¡Ay, Dios mío, qué despiche! Resulta que los judiciales le dieron duro a un personaje en Pérez Zeledón, al parecer metido en el negocio de las drogas. Un tal Campos, de 31 años, amaneció tras las rejas acusado de infracciones a la Ley de Psicotrópicos. Esto pasó ayer martes, día 28 de octubre, justo cuando uno pensaba que la cosa iba tranquila por ahí.
Según el OIJ, la movida se vino cocinando hace casi un mes, cuando recibieron unos chillidos de que este señor andaba comercializando sustancias ilícitas desde su casa en Barrio Sinaí. Ya saben, la típica vaina, la venta pa’l vecino, pa’ los amigos… Esa clase de brete que nunca va bien, ¿verdad?
Y eso no es todo, mae. Al hacerle el allanamiento a su poderío, los judiciales encontraron varias dosis de cocaína y crack, y encima, ¡una motocicleta con reporte de robo! Imagínate el jale, un negocio sucio con objetos aún más turbios. Parece que este fulano estaba haciendo negocios con cosas ajenas. Una combinación explosiva, diay.
Lo presentaron ante el Ministerio Público, donde ahora van a definir si le caen los plomos o si se sale con la suya. Hay que esperar a ver qué dicen los abogados, claro, pero pinta feo para él. Este caso nos recuerda que ni en los rincones más tranquilos de nuestro país se escapa la sombra del narcotráfico. Uno se queda pensando… ¿cuántas varas similares hay escondidas por allá?
Ahora, varios se preguntan qué tan grande era la operación de este señor. ¿Era un mero revendedor o un eslabón importante en una cadena más larga? Ese es el gran misterio que tienen que resolver los investigadores. Además, surge la interrogante de quién podría ser el dueño original de la moto robada; ¿tenía alguna conexión con este negocio ilegal?
Este caso también resalta la importancia de la información anónima que llega al OIJ. Parece que alguien quería ponerle fin a las actividades de este tipo y le dio el dato a las autoridades. Eso demuestra que la gente está cansada de la violencia y quiere un país más seguro. Esperemos que esto sirva de ejemplo para otros que se dedican a estas artimañas.
Pero bueno, dejando a un lado lo serio, la verdad es que estos casos siempre te dejan pensando. ¿Cómo es que la gente se deja meter en esas ropas? ¿No ven que al final del camino solo hay problemas y cárcel? Uno entiende la necesidad de ganar dinero rápido, pero hay maneras más honestas de lograrlo. Que le den al churriante...¡mejor trabajar con esfuerzo!
En fin, una historia más que nos pone a reflexionar sobre la realidad de nuestro país. Ahora, díganme, queridos foreros, ¿creen que el gobierno debería invertir más recursos en programas de prevención del consumo de drogas y rehabilitación para quienes ya cayeron en la tentación, o deberían enfocarse únicamente en perseguir a los traficantes? ¡Déjenme sus opiniones!
Según el OIJ, la movida se vino cocinando hace casi un mes, cuando recibieron unos chillidos de que este señor andaba comercializando sustancias ilícitas desde su casa en Barrio Sinaí. Ya saben, la típica vaina, la venta pa’l vecino, pa’ los amigos… Esa clase de brete que nunca va bien, ¿verdad?
Y eso no es todo, mae. Al hacerle el allanamiento a su poderío, los judiciales encontraron varias dosis de cocaína y crack, y encima, ¡una motocicleta con reporte de robo! Imagínate el jale, un negocio sucio con objetos aún más turbios. Parece que este fulano estaba haciendo negocios con cosas ajenas. Una combinación explosiva, diay.
Lo presentaron ante el Ministerio Público, donde ahora van a definir si le caen los plomos o si se sale con la suya. Hay que esperar a ver qué dicen los abogados, claro, pero pinta feo para él. Este caso nos recuerda que ni en los rincones más tranquilos de nuestro país se escapa la sombra del narcotráfico. Uno se queda pensando… ¿cuántas varas similares hay escondidas por allá?
Ahora, varios se preguntan qué tan grande era la operación de este señor. ¿Era un mero revendedor o un eslabón importante en una cadena más larga? Ese es el gran misterio que tienen que resolver los investigadores. Además, surge la interrogante de quién podría ser el dueño original de la moto robada; ¿tenía alguna conexión con este negocio ilegal?
Este caso también resalta la importancia de la información anónima que llega al OIJ. Parece que alguien quería ponerle fin a las actividades de este tipo y le dio el dato a las autoridades. Eso demuestra que la gente está cansada de la violencia y quiere un país más seguro. Esperemos que esto sirva de ejemplo para otros que se dedican a estas artimañas.
Pero bueno, dejando a un lado lo serio, la verdad es que estos casos siempre te dejan pensando. ¿Cómo es que la gente se deja meter en esas ropas? ¿No ven que al final del camino solo hay problemas y cárcel? Uno entiende la necesidad de ganar dinero rápido, pero hay maneras más honestas de lograrlo. Que le den al churriante...¡mejor trabajar con esfuerzo!
En fin, una historia más que nos pone a reflexionar sobre la realidad de nuestro país. Ahora, díganme, queridos foreros, ¿creen que el gobierno debería invertir más recursos en programas de prevención del consumo de drogas y rehabilitación para quienes ya cayeron en la tentación, o deberían enfocarse únicamente en perseguir a los traficantes? ¡Déjenme sus opiniones!
