http://www.nacion.com/ln_ee/2009/septiembre/19/opinion2094927.html
Excelente editorial de La Nación.
Al parecer la politiquería no hace estragos solo en CR, también los EEUU están en una encrucijada por culpa de unos extremistas majaderos con un manejo de conceptos bastante pobre, y en este caso los platos rotos los paga la ya demacrada República de Cuba con un año más de embargo, específicamente su pueblo que recibirá un año más de lloriqueos de parte de sus tiranos, además de sufrir el impacto económico de esta medida.
Esto está como el grafitti que estaba por San Pedro: "Este Obama es pura trama".
El miedo a las ocurrencias de Fox News lo han llevado a entorpecer sus propuestas de gobierno, hasta el punto de estar en riesgo también la "Public Option" en la reforma de salud.
Un año más de embargo
El embargo contra Cuba introduce un elemento de esquizofrenia en la política exterior de los Estados Unidos
Hoy que la Guerra Fría es historia, Estados Unidos está atrapado en el pantanal de su política fracasada
El presidente Barack Obama prolongó por un año el embargo comercial impuesto a Cuba hace casi medio siglo. No era posible esperar un cambio de política dadas las difíciles circunstancias que confrontan al mandatario, siempre vulnerable al cargo de ser demasiado “suave” con el enemigo externo.
La histeria política estadounidense alcanza su cúspide en nuestros días, al grado de que la nación se encuentra sumida en un inverosímil debate sobre el carácter supuestamente “socialista” de la administración Obama. Entre los más febriles voceros de la derecha republicana, hay quienes acusan al Presidente de pretender la “sovietización” de los Estados Unidos.
Esas circunstancias, unidas a la intratable retórica del régimen de los Castro, dejan al mandatario sin espacio de maniobra ante el problema cubano. Obama reconoce el fracaso de la política desarrollada hasta el momento, y no es para menos. Medio siglo sin resultados es razón suficiente para pensar en el cambio.
No obstante, Cuba está lejos de encabezar la lista de prioridades. Su importancia relativa disminuyó con el derrumbe del imperio soviético y puede argumentarse que venía en descenso desde mucho antes. El embargo ya era discutible en plena Guerra Fría, pero 20 años después es simplemente desconcertante.
Por ironía, la Ley de Comercio con el Enemigo se aplica a Cuba precisamente porque es un enemigo de escasa relevancia. China y Rusia jamás tendrían el mismo trato.
No se les llama “enemigos” porque, en realidad, lo son y tienen capacidad de demostrarlo. Mejor llamarles “socios” y hacer como si el verdadero enemigo estuviera atrincherado en una islita a 90 millas de distancia.
El embargo introduce así un elemento de esquizofrenia en la política exterior de los Estados Unidos, que no encuentra como diferenciar el régimen cubano de otros, igualmente totalitarios y mucho más peligrosos, con los cuales mantiene relaciones cordiales.
El régimen cubano, por su parte, también aprendió a encariñarse con el embargo. Cuba comercia con el mundo entero y recibe cuantiosa cooperación extranjera, pero siempre tiene a mano el bloqueo económico de los Estados Unidos para justificar sus fracasos.
No es casualidad que la mejor oportunidad para el levantamiento del embargo fracasara, en febrero de 1996, cuando Cuba decidió derribar dos inofensivas avionetas de matrícula estadounidense que sobrevolaban el estrecho de la Florida.
La muerte de los cuatro tripulantes de las aeronaves pertenecientes a “Hermanos al rescate”, una organización dedicada a la recuperación de los balseros que intentan escapar de la dictadura, forzó un dramático vuelco en el Congreso estadounidense, donde nunca antes –ni después– se estuvo tan cerca de reconsiderar el embargo.
Apenas dos semanas después del incidente, una abrumadora mayoría de legisladores aprobó la llamada “Ley Helms-Burton”, que más bien endureció los términos de las sanciones económicas. En aquellas circunstancias, el presidente Bill Clinton estampó su firma en la nueva legislación con toda celeridad.
Hoy que la Guerra Fría es historia y su propio Presidente admite los yerros del embargo, Estados Unidos está atrapado en el pantanal de su política fracasada. Es iluso contar con Cuba para salir del atascadero. La retórica del régimen dictatorial recrudecerá cada vez que se intente levantar las sanciones comerciales y Estados Unidos se quedará siempre esperando los gestos de buena voluntad exigidos a cambio.
Excelente editorial de La Nación.
Al parecer la politiquería no hace estragos solo en CR, también los EEUU están en una encrucijada por culpa de unos extremistas majaderos con un manejo de conceptos bastante pobre, y en este caso los platos rotos los paga la ya demacrada República de Cuba con un año más de embargo, específicamente su pueblo que recibirá un año más de lloriqueos de parte de sus tiranos, además de sufrir el impacto económico de esta medida.
Esto está como el grafitti que estaba por San Pedro: "Este Obama es pura trama".
El miedo a las ocurrencias de Fox News lo han llevado a entorpecer sus propuestas de gobierno, hasta el punto de estar en riesgo también la "Public Option" en la reforma de salud.