¡Damosle, pura vida! Parece que las cosas se están poniendo interesantes en el ruedo político. Con la papeleta para las elecciones del 2026 tomando forma, tenemos un récord histórico: ¡cinco mujeres buscando llegar a Casa Amarilla! Sí, así como lo leyeron, cinco gallitos, pero con falda, queriendo meter tremenda vara en el brete nacional. Esto sí que es un cambio de escenario, ¿eh?
Vamos por partes. En números fríos, esto significa que al menos 25% de las fórmulas presidenciales estarían encabezadas por mujeres. Para ponerlo en perspectiva, hace poquito, en 2022, teníamos cuatro candidatas, pero este año parece que la cosa va escalando, como si alguien les hubiera echado gasolina al asunto. Los partidos, al parecer, viendo que hay cierto interés popular en ver caras nuevas, especialmente mujeres, se pusieron las pilas a buscar candidatas.
Si revisamos la historia, nos damos cuenta de que aunque las mujeres ganaron el derecho al voto y a postularse allá por 1949, tardaron unos buenos 45 años en siquiera tener una oportunidad seria. Recuerdo cuando Norma Vargas salió con su propuesta en 1994; ¡hasta yo era mocoso todavía! Terminó sacando unos pobres 2.150 votos, pero abrió el camino para otras. Luego vino el ’98, con Vargas otra vez, Marina Volio y Yolanda Gutiérrez – ¡imagínense la fórmula de Gutiérrez con Leda García y Rafaela Dobles! Un poderío femenino que, lamentablemente, no logró convencer a la mayoría.
Y luego, boom, llegó Laura Chinchilla, ¡rompiendo todos los esquemas! Fue la primera presidenta de Costa Rica y demostró que una dama puede gobernar este país tan bien como cualquier caballerito. Aunque eso ya fue en 2010, sigue siendo un hito importantísimo. Después tuvimos a Stephanie Campos y algunas otras que intentaron la jugada, pero sin mucho éxito. Es como que hay un techo de cristal difícil de romper, ¿verdad?
Ahora, para 2026, tenemos a Claudia Dobles (Coalición Agenda Ciudadana), Ana Virginia Calzada (Centro Democrático y Social), Luz Mary Alpízar (Progreso Social Democrático), Laura Fernández (Pueblo Soberano) y Natalia Díaz (Unidos Podemos). Cada una con su programa, sus propuestas y su visión de cómo quiere llevar adelante al país. Algunas ya tienen bastante ruido en redes sociales, otras van poco a poco. Definitivamente, las próximas semanas serán cruciales para ver quiénes logran conectar con el electorado y quiénes se quedan en el olvido.
Lo interesante es que todas estas candidatas vienen con temas frescos. Hay enfoque en la sostenibilidad, la educación, el desarrollo rural… temas que la gente está pidiendo a gritos. Pero también hay que decir que la política es un juego sucio, y la crítica fácil siempre aparece. Las acusaciones de populismo, de falta de experiencia, de estar financiadas por intereses oscuros... todo eso seguramente estará en la mesa durante la campaña. Será importante analizar cada propuesta con lupa y no dejarse llevar por las promesas vacías.
Claro, no podemos olvidar que el panorama económico mundial está complicado. La inflación sigue dando dolores de cabeza, la deuda pública es una preocupación constante y la inseguridad ciudadana afecta a todos. Estas son varas muy gordas que cualquier gobierno tendrá que enfrentar desde el primer día. Así que, más allá de que sean mujeres o hombres, lo importante es que tengan soluciones reales y viables para estos problemas. No queremos otro despiche en materia económica, ni mucho menos.
En fin, la carrera presidencial 2026 promete ser reñida y llena de sorpresas. Cinco mujeres buscando el máximo cargo ejecutivo... ¿será que esta vez sí lograremos un cambio real en la participación femenina en la política costarricense, o será solo humo y espejos? Dígame usted, ¿cree que alguna de estas candidatas tiene posibilidades reales de ganar, y qué es lo que más le preocupa del futuro político de nuestro país?
Vamos por partes. En números fríos, esto significa que al menos 25% de las fórmulas presidenciales estarían encabezadas por mujeres. Para ponerlo en perspectiva, hace poquito, en 2022, teníamos cuatro candidatas, pero este año parece que la cosa va escalando, como si alguien les hubiera echado gasolina al asunto. Los partidos, al parecer, viendo que hay cierto interés popular en ver caras nuevas, especialmente mujeres, se pusieron las pilas a buscar candidatas.
Si revisamos la historia, nos damos cuenta de que aunque las mujeres ganaron el derecho al voto y a postularse allá por 1949, tardaron unos buenos 45 años en siquiera tener una oportunidad seria. Recuerdo cuando Norma Vargas salió con su propuesta en 1994; ¡hasta yo era mocoso todavía! Terminó sacando unos pobres 2.150 votos, pero abrió el camino para otras. Luego vino el ’98, con Vargas otra vez, Marina Volio y Yolanda Gutiérrez – ¡imagínense la fórmula de Gutiérrez con Leda García y Rafaela Dobles! Un poderío femenino que, lamentablemente, no logró convencer a la mayoría.
Y luego, boom, llegó Laura Chinchilla, ¡rompiendo todos los esquemas! Fue la primera presidenta de Costa Rica y demostró que una dama puede gobernar este país tan bien como cualquier caballerito. Aunque eso ya fue en 2010, sigue siendo un hito importantísimo. Después tuvimos a Stephanie Campos y algunas otras que intentaron la jugada, pero sin mucho éxito. Es como que hay un techo de cristal difícil de romper, ¿verdad?
Ahora, para 2026, tenemos a Claudia Dobles (Coalición Agenda Ciudadana), Ana Virginia Calzada (Centro Democrático y Social), Luz Mary Alpízar (Progreso Social Democrático), Laura Fernández (Pueblo Soberano) y Natalia Díaz (Unidos Podemos). Cada una con su programa, sus propuestas y su visión de cómo quiere llevar adelante al país. Algunas ya tienen bastante ruido en redes sociales, otras van poco a poco. Definitivamente, las próximas semanas serán cruciales para ver quiénes logran conectar con el electorado y quiénes se quedan en el olvido.
Lo interesante es que todas estas candidatas vienen con temas frescos. Hay enfoque en la sostenibilidad, la educación, el desarrollo rural… temas que la gente está pidiendo a gritos. Pero también hay que decir que la política es un juego sucio, y la crítica fácil siempre aparece. Las acusaciones de populismo, de falta de experiencia, de estar financiadas por intereses oscuros... todo eso seguramente estará en la mesa durante la campaña. Será importante analizar cada propuesta con lupa y no dejarse llevar por las promesas vacías.
Claro, no podemos olvidar que el panorama económico mundial está complicado. La inflación sigue dando dolores de cabeza, la deuda pública es una preocupación constante y la inseguridad ciudadana afecta a todos. Estas son varas muy gordas que cualquier gobierno tendrá que enfrentar desde el primer día. Así que, más allá de que sean mujeres o hombres, lo importante es que tengan soluciones reales y viables para estos problemas. No queremos otro despiche en materia económica, ni mucho menos.
En fin, la carrera presidencial 2026 promete ser reñida y llena de sorpresas. Cinco mujeres buscando el máximo cargo ejecutivo... ¿será que esta vez sí lograremos un cambio real en la participación femenina en la política costarricense, o será solo humo y espejos? Dígame usted, ¿cree que alguna de estas candidatas tiene posibilidades reales de ganar, y qué es lo que más le preocupa del futuro político de nuestro país?
