http://www.diarioextra.com/2009/noviemb ... esos01.php
NOVIA PIDIÓ ¢4 MILLS. PARA NO ACUSARLO DE VIOLACIÓN
SILVIA COTO ROJAS • OIJ la capturó recibiendo pago, Puntarenas:
Por estar de ambiciosa, una novia se quedó sin el santo y sin la limosna, pues como su enamorado la llenaba de lujos, decidió extorsionarlo pidiéndole ¢4 millones para no acusarlo de violación, pero en lugar de hacerse rica quedó tras las rejas al ser detenida en Puntarenas.
La mujer, de apellido Ulate y de 22 años, se había encargado de enamorar con su juventud y sensualidad a un empresario de 40 años, de la zona de Monteverde. El hombre, enloquecido por el falso amor de la muchacha, la tenía como una reina, pues le pagaba un lujoso apartamento en San José, le mantenía sus estudios de arquitectura en una universidad privada y le daba dinero para comprar ropa y cuanto caprichito se le ocurría, inclusive hasta la llevó de paseo a otros países.
LO ENGAÑÓ
Durante casi dos años el hombre trabajó por mantener a su amada, días atrás Ulate pidió al empresario que la llevara a Guanacaste, propiamente a Santa Cruz, donde la mujer vivía cuando no estudiaba. Él complaciente no dudó en decirle que sí, pues asistirían a una fiesta.
Una vez en esa provincia la joven lo sedujo hasta convencerlo de que tuvieran relaciones sexuales dentro del carro, él empresario no se resistió e hicieron el amor con locura sin importarles ser descubiertos.
Pero lo que parecía para el afectado una noche de entrega, se convirtió en desilusión después de que la mujer lo amenazara con acusarlo de haberla violado si no le daba ¢4 millones en efectivo y un carro.
LA DENUNCIÓ POR INTERESADA
El hombre no lo podía creer, pues la había complacido en todo y la malagradecida le respondió con desamor e interés, y empezó a pensar qué hacía, pues la denuncia de la violación sería una injusticia.
Con el corazón lleno de dolor, el hombre se fue al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en Monteverde y sin pensarlo dos veces presentó la denuncia por extorsión contra Ulate.
CAYÓ EN LA TRAMPA
Los agentes le indicaron al afectado que debían detener a la mujer en el acto cuando recibiera el dinero, por lo que él le depositó ¢3,5 millones y la citó en el sector de la subasta El Progreso, en el cruce de Barranca, carretera a Miramar, para entregarle el resto de dinero y el carro.
La muy descarada se vistió y maquilló para que al hombre le doliera verla bien arreglada, se montó a un bus de Guanacaste y junto a dos hombres llegó hasta el lugar donde le entregarían la plata y el carro.
En el momento en que la sonrisa le llegaba de oreja a oreja y sus ojos le brillaban al ver lo prometido, cayeron los agentes judiciales, quienes le apagaron el rostro al indicarle a ella y a sus acompañantes que estaban detenidos.
Los dos hombres arrestados aseguraron que uno era el cuñado y sólo la acompañaba a comprar un carro y él otro indicó ser un mecánico que revisaría el motor del vehículo para constatar que estaba en buen estado.
El afectado desilusionado, pero más tranquilo, observó cómo la mujer y los otros dos detenidos se fueron en un carro, pero policial, hasta las celdas del OIJ en Puntarenas, donde se espera que la Fiscalía solicite medidas cautelares en las próximas horas y defina la situación legal de los hombres.
NOVIA PIDIÓ ¢4 MILLS. PARA NO ACUSARLO DE VIOLACIÓN
SILVIA COTO ROJAS • OIJ la capturó recibiendo pago, Puntarenas:
Por estar de ambiciosa, una novia se quedó sin el santo y sin la limosna, pues como su enamorado la llenaba de lujos, decidió extorsionarlo pidiéndole ¢4 millones para no acusarlo de violación, pero en lugar de hacerse rica quedó tras las rejas al ser detenida en Puntarenas.
La mujer, de apellido Ulate y de 22 años, se había encargado de enamorar con su juventud y sensualidad a un empresario de 40 años, de la zona de Monteverde. El hombre, enloquecido por el falso amor de la muchacha, la tenía como una reina, pues le pagaba un lujoso apartamento en San José, le mantenía sus estudios de arquitectura en una universidad privada y le daba dinero para comprar ropa y cuanto caprichito se le ocurría, inclusive hasta la llevó de paseo a otros países.
LO ENGAÑÓ
Durante casi dos años el hombre trabajó por mantener a su amada, días atrás Ulate pidió al empresario que la llevara a Guanacaste, propiamente a Santa Cruz, donde la mujer vivía cuando no estudiaba. Él complaciente no dudó en decirle que sí, pues asistirían a una fiesta.
Una vez en esa provincia la joven lo sedujo hasta convencerlo de que tuvieran relaciones sexuales dentro del carro, él empresario no se resistió e hicieron el amor con locura sin importarles ser descubiertos.
Pero lo que parecía para el afectado una noche de entrega, se convirtió en desilusión después de que la mujer lo amenazara con acusarlo de haberla violado si no le daba ¢4 millones en efectivo y un carro.
LA DENUNCIÓ POR INTERESADA
El hombre no lo podía creer, pues la había complacido en todo y la malagradecida le respondió con desamor e interés, y empezó a pensar qué hacía, pues la denuncia de la violación sería una injusticia.
Con el corazón lleno de dolor, el hombre se fue al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en Monteverde y sin pensarlo dos veces presentó la denuncia por extorsión contra Ulate.
CAYÓ EN LA TRAMPA
Los agentes le indicaron al afectado que debían detener a la mujer en el acto cuando recibiera el dinero, por lo que él le depositó ¢3,5 millones y la citó en el sector de la subasta El Progreso, en el cruce de Barranca, carretera a Miramar, para entregarle el resto de dinero y el carro.
La muy descarada se vistió y maquilló para que al hombre le doliera verla bien arreglada, se montó a un bus de Guanacaste y junto a dos hombres llegó hasta el lugar donde le entregarían la plata y el carro.
En el momento en que la sonrisa le llegaba de oreja a oreja y sus ojos le brillaban al ver lo prometido, cayeron los agentes judiciales, quienes le apagaron el rostro al indicarle a ella y a sus acompañantes que estaban detenidos.
Los dos hombres arrestados aseguraron que uno era el cuñado y sólo la acompañaba a comprar un carro y él otro indicó ser un mecánico que revisaría el motor del vehículo para constatar que estaba en buen estado.
El afectado desilusionado, pero más tranquilo, observó cómo la mujer y los otros dos detenidos se fueron en un carro, pero policial, hasta las celdas del OIJ en Puntarenas, donde se espera que la Fiscalía solicite medidas cautelares en las próximas horas y defina la situación legal de los hombres.