión fiscal efectiva.
El informe de Standard & Poor’s, por lo tanto, es un voto de confianza hacia la dirección que ha tomado Costa Rica en los últimos años, al tiempo que recuerda que mantener la estabilidad y superar los desafíos internos es crucial para la sostenibilidad de este progreso.
La calificación positiva de S&P no solo refuerza la percepción de los inversionistas sobre la estabilidad económica del país, sino que también insta al gobierno a no relajarse y a continuar con las reformas necesarias para asegurar el desarrollo y crecimiento sostenibles.
El Ministerio de Hacienda destacó que la decisión de S&P responde a una serie de avances clave en la economía costarricense, como el fortalecimiento del perfil externo del país y la sostenibilidad de su disciplina fiscal desde 2018. Entre los factores relevantes mencionados se encuentran el crecimiento sostenido en sectores estratégicos como el turismo y las exportaciones de dispositivos médicos, junto con la gestión eficaz de las reservas internacionales, que ahora superan los $14 mil millones.
Esta mejora refuerza la percepción de que Costa Rica está cumpliendo con los compromisos fiscales y creando un ambiente propicio para la inversión extranjera directa. La calificadora también valoró el control del déficit de cuenta corriente y el mantenimiento de un superávit primario consecutivo, lo que refleja un manejo adecuado de las finanzas públicas en medio de una economía mundial inestable.
Pese a estos avances, Standard & Poor’s advirtió que el país enfrenta retos importantes para garantizar una calificación aún más sólida. Entre los desafíos pendientes, se mencionó la fragmentación política, que podría obstaculizar las reformas necesarias para una mejor gestión fiscal. Además, la carga de intereses de la deuda pública sigue siendo un obstáculo significativo para la expansión del gasto en áreas clave como la educación, salud e infraestructura.
El Ministro de Hacienda a.i., Rudolf Lücke, enfatizó la importancia de esta mejora como un reconocimiento a la solidez fiscal y a la capacidad del país para mantener la confianza de los mercados. Sin embargo, también subrayó la necesidad de avanzar en reformas estructurales que permitan al país aprovechar oportunidades emergentes, como la relocalización de cadenas productivas y el impulso a las zonas francas y energías limpias.
A largo plazo, la perspectiva “positiva” podría traducirse en una mejora de la calificación crediticia, lo cual facilitaría el acceso a créditos a tasas más favorables y abriría nuevas oportunidades de financiamiento para proyectos nacionales estratégicos. No obstante, la mejora dependerá de la capacidad del gobierno para navegar las tensiones políticas y asegurar una gestión fiscal efectiva.
El informe de Standard & Poor’s, por lo tanto, es un voto de confianza hacia la dirección que ha tomado Costa Rica en los últimos años, al tiempo que recuerda que mantener la estabilidad y superar los desafíos internos es crucial para la sostenibilidad de este progreso.
La calificación positiva de S&P no solo refuerza la percepción de los inversionistas sobre la estabilidad económica del país, sino que también insta al gobierno a no relajarse y a continuar con las reformas necesarias para asegurar el desarrollo y crecimiento sostenibles.
