¡Ay, Dios mío! Resulta que la justicia pincha duro con este caso de narcos que estaban tratando de hacer sus negocios aquí en nuestro país. Tres extranjeros, dos colombianos y un venezolano, van directo a Miami a enfrentar cargos gringos por tráfico de drogas. Parece que su brete no salió como esperaban, mándale.
La onda es que estos señores –Restrepo Uribe, Sinisterra Lozano y Sánchez Chavarro– fueron agarrados con las manos en la masa, literalmente, el 1 de junio pasado en un parqueadero acá en San José. Se encontraron con 70 kilos de coca bien escondidos debajo de los asientos de un carro. ¡Imagínate el susto que se llevaron esos pobres policías!
Y ni hablar, dicen que unos días antes ya habían hecho una pruebita comprándole a alguien un kilito de clorhidrato para confirmar que eso sí era la onda. Así que, con pruebas sólidas, la Fiscalía no dudó en pedirles extradition a Estados Unidos, donde los esperan con los brazos abiertos... bueno, no tanto, diría yo. Ahora están varados en la cárcel esperando lo que diga el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial.
Vamos por partes, porque esto tiene su aquel. Restrepo Uribe, parece que era el mero mero del grupo, el que conseguía la coca. Un colombiano que hasta se hizo tico para tratar de zafar, pero no funcionó. Sinisterra Lozano, también colombiano, tenía un permiso para trabajar acá, así que qué le quedó. Y Sánchez Chavarro, el venezolano, residía legalmente en Costa Rica, buscando quizás un poquito de tranquilidad, pero se topó con este lío.
Las autoridades, tanto nuestras como las gringas, creen que estos tres eran los jefes de una banda organizada con bastante poderío logístico. Capaces de moverle grandes cantidades de droga pa’ Estados Unidos. Me imagino los ensayos que hicieron, las rutas, los contactos... Todo para terminar así, esposados y camino a Miami. Qué pena, verdad?
Este caso, amigos, nos da mucho que pensar. ¿Cómo es posible que estas operaciones tan grandes se estén llevando a cabo prácticamente a plena vista? ¿No deberíamos estar poniendo más lupa en los controles fronterizos y en las investigaciones de organizaciones criminales? Porque si esto le pasa a estos señores, ¿cuántos otros estarán operando tranquilamente en la sombra?
Ahora, hablando de política y leyes… Este tema de la extradición siempre levanta polémica. Algunos dicen que es justo enviar a los culpables a enfrentar la justicia en el lugar donde cometieron el delito, otros argumentan que debemos fortalecer nuestra propia justicia para evitar que nuestros ciudadanos terminen en cárceles extranjeras. Yo creo que hay que analizarlo bien, cada caso es diferente, pero definitivamente tenemos que mejorar nuestros mecanismos de seguridad.
En fin, una historia digna de película, pero con consecuencias muy reales. Tres personas perdiendo su libertad y una imagen de Costa Rica como punto estratégico para el tráfico de drogas dañada. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que Costa Rica debería enfocarse más en fortalecer sus propias instituciones judiciales para lidiar con estos casos internamente, o seguir dependiendo de la extradición para combatir el crimen organizado? ¡Déjenme saber sus opiniones en los comentarios!
La onda es que estos señores –Restrepo Uribe, Sinisterra Lozano y Sánchez Chavarro– fueron agarrados con las manos en la masa, literalmente, el 1 de junio pasado en un parqueadero acá en San José. Se encontraron con 70 kilos de coca bien escondidos debajo de los asientos de un carro. ¡Imagínate el susto que se llevaron esos pobres policías!
Y ni hablar, dicen que unos días antes ya habían hecho una pruebita comprándole a alguien un kilito de clorhidrato para confirmar que eso sí era la onda. Así que, con pruebas sólidas, la Fiscalía no dudó en pedirles extradition a Estados Unidos, donde los esperan con los brazos abiertos... bueno, no tanto, diría yo. Ahora están varados en la cárcel esperando lo que diga el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial.
Vamos por partes, porque esto tiene su aquel. Restrepo Uribe, parece que era el mero mero del grupo, el que conseguía la coca. Un colombiano que hasta se hizo tico para tratar de zafar, pero no funcionó. Sinisterra Lozano, también colombiano, tenía un permiso para trabajar acá, así que qué le quedó. Y Sánchez Chavarro, el venezolano, residía legalmente en Costa Rica, buscando quizás un poquito de tranquilidad, pero se topó con este lío.
Las autoridades, tanto nuestras como las gringas, creen que estos tres eran los jefes de una banda organizada con bastante poderío logístico. Capaces de moverle grandes cantidades de droga pa’ Estados Unidos. Me imagino los ensayos que hicieron, las rutas, los contactos... Todo para terminar así, esposados y camino a Miami. Qué pena, verdad?
Este caso, amigos, nos da mucho que pensar. ¿Cómo es posible que estas operaciones tan grandes se estén llevando a cabo prácticamente a plena vista? ¿No deberíamos estar poniendo más lupa en los controles fronterizos y en las investigaciones de organizaciones criminales? Porque si esto le pasa a estos señores, ¿cuántos otros estarán operando tranquilamente en la sombra?
Ahora, hablando de política y leyes… Este tema de la extradición siempre levanta polémica. Algunos dicen que es justo enviar a los culpables a enfrentar la justicia en el lugar donde cometieron el delito, otros argumentan que debemos fortalecer nuestra propia justicia para evitar que nuestros ciudadanos terminen en cárceles extranjeras. Yo creo que hay que analizarlo bien, cada caso es diferente, pero definitivamente tenemos que mejorar nuestros mecanismos de seguridad.
En fin, una historia digna de película, pero con consecuencias muy reales. Tres personas perdiendo su libertad y una imagen de Costa Rica como punto estratégico para el tráfico de drogas dañada. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que Costa Rica debería enfocarse más en fortalecer sus propias instituciones judiciales para lidiar con estos casos internamente, o seguir dependiendo de la extradición para combatir el crimen organizado? ¡Déjenme saber sus opiniones en los comentarios!
