yercomrade7
ANÓNIMO
Si los seres humanos utilizan la realidad o existencia (su metafísica) como marco de referencia, para definir (a través de la razón: su epistemología) el conjunto de valores por el cuál van a guiar sus decisiones y acciones, entonces el resultado va a ser el egoísmo racional (su ética).No me refiero a una solución a problemas porque eso implicaría ver el egoísmo racional como un paliativo nada más, más bien lo digo porque le das a dicha alternativa un alto poder o alcance: si obrando sobre la base egoísta de la razón se hubiese evitado la violencia a un grado tal de no haber pasado el suplicio del siglo XX, merecería ser más que solo una alternativa.
Porque según te entiendo, implicaría una base moral teniendo como pauta inicial el individuo y sus deseos egoístas?
Abandonaríamos entonces el colectivismo, al que no concuerdo en llamar de altruista porque como te dije pareceme que se confunde con la farsa cristiana.
Voy a hacer un pequeño resumen de metafísica y epistemología objetivista (objetivismo como egoísmo racional).
Por metafísica, nos preguntamos ¿Cuál es la realidad de las cosas o cuál es su naturaleza? Para el objetivista, la existencia es un axioma: la existencia existe; existe algo que uno percibe y que uno existe poseyendo conciencia, siendo ésta la facultad de percibir aquello que existe.
Entender la metafísica objetivista al principio no es fácil. Porque a nivel cultural se han aceptado premisas contradictorias, que extrañamente se mezclan con la ciencia (gracias al positivismo lógico) y que aún más extraño le ayudan a los místicos modernos a seguir sosteniendo sus ideas sobrenaturales, con total elocuencia.
Por epistemología, nos preguntamos ¿Cómo puedo estar seguro que lo sé? ¿Cómo puedo tener certeza? La respuesta es la razón como el único medio valido para adquirir conocimiento.
La razón es la facultad de percibir, identificar e integrar el material provisto por los sentidos. Pero los sentidos no son infalibles ¿Cómo sé que no me engañan mis sentidos? Por la aplicación de la lógica aristotélica. A es igual a A, A no puede ser B, ni existe un punto intermedio entre A y B, o es A o es B.
Si tus sentidos te engañan, pero al identificar aquello que percibes, encuentras una contradicción que no pase el filtro de la lógica, no puedes añadir ningún tipo de concepto contradictorio a la suma total de tu conocimiento. El conocimiento (episteme), se expande no se contradice.
Ahora si nos preguntamos ¿Qué es el ser humano? Su definición es la que le dio Aristóteles: un animal racional. Un organismo independiente de los demás (un individuo), que poseé una identidad específica: es individualista y egoísta. No puede ni debe prácticar los ideales del altruismo, son opuestos a su naturaleza, por esa razón los colectivistas a lo largo de la historia han tenido que defender sus ideas a punta de pistola y al final ni ellos mismos los que las predican, pueden prácticarlas.
Entendida está realidad metafísica del hombre, como un organismo independiente o individuo ¿Cómo debería de comportarse o guiarse confome a su naturaleza? Talvez como un egoísta bruto, capaz de pasar por encima de todos los demás usando la fuerza para obtener lo que quiere o en otras palabras como un dictador? Cuánto le puede durar ese reinado de la fuerza? O como organismo independiente que es, debería de preocuparse estríctamente de su interés personal? Qué necesito para poder cumplir con mis intereses personales? Es simple: libertad, que los demás no te molesten.
Entender la naturaleza del hombre como tal, su identidad, le pone fin a la teoría primitiva de los sacrificios humanos. A la idea del hombre social, fruto de la sociedad y no a la inversa como realmente es: la sociedad como fruto del individuo.
Ahora si podemos empezar a definir la ética:
La ética objetivista (basada en el egoísmo racional), establece que la vida de cada hombre es un fin en sí mismo y no un medio para un fin. Significa que yo no me voy a sacrificar por usted, ni lo voy a sacrificar a usted por mí.
