¡Ay, Dios mío! El Colegio de Abogados y Abogadas está moviéndose como nunca antes, y no precisamente pa'l lado bueno pa’ to’los. Con la llegada de Integra Iuris al órgano directivo, parece que se armó un changarro tremendo, buscando recuperar la credibilidad del gremio legal. Ya saben, aquello de ‘cuando ser abogado era prestigioso’, como decía don Christian Hess. Se supone que ahora van a dejar atrás esas vainas de administrar membresías y enfocarse en garantizar que los abogados sean buenos, ¡de verdad!
Miguel Arias Maduro, nuevo presidente, viene con toda la intención de cambiar el panorama. Tiene un currículum que da envidia, entre cátedra y experiencia profesional. La idea es que el Colegio vuelva a ser un referente técnico, un lugar donde aprender y mejorar, en vez de ser solo una oficina pa’ tramites. Pero ojo, porque algunos dicen que esto va a traer roces, diay.
Como bien dice aquel decálogo famoso, “ama tu profesión”. No se trata solo de tener un título colgado, sino de echarle empeño, de estudiar, de pensar, como le repetía don Gerardo Parajeles a sus alumnos de Derecho Civil. Que no sea sólo aprobar materias, sino tener criterio, ¿me entienden?
Aquí viene la jugada maestra, o el cambalache, dependiendo cómo lo vea uno. En pleno 2025, se metieron unas notas mínimas pa’ el examen de incorporación que dejaron a varios con la boca abierta. Más de cuatro mil nuevos profesionales entraron gracias a una rebaja, ¡hasta con efecto retroactivo! Imagínense el batiburrillo… Algunos que ya habían reprobado varias veces, de repente, ¡listos pa’ defender nuestros derechos!
Y ahí es donde algunos empiezan a sudar frío. Porque el Colegio no está pa’ conseguir empleo, sino pa’ cuidarnos a nosotros, los ciudadanos. Queremos que nos representen abogados que sepan de lo que hablan, que tengan una base sólida, no solo conocimientos a medias. Celebrar que alguien aprobó a la quinta o sexta vez, ¡eso no va con el derecho, señores! Un error en un juicio puede costarle caro a cualquiera.
Otro problemón que hay en Costa Rica es que los jueces mismos andan reclamando que los abogados no saben dónde termina su jurisdicción. Pretender resolver bretes que no les corresponden, presentar demandas mal hechas… ¡una torta! Y encima, muchos recurren al papeleo como si fuera la solución a todos los males, olvidándose de otras opciones como la mediación, que ya contempla la ley. Don Arias Maduro siempre recalcaba eso, la importancia de buscar soluciones pacíficas antes de meterse en un lío judicial.
Hoy en día, las universidades vomitan graduados a velocidad de tren, pero no todos salen sabiendo realmente qué hacer con un libro de leyes. Hay menos exigencia académica, más ganas de sacar el título rápido y punto. Si sumamos a esto un examen de admisión flojete, pues el resultado es que tenemos abogados que llegan al tribunal con la cabeza llena de humo y poca sustancia. ¡Qué sal!
Ahora, el Colegio tiene alrededor de 32 mil agremiados pagando mensualmente, lo que implica una gran responsabilidad. Transparencia, control de gastos, modernización… son temas urgentes. Integra Iuris promete todo eso, pero la verdadera prueba será ver si cumplen. Subir el nivel, exigir más, eso es lo que necesitamos. ¿Ustedes creen que estas medidas propuestas por la nueva directiva del Colegio de Abogados realmente lograrán elevar el nivel de la profesión jurídica en Costa Rica, o estamos ante un mero discurso político? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa la gente!”,
Miguel Arias Maduro, nuevo presidente, viene con toda la intención de cambiar el panorama. Tiene un currículum que da envidia, entre cátedra y experiencia profesional. La idea es que el Colegio vuelva a ser un referente técnico, un lugar donde aprender y mejorar, en vez de ser solo una oficina pa’ tramites. Pero ojo, porque algunos dicen que esto va a traer roces, diay.
Como bien dice aquel decálogo famoso, “ama tu profesión”. No se trata solo de tener un título colgado, sino de echarle empeño, de estudiar, de pensar, como le repetía don Gerardo Parajeles a sus alumnos de Derecho Civil. Que no sea sólo aprobar materias, sino tener criterio, ¿me entienden?
Aquí viene la jugada maestra, o el cambalache, dependiendo cómo lo vea uno. En pleno 2025, se metieron unas notas mínimas pa’ el examen de incorporación que dejaron a varios con la boca abierta. Más de cuatro mil nuevos profesionales entraron gracias a una rebaja, ¡hasta con efecto retroactivo! Imagínense el batiburrillo… Algunos que ya habían reprobado varias veces, de repente, ¡listos pa’ defender nuestros derechos!
Y ahí es donde algunos empiezan a sudar frío. Porque el Colegio no está pa’ conseguir empleo, sino pa’ cuidarnos a nosotros, los ciudadanos. Queremos que nos representen abogados que sepan de lo que hablan, que tengan una base sólida, no solo conocimientos a medias. Celebrar que alguien aprobó a la quinta o sexta vez, ¡eso no va con el derecho, señores! Un error en un juicio puede costarle caro a cualquiera.
Otro problemón que hay en Costa Rica es que los jueces mismos andan reclamando que los abogados no saben dónde termina su jurisdicción. Pretender resolver bretes que no les corresponden, presentar demandas mal hechas… ¡una torta! Y encima, muchos recurren al papeleo como si fuera la solución a todos los males, olvidándose de otras opciones como la mediación, que ya contempla la ley. Don Arias Maduro siempre recalcaba eso, la importancia de buscar soluciones pacíficas antes de meterse en un lío judicial.
Hoy en día, las universidades vomitan graduados a velocidad de tren, pero no todos salen sabiendo realmente qué hacer con un libro de leyes. Hay menos exigencia académica, más ganas de sacar el título rápido y punto. Si sumamos a esto un examen de admisión flojete, pues el resultado es que tenemos abogados que llegan al tribunal con la cabeza llena de humo y poca sustancia. ¡Qué sal!
Ahora, el Colegio tiene alrededor de 32 mil agremiados pagando mensualmente, lo que implica una gran responsabilidad. Transparencia, control de gastos, modernización… son temas urgentes. Integra Iuris promete todo eso, pero la verdadera prueba será ver si cumplen. Subir el nivel, exigir más, eso es lo que necesitamos. ¿Ustedes creen que estas medidas propuestas por la nueva directiva del Colegio de Abogados realmente lograrán elevar el nivel de la profesión jurídica en Costa Rica, o estamos ante un mero discurso político? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa la gente!”,
