¡Ey, pura vida, gente! Aquí su servidora, lista para hablar de un tema que le pega duro a muchas familias: la dislexia. Seguro ya escuchaste el término, pero ¿sabes realmente de qué va la cosa? Pues agárrense que hoy vamos a desmenuzarlo, directo desde el Foro de Costa Rica.
Según estudios recientes, podríamos estar hablando de unos 600 mil estudiantes en nuestro país –primaria y secundaria– que tienen algún tipo de dificultad específica de aprendizaje. Y la dislexia, mis panas, es una de las más comunes. Pero no se asusten, porque hay luz al final del túnel, ¡y nosotros vamos a buscarla!
Blanca Sánchez, de Dislexia y Familia (Disfam), nos echó la térmica sobre este tema. Nos dijo que la dislexia no es “confundir letritas”, como muchos creen. Es un tema neuronal serio que afecta la lectura, la escritura, la comprensión y hasta el lenguaje. ¡Imagínate la bronca! Es como si el cerebro tuviera un pequeño atasco al procesar la información escrita.
Y ojo, porque no todas las dislexias son iguales. Hay tres tipos principales: fonológica (problemas con los sonidos), superficial o visual (dificultad para reconocer palabras) y mixta (una mezcla de ambas). ¿Te suena familiar alguno de esos escenarios?
Ahora, ¿cómo saber si tu hijo o hija está pasando por esto? Presta atención a algunas señales: dificultad para relacionar sonidos y letras, lentitud al leer y escribir, problemas de comprensión lectora, y hasta cansancio al hacer actividades que requieren motricidad fina, como tomarle la letra al papel. ¡Qué salado que se sienta un nene así, eh!
Lo importante es recordar: no es falta de ganas ni de inteligencia. ¡Ni modo! Es un tema neurológico que necesita apoyo. Y a eso súmale que a menudo coexisten otras dificultades, como la disgrafía (problemas para escribir), la disortografía (errores de ortografía) y la discalculia (dificultades con las matemáticas). ¡Parece una torta, pero hay soluciones!
En el sistema educativo, a veces se impone un único método de enseñanza, sin pensar que cada nene aprende a su propio ritmo. Esto puede causar mucha frustración y hasta llevar al fracaso escolar. ¡Menos presión y más adaptación, diay! El MEP dice tener algunos apoyos curriculares, como dar más tiempo en los exámenes o permitir el uso de material impreso, pero aún queda mucho por hacer. Necesitamos que los maestros y padres sean más conscientes y flexibles.
Y ahora dime, colegas del foro: ¿creen que nuestros colegios están preparados para atender adecuadamente a los niños con dislexia? ¿Qué medidas adicionales deberían implementarse para asegurar una educación inclusiva y de calidad para todos? ¡Anímense a comentar y compartir sus experiencias!
Según estudios recientes, podríamos estar hablando de unos 600 mil estudiantes en nuestro país –primaria y secundaria– que tienen algún tipo de dificultad específica de aprendizaje. Y la dislexia, mis panas, es una de las más comunes. Pero no se asusten, porque hay luz al final del túnel, ¡y nosotros vamos a buscarla!
Blanca Sánchez, de Dislexia y Familia (Disfam), nos echó la térmica sobre este tema. Nos dijo que la dislexia no es “confundir letritas”, como muchos creen. Es un tema neuronal serio que afecta la lectura, la escritura, la comprensión y hasta el lenguaje. ¡Imagínate la bronca! Es como si el cerebro tuviera un pequeño atasco al procesar la información escrita.
Y ojo, porque no todas las dislexias son iguales. Hay tres tipos principales: fonológica (problemas con los sonidos), superficial o visual (dificultad para reconocer palabras) y mixta (una mezcla de ambas). ¿Te suena familiar alguno de esos escenarios?
Ahora, ¿cómo saber si tu hijo o hija está pasando por esto? Presta atención a algunas señales: dificultad para relacionar sonidos y letras, lentitud al leer y escribir, problemas de comprensión lectora, y hasta cansancio al hacer actividades que requieren motricidad fina, como tomarle la letra al papel. ¡Qué salado que se sienta un nene así, eh!
Lo importante es recordar: no es falta de ganas ni de inteligencia. ¡Ni modo! Es un tema neurológico que necesita apoyo. Y a eso súmale que a menudo coexisten otras dificultades, como la disgrafía (problemas para escribir), la disortografía (errores de ortografía) y la discalculia (dificultades con las matemáticas). ¡Parece una torta, pero hay soluciones!
En el sistema educativo, a veces se impone un único método de enseñanza, sin pensar que cada nene aprende a su propio ritmo. Esto puede causar mucha frustración y hasta llevar al fracaso escolar. ¡Menos presión y más adaptación, diay! El MEP dice tener algunos apoyos curriculares, como dar más tiempo en los exámenes o permitir el uso de material impreso, pero aún queda mucho por hacer. Necesitamos que los maestros y padres sean más conscientes y flexibles.
Y ahora dime, colegas del foro: ¿creen que nuestros colegios están preparados para atender adecuadamente a los niños con dislexia? ¿Qué medidas adicionales deberían implementarse para asegurar una educación inclusiva y de calidad para todos? ¡Anímense a comentar y compartir sus experiencias!