¡Ay, Dios mío! Ya van 20 días desde que Leandro, ese nene chiquito de cinco años, desapareció arrastrado por unas aguas bravas allá por Purral de Goicoechea. Un caso que nos tiene a todos mordiendo las uñas, pensando en la familia y rezando para que aparezca sano y salvo, aunque la cosa está dura.
Como bien saben, la Cruz Roja bajó la búsqueda institucional hace ya un par de semanas, pero la familia, esos valientes, no se han rendido ni un poquito. Se nota que le echan empeño y con toda la fe que pueden porque para ellos, cada día que pasa es una daga clavándose en el corazón. Uno se pone a pensar en la angustia que deben estar sintiendo, ¡qué torta!
Hablamos con Don Israel Mangas, el tío de Leandro, quien nos comentó que ahorita la búsqueda está un poquito pausada para que los voluntarios descansen un ratito, que están agotados de tanto brete. Pero, ¡ojo!, que esto no significa que se rindan. A partir de este fin de semana, vuelven a echarle full al asunto, buscando incansablemente cualquier pista que pueda darles una señal de dónde pudo haber ido a parar el muchacho.
Y hablando de pistas, resulta que hace unos días descubrieron un olor extraño en una de las zonas de búsqueda. Imagínense la ilusión que se encendió, pero con las lluvias que hemos tenido, se inundó todo y perdieron la pista. Una verdadera pena, porque te dejan con la mosca revoloteando, preguntándote qué habrá sido. Ese es el colapso que da tener que lidiar con estas cosas.
La mami de Leandro, Lourdes, anda hecha trizas, obviamente. Aunque dicen que ha estado un poquito mejor, todavía tiene sus momentazos de crisis, y ¿quién le iba a culpar? Perder a un hijo es lo peor que le puede pasar a alguien, ¡y encima en estas circunstancias! Tiene que ser una carga terrible, de verdad, y necesita apoyo psicológico, como ella misma lo ha dicho. Ojalá reciba toda la ayuda que necesite para superar esta pesadilla.
Ahora, para entender mejor cómo pasó esto, hay que recordar lo que nos contó Lourdes hace algunos días. Estaba regresando de la guardería con cinco niños, sus hijos y sus sobrinos, todo agarrados de la mano bajo una lluvia torrencial. Cuenta que en un momento dado, el pie de Leandro se metió en un caño y, ¡zas!, lo arrastró directamente a la alcantarilla. Trató de salvarlo, pero la fuerza del agua era demasiada. ¡Imagínense el susto!
La tragedia se vio agravada por el estado de la alcantarilla, que estaba rebosando de agua por las fuertes lluvias. Los vecinos intentaron ayudar, pero ya era demasiado tarde. Desde entonces, Lourdes no ha podido dormir ni comer, y necesita urgentemente que la atiendan psicológicamente, junto con sus otros hijos. Dice que el niño de ocho años no come nada y el de dos años solo habla del ‘hueco’. ¡Eso duele el alma!
Después de tantos días de búsqueda infructuosa, la esperanza empieza a flaquear, sí señor. Cada día que pasa hace que el corazón se apriete más, pero la familia se aferra a la fe y espera que Dios les dé una señal. En fin, un caso muy triste que nos recuerda la importancia de tomar precauciones y cuidar a nuestros niños. Después de todo esto, ¿ustedes creen que el ayuntamiento debería invertir más en mejorar la infraestructura de la zona para evitar que tragedias como ésta se repitan?
Como bien saben, la Cruz Roja bajó la búsqueda institucional hace ya un par de semanas, pero la familia, esos valientes, no se han rendido ni un poquito. Se nota que le echan empeño y con toda la fe que pueden porque para ellos, cada día que pasa es una daga clavándose en el corazón. Uno se pone a pensar en la angustia que deben estar sintiendo, ¡qué torta!
Hablamos con Don Israel Mangas, el tío de Leandro, quien nos comentó que ahorita la búsqueda está un poquito pausada para que los voluntarios descansen un ratito, que están agotados de tanto brete. Pero, ¡ojo!, que esto no significa que se rindan. A partir de este fin de semana, vuelven a echarle full al asunto, buscando incansablemente cualquier pista que pueda darles una señal de dónde pudo haber ido a parar el muchacho.
Y hablando de pistas, resulta que hace unos días descubrieron un olor extraño en una de las zonas de búsqueda. Imagínense la ilusión que se encendió, pero con las lluvias que hemos tenido, se inundó todo y perdieron la pista. Una verdadera pena, porque te dejan con la mosca revoloteando, preguntándote qué habrá sido. Ese es el colapso que da tener que lidiar con estas cosas.
La mami de Leandro, Lourdes, anda hecha trizas, obviamente. Aunque dicen que ha estado un poquito mejor, todavía tiene sus momentazos de crisis, y ¿quién le iba a culpar? Perder a un hijo es lo peor que le puede pasar a alguien, ¡y encima en estas circunstancias! Tiene que ser una carga terrible, de verdad, y necesita apoyo psicológico, como ella misma lo ha dicho. Ojalá reciba toda la ayuda que necesite para superar esta pesadilla.
Ahora, para entender mejor cómo pasó esto, hay que recordar lo que nos contó Lourdes hace algunos días. Estaba regresando de la guardería con cinco niños, sus hijos y sus sobrinos, todo agarrados de la mano bajo una lluvia torrencial. Cuenta que en un momento dado, el pie de Leandro se metió en un caño y, ¡zas!, lo arrastró directamente a la alcantarilla. Trató de salvarlo, pero la fuerza del agua era demasiada. ¡Imagínense el susto!
La tragedia se vio agravada por el estado de la alcantarilla, que estaba rebosando de agua por las fuertes lluvias. Los vecinos intentaron ayudar, pero ya era demasiado tarde. Desde entonces, Lourdes no ha podido dormir ni comer, y necesita urgentemente que la atiendan psicológicamente, junto con sus otros hijos. Dice que el niño de ocho años no come nada y el de dos años solo habla del ‘hueco’. ¡Eso duele el alma!
Después de tantos días de búsqueda infructuosa, la esperanza empieza a flaquear, sí señor. Cada día que pasa hace que el corazón se apriete más, pero la familia se aferra a la fe y espera que Dios les dé una señal. En fin, un caso muy triste que nos recuerda la importancia de tomar precauciones y cuidar a nuestros niños. Después de todo esto, ¿ustedes creen que el ayuntamiento debería invertir más en mejorar la infraestructura de la zona para evitar que tragedias como ésta se repitan?