Citas:
"El hombre no tiene opción en cuanto a su capacidad para sentir que algo es bueno o malo; lo que considere bueno o malo, lo que le dé alegría o pena, lo que ame u odie, lo que desee o tema, dependerá de su pauta de valores. Si elige valores irracionales, su mecanismo emocional dejará de cumplir el rol que le cabe como su guardián para convertirse en su destructor. Lo irracional es lo imposible; es aquello que contradice los hechos de la realidad; los hechos no pueden ser alterados por un deseo, pero pueden destruir al que desea. Si un hombre desea y persigue contradicciones, si quiere conservar su torta y comerla al mismo tiempo, desintegrará su conciencia: convertirá su vida interior en una guerra civil de fuerzas ciegas, ocupadas en conflictos oscuros, inútiles, incoherentes, carentes de sentido (lo cual, por otra parte, es el estado interno de la mayoría de las personas hoy en día)."
"El propósito moral de la vida de un hombre es el logro de su felicidad. Esto no significa que sea indiferente hacia todos los hombres, que la vida humana carezca de valor para él y que no tenga motivos para ayudar a los otros en una emergencia. Pero sí significa que no debe subordinar su vida a la obtención del bienestar de los demás, ni sacrificarse por las necesidades de ellos, que el alivio de los sufrimientos ajenos no es su preocupación primordial, que toda ayuda que dé es una excepción y no una regla, un acto de generosidad y no un deber moral, que esa ayuda es marginal e incidental, así como los desastres son marginales e incidentales en el curso de una existencia humana, y que los valores, no las catástrofes, son su meta, su preocupación primordial y la potencia motriz de su vida."
"Un egoísmo genuino, es decir, una auténtica preocupación por descubrir qué es lo que favorece el interés personal, la aceptación de la responsabilidad de lograrlo, la negativa a traicionar jamás esa meta actuando por ciegos caprichos, humores, impulsos o sentimientos momentáneos, una lealtad sin compromisos con los juicios, convicciones y valores propios, representa un profundo logro moral. Aquellos que aseguran que "todos somos egoístas" suelen presentar esa declaración como una expresión de cinismo y desprecio. Pero la verdad es que esa declaración le hace a la humanidad un cumplido que no merece."
"Existen, en líneas generales, cinco áreas (interconectadas) que permiten al hombre experimentar el disfrute de la vida: el trabajo productivo, las relaciones humanas, la recreación, el arte y el sexo. El trabajo productivo es el área más importante: a través de su trabajo el hombre gana el sentido básico de control sobre la existencia, el sentido de eficacia, que es el fundamento necesario para obtener la capacidad de disfrutar los demás valores. Aquel cuya vida carece de dirección o propósito, que no tiene meta creativa, se sentirá indefenso y sin control; aquel que se siente indefenso y sin control, se considerará inadecuado e incapacitado para la existencia, y el que se siente incapacitado para la existencia tampoco estará capacitado para gozar de ella. Una de las características que identifican al hombre que se estima a sí mismo, que considera al Universo abierto a sus esfuerzos, es el profundo placer que experimenta en el trabajo productivo de su mente; su alegría de vivir es alimentada por una incesante preocupación por crecer en conocimiento y habilidad, por pensar, alcanzar, avanzar, enfrentar nuevos desafíos y superarlos, por ganar el orgullo de una eficacia en continua expansión. El hombre que disfruta dedicándose sólo a lo rutinario y a lo familiar, que se inclina a trabajar en una semi-obnubilación, que encuentra la felicidad al liberarse de todo desafío, de toda necesidad de lucha o esfuerzo, revela un tipo de alma distinta: la del hombre que carece profundamente de autoestima, a quien el Universo le parece inescrutable y vagamente amenazador, cuyo principal impulso motivador es un anhelo de seguridad, no la seguridad obtenida a través de la eficacia sino la de un mundo donde la eficacia no constituya una exigencia."
