¡Ay, pata! Ya estamos a un mes pa’ las elecciones, y la cosa está más caliente que gallina pochada. Todos los candidatos buscando convencer al electorado, pero parece que este año la jugada es diferente: están poniendo toda la carne al asador en sus vicepresidentes. Parece que reconocieron que el mae o la mae que va de número dos puede marcar la diferencia.
Como bien sabemos, acá en Costa Rica hay que elegir tres: el presidente, y luego esos dos vicepresidentes que van detrás. Muchos pensamos que la atención siempre se lleva el que está arriba, promocionándose a diestra y siniestra, pero este año han dado un vuelco interesante. Casi todos los partidos se inclinaron por perfiles parecidos: abogados, expertos en seguridad, educadores... la onda es tener alguien que le dé credibilidad al proyecto y pueda solucionar los problemas urgentes del país.
Gabriel Zamora, del PLN, por ejemplo, está que arde explicando cómo su experiencia en el sector privado y las finanzas pueden ayudar a reactivar la economía. “Me consideraron y con mucho honor acepté,” nos decía hace poco. Claro, nadie quiere ver otra vez el país arrastrándose, y si un mae sabe de plata, pues ahí lo quieren. Pero ojo, eso no significa que vaya a ser fácil; la economía es una vaina complicada, y ni los mejores economistas tienen todas las respuestas.
Y no solo es el PLN, mira el Frente Amplio con Margarita Salas. Ella ha sido súper clara desde el principio: el problema más grande ahora mismo es la seguridad ciudadana. Después de tanto hurto y robos, la gente está harta, y busca soluciones rápidas. Salas plantea un giro fuerte en la inversión social, argumentando que esa es la clave para recuperar la tranquilidad. Veremos si le hacen caso, porque cambiar prioridades no es tarea fácil, máxime cuando hay tantos intereses en juego.
Ahora, hay que preguntarse qué papel juegan realmente estos vicepresidentes. No es solamente estar ahí pa’ ocupar la silla de Zapote si el presidente no puede. Suelen tener carte política, portafolios importantes, e incluso presidir consejos o áreas específicas del gobierno. Recordemos a Mary Munive, que tuvo dos ministerios y mandaba en el área social. Eso sí, tener tanta responsabilidad trae mucha presión, y si las cosas salen mal, la bronca recae encima.
Además, te digo una cosita, esto de elegir vicepresidentes es un brete. A veces sale un mae que te sorprende, que aporta ideas nuevas y frescas, y otras veces… bueno, ahí te quedas con cara de turiste. Lo importante es analizar bien los perfiles, ver qué proponen, y no dejarse llevar solo por el apellido o la popularidad del candidato presidencial. Pura publicidad no alimenta a nadie, ¡diay!
Las fórmulas aspiran a convencer al votante, presentándole un equipo completo que aborde los temas cruciales del país. Seguridad, economía, educación… todo está en la mesa. Algunos dicen que es una estrategia para acaparar votos de diferentes sectores, otros creen que es un indicativo de que los candidatos confían en sus segundos espaldas. Sea cual sea la razón, lo cierto es que este año la elección se definirá en los detalles, en esas pequeñas diferencias que pueden marcar la pauta para los próximos cuatro años. La verdad es que el panorama está más cargado que nevera de navidad.
Con todo esto, la gran pregunta que queda es: ¿Realmente estos vicepresidentes tendrán el poder y la influencia para implementar las políticas prometidas, o terminarán siendo meros acompañantes en el camino hacia Casa Amarilla? ¿Crees que los candidatos han elegido a sus vicepresidentes pensando en las necesidades reales del país o simplemente como una herramienta política? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!
Como bien sabemos, acá en Costa Rica hay que elegir tres: el presidente, y luego esos dos vicepresidentes que van detrás. Muchos pensamos que la atención siempre se lleva el que está arriba, promocionándose a diestra y siniestra, pero este año han dado un vuelco interesante. Casi todos los partidos se inclinaron por perfiles parecidos: abogados, expertos en seguridad, educadores... la onda es tener alguien que le dé credibilidad al proyecto y pueda solucionar los problemas urgentes del país.
Gabriel Zamora, del PLN, por ejemplo, está que arde explicando cómo su experiencia en el sector privado y las finanzas pueden ayudar a reactivar la economía. “Me consideraron y con mucho honor acepté,” nos decía hace poco. Claro, nadie quiere ver otra vez el país arrastrándose, y si un mae sabe de plata, pues ahí lo quieren. Pero ojo, eso no significa que vaya a ser fácil; la economía es una vaina complicada, y ni los mejores economistas tienen todas las respuestas.
Y no solo es el PLN, mira el Frente Amplio con Margarita Salas. Ella ha sido súper clara desde el principio: el problema más grande ahora mismo es la seguridad ciudadana. Después de tanto hurto y robos, la gente está harta, y busca soluciones rápidas. Salas plantea un giro fuerte en la inversión social, argumentando que esa es la clave para recuperar la tranquilidad. Veremos si le hacen caso, porque cambiar prioridades no es tarea fácil, máxime cuando hay tantos intereses en juego.
Ahora, hay que preguntarse qué papel juegan realmente estos vicepresidentes. No es solamente estar ahí pa’ ocupar la silla de Zapote si el presidente no puede. Suelen tener carte política, portafolios importantes, e incluso presidir consejos o áreas específicas del gobierno. Recordemos a Mary Munive, que tuvo dos ministerios y mandaba en el área social. Eso sí, tener tanta responsabilidad trae mucha presión, y si las cosas salen mal, la bronca recae encima.
Además, te digo una cosita, esto de elegir vicepresidentes es un brete. A veces sale un mae que te sorprende, que aporta ideas nuevas y frescas, y otras veces… bueno, ahí te quedas con cara de turiste. Lo importante es analizar bien los perfiles, ver qué proponen, y no dejarse llevar solo por el apellido o la popularidad del candidato presidencial. Pura publicidad no alimenta a nadie, ¡diay!
Las fórmulas aspiran a convencer al votante, presentándole un equipo completo que aborde los temas cruciales del país. Seguridad, economía, educación… todo está en la mesa. Algunos dicen que es una estrategia para acaparar votos de diferentes sectores, otros creen que es un indicativo de que los candidatos confían en sus segundos espaldas. Sea cual sea la razón, lo cierto es que este año la elección se definirá en los detalles, en esas pequeñas diferencias que pueden marcar la pauta para los próximos cuatro años. La verdad es que el panorama está más cargado que nevera de navidad.
Con todo esto, la gran pregunta que queda es: ¿Realmente estos vicepresidentes tendrán el poder y la influencia para implementar las políticas prometidas, o terminarán siendo meros acompañantes en el camino hacia Casa Amarilla? ¿Crees que los candidatos han elegido a sus vicepresidentes pensando en las necesidades reales del país o simplemente como una herramienta política? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!