¡Ay, Dios mío! Así nos va, pura bronca. Pues miren, señores, se declara oficialmente la calma chicha en el sector público. Desde hoy, quince días de descanso obligatorio, un respiro monumental para unos y un tormentón para otros. La planilla se achica, los trámites se acumulan y el país… bueno, el país anda a paso lento, como turtle en carnaval.
Lo que significa, en cristiano, que si necesitabas resolver algo con el gobierno – renovar tu cedúla, tramitar un permiso, pedirle algo al Ministerio – te toca esperar para el 5 de enero. Presidente, ministros, diputados, judiciales, ¡todos de vacaciones! Una escapadita bien merecida, dicen algunos, mientras el pueblo, muchos, se preguntan cómo diablos vamos a hacer para lidiar con todo esto.
Y ni hablar del Congreso, donde seguramente ya están planeando dónde ir a tomar sol. Pero a ver, ¿quién va a aprobar los presupuestos necesarios para solucionar los problemas que ya tenemos? Parece que este año las leyes van a descansar más que nosotros, los que estamos trabajando duro para mantener el país a flote. Total, ¡pura chévere!
Pero la verdadera carga viene de otro lado: los hospitales. La Ministra de Salud, Mary Munive, ha soltado la bomba: ¡vamos a colapsar! Con la temporada navideña, los viajes, las parrandas y los inevitable accidentes, los centros de atención médica van a estar a reventón. Y encima, falta personal especializado. ¡Qué despiche!
Según la ministra, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no está dando abasto, sobre todo porque hay muy pocos especialistas disponibles. Los hospitales regionales, dice, estarán al borde del colapso, lo que significaría mayores riesgos para la salud de todos, incluyendo un posible aumento en la mortalidad infantil. ¡Qué sal!
Munive recuerda que intentaron contratar médicos extranjeros, pero el Colegio de Médicos se negó a darles permisos temporales. Un verdadero brete, la verdad. Lo que hace pensar que a veces, la burocracia y la rigidez terminan perjudicando al pueblo. Pero bueno, ahí tienen su “autonomía”. Y ahora, pagaremos las consecuencias.
Y para rematar, si perdiste tu placa por estacionarte en línea amarilla o por conducir sin licencia, olvídate de recuperarla hasta el 5 de enero. Ese es el plazo que dio el Consejo de Seguridad Vial. Así que cuidado, mangues, porque ahora, encima de pagar la multa y los costos de acarreo, tendrás que esperar mucho tiempo para volver a moverte en carretera. ¡Menuda vara!
En fin, compañeros, entre vacaciones oficiales, riesgo de colapso sanitario y placas decomisadas, parece que este fin de año va a estar lleno de sorpresas. Ahora me pregunto, ¿creen que el gobierno realmente está priorizando el bienestar de la población con estas decisiones, o simplemente están buscando una forma fácil de ahorrar dinero a costa de nuestra seguridad y calidad de vida?
Lo que significa, en cristiano, que si necesitabas resolver algo con el gobierno – renovar tu cedúla, tramitar un permiso, pedirle algo al Ministerio – te toca esperar para el 5 de enero. Presidente, ministros, diputados, judiciales, ¡todos de vacaciones! Una escapadita bien merecida, dicen algunos, mientras el pueblo, muchos, se preguntan cómo diablos vamos a hacer para lidiar con todo esto.
Y ni hablar del Congreso, donde seguramente ya están planeando dónde ir a tomar sol. Pero a ver, ¿quién va a aprobar los presupuestos necesarios para solucionar los problemas que ya tenemos? Parece que este año las leyes van a descansar más que nosotros, los que estamos trabajando duro para mantener el país a flote. Total, ¡pura chévere!
Pero la verdadera carga viene de otro lado: los hospitales. La Ministra de Salud, Mary Munive, ha soltado la bomba: ¡vamos a colapsar! Con la temporada navideña, los viajes, las parrandas y los inevitable accidentes, los centros de atención médica van a estar a reventón. Y encima, falta personal especializado. ¡Qué despiche!
Según la ministra, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no está dando abasto, sobre todo porque hay muy pocos especialistas disponibles. Los hospitales regionales, dice, estarán al borde del colapso, lo que significaría mayores riesgos para la salud de todos, incluyendo un posible aumento en la mortalidad infantil. ¡Qué sal!
Munive recuerda que intentaron contratar médicos extranjeros, pero el Colegio de Médicos se negó a darles permisos temporales. Un verdadero brete, la verdad. Lo que hace pensar que a veces, la burocracia y la rigidez terminan perjudicando al pueblo. Pero bueno, ahí tienen su “autonomía”. Y ahora, pagaremos las consecuencias.
Y para rematar, si perdiste tu placa por estacionarte en línea amarilla o por conducir sin licencia, olvídate de recuperarla hasta el 5 de enero. Ese es el plazo que dio el Consejo de Seguridad Vial. Así que cuidado, mangues, porque ahora, encima de pagar la multa y los costos de acarreo, tendrás que esperar mucho tiempo para volver a moverte en carretera. ¡Menuda vara!
En fin, compañeros, entre vacaciones oficiales, riesgo de colapso sanitario y placas decomisadas, parece que este fin de año va a estar lleno de sorpresas. Ahora me pregunto, ¿creen que el gobierno realmente está priorizando el bienestar de la población con estas decisiones, o simplemente están buscando una forma fácil de ahorrar dinero a costa de nuestra seguridad y calidad de vida?
