¡Aguanten! El Parque Diversiones se ha vuelto un verdadero hervidero artístico estos días, porque ya estamos metidos en la etapa nacional del Festival Estudiantil de las Artes (FEA). Un total de 12.711 estudiantes, desde los más chikitos hasta los que ya están casi graduándose, están mostrando su talento a lo grande. ¡Esto sí que es bueno!
Imagínense la movida: chicos y chicas de todas las edades, representando a las 27 direcciones regionales del país, compitiendo en un montón de modalidades creativas. No es cualquier vaina, eh; estos pinches estudiantes tienen que pasar por tres rondas eliminatorias – institucional, circuito y regional – antes de llegar a esta instancia final. Demuestra que le pusieron corazón y huevos al brete.
El MEPE, con toda la razón del mundo, organiza este festival para impulsar la formación completa de los estudiantes, no solo en matemáticas y ciencias, sino también en el arte. Dicen que el arte te abre la mente, te hace más sensible, te enseña a pensar diferente y, sobre todo, te ayuda a convivir bien con los demás. ¡Y tienen razón hecha!
Y no me vengan con que esto es aburrido, porque ¡qué falsedad! Estamos hablando de más de 50 disciplinas artísticas diferentes. Desde teatro y poesía hasta música y pintura, hay una chimba de cosas para ver, escuchar y sentir. Se puede encontrar desde una obra de títeres hasta un recital de poesía slam, pasando por bandas de rock y exposiciones de fotografía. ¡Para todos los gustos!
Este año, el FEA cumple 50 años, ¡medio siglo de apoyar el arte educativo en Costa Rica! Han pasado generaciones de artistas por estas filas, encontrando acá un espacio para crecer y mostrar su talento. Y eso es importantísimo, porque el arte es lo que nos diferencia como seres humanos, ¿verdad?
Es impresionante cómo convergen ahí diferentes realidades y costumbres. Ves al chico de la montaña mostrando sus tejidos tradicionales junto al joven de la capital recitando versos modernos. Ese intercambio cultural es lo que enriquece al país y nos recuerda que somos muchos, pero vamos en la misma dirección. ¡Esto sí que es construir patria!
Ahora, si piensan que esto es solo competencia, se equivocan. Lo lindo del FEA es que además de premiar el talento, fomenta la amistad, el compañerismo y el respeto mutuo. Todos aprenden unos de otros, comparten experiencias y se llevan recuerdos inolvidables. No es solo ganar o perder, sino disfrutar del proceso y celebrar el arte en todas sus formas. Esto, señores, es a todo dar.
Entonces, díganme, ¿creen ustedes que invertir en programas como el FEA es esencial para formar ciudadanos críticos, creativos y comprometidos con su comunidad? ¿O pensamos que solo importa lo académico y dejamos de lado la importancia del arte en nuestra vida diaria?
Imagínense la movida: chicos y chicas de todas las edades, representando a las 27 direcciones regionales del país, compitiendo en un montón de modalidades creativas. No es cualquier vaina, eh; estos pinches estudiantes tienen que pasar por tres rondas eliminatorias – institucional, circuito y regional – antes de llegar a esta instancia final. Demuestra que le pusieron corazón y huevos al brete.
El MEPE, con toda la razón del mundo, organiza este festival para impulsar la formación completa de los estudiantes, no solo en matemáticas y ciencias, sino también en el arte. Dicen que el arte te abre la mente, te hace más sensible, te enseña a pensar diferente y, sobre todo, te ayuda a convivir bien con los demás. ¡Y tienen razón hecha!
Y no me vengan con que esto es aburrido, porque ¡qué falsedad! Estamos hablando de más de 50 disciplinas artísticas diferentes. Desde teatro y poesía hasta música y pintura, hay una chimba de cosas para ver, escuchar y sentir. Se puede encontrar desde una obra de títeres hasta un recital de poesía slam, pasando por bandas de rock y exposiciones de fotografía. ¡Para todos los gustos!
Este año, el FEA cumple 50 años, ¡medio siglo de apoyar el arte educativo en Costa Rica! Han pasado generaciones de artistas por estas filas, encontrando acá un espacio para crecer y mostrar su talento. Y eso es importantísimo, porque el arte es lo que nos diferencia como seres humanos, ¿verdad?
Es impresionante cómo convergen ahí diferentes realidades y costumbres. Ves al chico de la montaña mostrando sus tejidos tradicionales junto al joven de la capital recitando versos modernos. Ese intercambio cultural es lo que enriquece al país y nos recuerda que somos muchos, pero vamos en la misma dirección. ¡Esto sí que es construir patria!
Ahora, si piensan que esto es solo competencia, se equivocan. Lo lindo del FEA es que además de premiar el talento, fomenta la amistad, el compañerismo y el respeto mutuo. Todos aprenden unos de otros, comparten experiencias y se llevan recuerdos inolvidables. No es solo ganar o perder, sino disfrutar del proceso y celebrar el arte en todas sus formas. Esto, señores, es a todo dar.
Entonces, díganme, ¿creen ustedes que invertir en programas como el FEA es esencial para formar ciudadanos críticos, creativos y comprometidos con su comunidad? ¿O pensamos que solo importa lo académico y dejamos de lado la importancia del arte en nuestra vida diaria?