¡Ay, Dios mío! El panorama del aborto terapéutico en Costa Rica sigue siendo un brete, y ahora tenemos a la ministra de Salud, Mary Munive, tratando de aclarar las aguas después de los cambios implementados por Mariela Marín. La cosa pinta a pura controversia, y entre ustedes saben, esto siempre da para mucho chayote.
Para ponerlos al día, recordemos que la normativa actual, heredada del gobierno anterior, permitía el aborto terapéutico en casos muy específicos donde la vida de la madre estaba en riesgo. Pero luego llegó el turno de Mariela Marín, quien, durante su tiempo como encargada, le dio un giro a la cosa, abriendo la puerta a que los hombres tengan voz y voto en la decisión de si su pareja se somete o no a este procedimiento. ¡Un mamarracho, díganlo!
Ahora, la ministra Munive salió a defenderse, diciendo textualmente que ‘no cambió el criterio’. Según explicó a Diario Extra, la nueva directriz busca el mismo fin que la anterior: proteger tanto la vida de la madre como la del feto. Pero, según ella, la construcción jurídica es diferente. Dijo que durante su ausencia, “ocurrieron ciertas cosas que más bien ahora, en la audiencia que va a haber en la Asamblea Legislativa, se puedan aclarar”. ¡Adivinen quién tendrá que explicarle a la ciudadanía qué pasó ahí!
Lo interesante es que Munive también mencionó que ella había pedido a la Sala IV que desechara una acción de inconstitucionalidad contra la norma anterior, argumentando que era prudente esperar resoluciones de organismos internacionales antes de hacer cambios drásticos. Parece que quería jugar a lo seguro, pero la cosa se le fue de las manos, ¿verdad?
Por otro lado, tenemos a Mariela Marín, quien no se quedó callada y defendió su decisión con uñas y dientes. Afirmó que ella tomó la decisión de modificar la normativa porque confiaba en sus propios criterios, y que la ministra Munive la respalda. “Ella se fue de vacaciones, yo tomé la decisión, hice la norma y la envié a Casa Presidencial como corresponde,” sentenció. ¡Una declaración contundente, pa’ recibirla a patadas!
Pero la cereza del pastel es que la nueva regulación le da poder a los hombres, familiares e incluso amigos de confianza para influir en la decisión sobre si una mujer se somete o no al aborto terapéutico. ¡Imagínense el drama! Parece sacado de una telenovela, ¿no les parece?
Esto ha levantado ampollas en todos lados, con grupos conservadores celebrando la medida y organizaciones feministas denunciándola como una violación a los derechos de las mujeres. Y ni hablar de los debates en redes sociales, donde se pelean hasta la muerte. En fin, un tema que seguirá dando de qué hablar por mucho tiempo.
Considerando toda esta maraña de declaraciones y cambios normativos, me pregunto: ¿cree usted que esta nueva regulación respeta realmente los derechos de las mujeres, o estamos frente a un retroceso en materia de salud sexual y reproductiva? Déjeme saber su opinión en los comentarios, ¡quiero leer qué piensan mis compas!
Para ponerlos al día, recordemos que la normativa actual, heredada del gobierno anterior, permitía el aborto terapéutico en casos muy específicos donde la vida de la madre estaba en riesgo. Pero luego llegó el turno de Mariela Marín, quien, durante su tiempo como encargada, le dio un giro a la cosa, abriendo la puerta a que los hombres tengan voz y voto en la decisión de si su pareja se somete o no a este procedimiento. ¡Un mamarracho, díganlo!
Ahora, la ministra Munive salió a defenderse, diciendo textualmente que ‘no cambió el criterio’. Según explicó a Diario Extra, la nueva directriz busca el mismo fin que la anterior: proteger tanto la vida de la madre como la del feto. Pero, según ella, la construcción jurídica es diferente. Dijo que durante su ausencia, “ocurrieron ciertas cosas que más bien ahora, en la audiencia que va a haber en la Asamblea Legislativa, se puedan aclarar”. ¡Adivinen quién tendrá que explicarle a la ciudadanía qué pasó ahí!
Lo interesante es que Munive también mencionó que ella había pedido a la Sala IV que desechara una acción de inconstitucionalidad contra la norma anterior, argumentando que era prudente esperar resoluciones de organismos internacionales antes de hacer cambios drásticos. Parece que quería jugar a lo seguro, pero la cosa se le fue de las manos, ¿verdad?
Por otro lado, tenemos a Mariela Marín, quien no se quedó callada y defendió su decisión con uñas y dientes. Afirmó que ella tomó la decisión de modificar la normativa porque confiaba en sus propios criterios, y que la ministra Munive la respalda. “Ella se fue de vacaciones, yo tomé la decisión, hice la norma y la envié a Casa Presidencial como corresponde,” sentenció. ¡Una declaración contundente, pa’ recibirla a patadas!
Pero la cereza del pastel es que la nueva regulación le da poder a los hombres, familiares e incluso amigos de confianza para influir en la decisión sobre si una mujer se somete o no al aborto terapéutico. ¡Imagínense el drama! Parece sacado de una telenovela, ¿no les parece?
Esto ha levantado ampollas en todos lados, con grupos conservadores celebrando la medida y organizaciones feministas denunciándola como una violación a los derechos de las mujeres. Y ni hablar de los debates en redes sociales, donde se pelean hasta la muerte. En fin, un tema que seguirá dando de qué hablar por mucho tiempo.
Considerando toda esta maraña de declaraciones y cambios normativos, me pregunto: ¿cree usted que esta nueva regulación respeta realmente los derechos de las mujeres, o estamos frente a un retroceso en materia de salud sexual y reproductiva? Déjeme saber su opinión en los comentarios, ¡quiero leer qué piensan mis compas!