¡Ay, Dios mío! Wall Street anda contenta, dando saltos como canguro después de la lluvia. Parece que los números están bailando al ritmo de los resultados empresariales y hasta se rumora que Estados Unidos y China van a dejar de pelear por un rato. Dicen que el Dow Jones, el Nasdaq y el S&P 500 subieron, subieron, subieron… una verdadera fiesta bursátil allá en el norte.
La verdad, uno se queda pensando si toda esta alegría nos va a llegar a nosotros, acá en Costa Rica. Ya saben cómo es la cosa, a veces miramos para afuera y nos sentimos un poquito como mosquitos mirando elefantes. Siempre hay que recordar que la economía global es un brete complicado y aunque haya buenas noticias allá, no significa que automáticamente se traduzcan en buenas cosas para nuestro bolsillo.
Y hablando de bolsillo, ¿quién olvida el asunto del tipo de cambio? Ese chunche siempre anda jugando con nuestros precios. Hace poco, el Banco Central mantuvo la tasa de política monetaria, intentando ponerle freno a la inflación, pero ahí andan los dólares presionando para que el colón baje, bajito, bajito... un verdadero dolor de cabeza para los pequeños comerciantes y para todos nosotros que vamos al mercado.
Además, recordemos que Procomer también anda midiendo la inversión extranjera con unas reglas que ya quedaron pequeñas, como zapatos de niño. Eso dificulta atraer a esos inversionistas que podrían darle un empujoncito a nuestra economía. Se necesita actualizar eso, diay. A ver si los diputados le echan ganas y aprueban algo que realmente funcione. Porque así, con reglas desfasadas, vamos a seguir viendo cómo otros países se llevan la tajada grande.
Pero no todo está perdido, ¡para nada! Tenemos sectores fuertes como el turismo, que siguen atrayendo visitantes y generando empleos. También la industria de dispositivos médicos ha tenido apoyo, buscando crecer y posicionarse a nivel internacional. Esos son los proyectos que nos dan un rayito de esperanza, esas varas que vale la pena impulsar.
Ahora bien, volviendo a Wall Street, es importante entender que sus movimientos pueden tener un efecto dominó a nivel mundial. Un cambio brusco ahí puede sacudir nuestras economías, incluso las más estables. Por eso, aunque celebremos sus éxitos, debemos mantener los pies en la tierra y enfocarnos en fortalecer nuestra propia casa económica.
Algunos analistas dicen que este optimismo en Wall Street podría ser temporal, una especie de rebote después de meses de incertidumbre. Otros, más pesimistas, advierten que aún hay muchos factores de riesgo en juego, como la guerra en Ucrania, la inflación persistente y las posibles recesiones en Europa y Asia. Uno nunca sabe qué les espera a esos gringos allá arriba; a veces se emocionan demasiado rápido, ¡qué carga!
Así que, mi gente, mientras seguimos observando lo que pasa en el mundo, sigamos trabajando duro, apoyando a nuestros emprendedores y consumiendo productos nacionales. Al final del día, lo más importante es que hagamos lo posible por mejorar nuestra propia economía, sin depender tanto de las ondas ajenas. ¿Ustedes creen que Costa Rica debería enfocarse más en diversificar su economía y reducir su dependencia de los mercados externos, o consideran que es prudente esperar y ver cómo evolucionan las tendencias globales?
La verdad, uno se queda pensando si toda esta alegría nos va a llegar a nosotros, acá en Costa Rica. Ya saben cómo es la cosa, a veces miramos para afuera y nos sentimos un poquito como mosquitos mirando elefantes. Siempre hay que recordar que la economía global es un brete complicado y aunque haya buenas noticias allá, no significa que automáticamente se traduzcan en buenas cosas para nuestro bolsillo.
Y hablando de bolsillo, ¿quién olvida el asunto del tipo de cambio? Ese chunche siempre anda jugando con nuestros precios. Hace poco, el Banco Central mantuvo la tasa de política monetaria, intentando ponerle freno a la inflación, pero ahí andan los dólares presionando para que el colón baje, bajito, bajito... un verdadero dolor de cabeza para los pequeños comerciantes y para todos nosotros que vamos al mercado.
Además, recordemos que Procomer también anda midiendo la inversión extranjera con unas reglas que ya quedaron pequeñas, como zapatos de niño. Eso dificulta atraer a esos inversionistas que podrían darle un empujoncito a nuestra economía. Se necesita actualizar eso, diay. A ver si los diputados le echan ganas y aprueban algo que realmente funcione. Porque así, con reglas desfasadas, vamos a seguir viendo cómo otros países se llevan la tajada grande.
Pero no todo está perdido, ¡para nada! Tenemos sectores fuertes como el turismo, que siguen atrayendo visitantes y generando empleos. También la industria de dispositivos médicos ha tenido apoyo, buscando crecer y posicionarse a nivel internacional. Esos son los proyectos que nos dan un rayito de esperanza, esas varas que vale la pena impulsar.
Ahora bien, volviendo a Wall Street, es importante entender que sus movimientos pueden tener un efecto dominó a nivel mundial. Un cambio brusco ahí puede sacudir nuestras economías, incluso las más estables. Por eso, aunque celebremos sus éxitos, debemos mantener los pies en la tierra y enfocarnos en fortalecer nuestra propia casa económica.
Algunos analistas dicen que este optimismo en Wall Street podría ser temporal, una especie de rebote después de meses de incertidumbre. Otros, más pesimistas, advierten que aún hay muchos factores de riesgo en juego, como la guerra en Ucrania, la inflación persistente y las posibles recesiones en Europa y Asia. Uno nunca sabe qué les espera a esos gringos allá arriba; a veces se emocionan demasiado rápido, ¡qué carga!
Así que, mi gente, mientras seguimos observando lo que pasa en el mundo, sigamos trabajando duro, apoyando a nuestros emprendedores y consumiendo productos nacionales. Al final del día, lo más importante es que hagamos lo posible por mejorar nuestra propia economía, sin depender tanto de las ondas ajenas. ¿Ustedes creen que Costa Rica debería enfocarse más en diversificar su economía y reducir su dependencia de los mercados externos, o consideran que es prudente esperar y ver cómo evolucionan las tendencias globales?