"El ser humano debe elegir sus acciones, valores y metas de acuerdo con la norma de lo que es apropiado para el hombre, a los efectos de alcanzar, sustentar, cumplir y gozar ese valor supremo, ese fin en sí mismo que es su propia vida. El valor es aquello por lo cual uno actúa, para obtenerlo y/o conservarlo. La virtud reside en la acción por la cual uno obtiene y/o conserva. Los tres valores cardinales de la ética objetivista, que, en su conjunto, son el medio para realizar el valor supremo de una persona, es decir, su propia vida, y al mismo tiempo su realización, son: Razón, Propósito, Autoestima, con sus tres virtudes correspondientes: Racionalidad, Productividad, Orgullo. El trabajo productivo es el propósito fundamental de la vida de un hombre racional, el valor central que integra y determina la jerarquía de todos sus valores. La razón es la fuente, la precondición de su trabajo productivo. El orgullo es el resultado."
"Cuando un "deseo", sea cual fuere su naturaleza o su causa, se toma como un principio ético, y la gratificación de todos y cada uno de los deseos, como una meta ética (tal como "la mayor felicidad para la mayor cantidad"), los hombres no tienen más elección que odiar, temer y luchar los unos contra los otros, ya que sus deseos y sus intereses necesariamente chocarán. Si él "deseo" se elige como pauta ética, tendrán igual validez ética el deseo de un hombre de producir y el de otro de robarle, el deseo de un hombre de ser libre y el de otro de esclavizarlo, el deseo de un hombre de ser amado y admirado por sus virtudes y el deseo de otro de amor y admiración inmerecidos. Y si la frustración de cualquier deseo constituye un sacrificio, entonces el hombre que posee un automóvil que le es robado está siendo sacrificado, pero lo mismo ocurrirá con aquel que desea o "aspira a tener" un automóvil que el dueño se niega a darle, y estos dos "sacrificios" tendrán igual nivel ético. Si esto es así, la única elección posible para el ser humano es robar o ser robado, destruir o ser destruido, sacrificar a otros a sus deseos o sacrificarse a los deseos de los demás; entonces, la única alternativa ética es ser un sádico o un masoquista. El canibalismo moral de todas las doctrinas hedonistas y altruistas reside en la premisa de que la felicidad de un hombre necesariamente requiere que otro sea perjudicado."
"No es la inmoralidad de los hombres la responsable del colapso que ahora amenaza con destruir al mundo civilizado, sino el tipo de moral que se les
pidió que practicasen. Los responsables son los filósofos del altruismo. Ellos no tienen motivo para estar sobresaltados por el espectáculo de su éxito,
ni tienen derecho de maldecir a la naturaleza humana; los hombres los han obedecido y han hecho realidad los ideales morales del altruismo."
Ayn Rand -La virtud del egoísmo-
Obviamente el monopolio de la fuerza no desaparece. La diferencia es a qué y en base a qué ese monopolio va a dictar leyes. Si vamos a seguir persiguiendo números y estádisticas para continuar justicando la realización de un superórganismo colectivo.
Cita:
"La noción de los "derechos colectivos" (la cual sostiene que los derechos pertenecen a grupos, y no a individuos) significa que los "derechos" pertenecen a algunos hombres, pero no a otros; que algunos hombres tienen el "derecho" de disponer de otros como les plazca, y que el criterio para esa posición tan privilegiada consiste en la superioridad numérica.
Nada podrá jamás justificar o dar validez a una doctrina semejante y nunca hubo nada que la justificara. Al igual que la moralidad altruista de la que deriva, esta doctrina se fundamenta en el misticismo: sea en el antiguo misticismo de la fe en los dictámenes sobrenaturales, como en "el derecho divino de los reyes", sea en la mística social de los modernos
colectivistas, que ven a la sociedad como un superorganismo, como algún tipo de entidad sobrenatural separada y superior a la suma de sus miembros individuales. " Ayn Rand -La virtud del egoísmo-
Luego de la ética, viene la política y la razón del capitalismo (-laissez faire- nada de economías mixtas) como el único modelo social compatible con la naturaleza del hombre.