¡Dey!, la defensora Angie Cruickshank Lambert echó agua fría a todos los aspirantes a la presidencia y diputaciones este martes. En un encuentro en el Museo de los Niños, le puso el turbo a los temas de derechos humanos, demostrando que no hay margen pa’ juegos ni rodeos si quieren llevarse el voto de la gente. Fue un palazo directo, diay.
La jefa de la Defensoría metió mano al panorama actual: violencia rampante, especialmente contra nuestras hermanas y jovencitas, la bronca xenofobia contra los compañeros migrantes y refugiados – ¡qué pena nacional!–, y la educación pública dejándonos breves en muchos casos, sobre todo pa’ los puros. Sumándole, el debate político anda más perdido que chancla en convento, difícil saber qué es verdad y qué es pura mentira inventada pa’ confundirnos.
Pero no todo es ‘pa’ lomo’, mae. Cruickshank resaltó el Acuerdo Nacional, esa iniciativa que juntó a políticos, mediodías, plataformas online y organizaciones civiles para ponerle franks a la desinformación y a esos discursos de odio que tanto nos duelen. Un intento noble, aunque algunos ya estamos pensando si será suficiente pa’ frenar a los que siempre buscan crear bronca.
Y ahí entró la parte que realmente nos toca la fibra sensible. Le dijo a los que quieren llegar al poder que no se olviden del bienestar de to’a la gente. Que miren a las familias que viven en la pobreza, a los indigenas que luchan día tras día pa' salir adelante – el 70% de esos hogares no cubren ni pa’ comer. No es cuestión de promesas vacías, sino de acciones reales y efectivas, ¡eso sí importa!
Cruickshank mencionó a los afectados por femicidios, a los jóvenes que quedaron botados del sistema escolar, a los migrantes que buscan un futuro digno, a los abuelitos sin pensión ni atenciones médicas adecuadas, y hasta a quienes se sacrifican cuidando a los enfermos terminales, viendo cómo les quitan los apoyos. Una lista larga y dolorosa que nos recuerda que todavía tenemos mucho camino pa’ recorrer.
Es obvio, máis clarito no puede ser: los derechos humanos tienen que estar en el centro de todas las políticas públicas. Especialmente ahora, con el proceso electoral 2026-2030 encima de nosotros. Ya basta de mañas y promesas falsas, necesitamos propuestas concretas que marquen la diferencia en la vida de la gente común. El pueblo necesita soluciones, y rápido.
La realidad es dura, compa. Mucha gente sigue sufriendo injusticias y carencias, mientras unos pocos se llenan los bolsillos a costa del esfuerzo ajeno. Por eso, es fundamental exigir cuentas a nuestros representantes y participar activamente en la toma de decisiones. Porque si no nos involucramos, quién lo va a hacer por nosotros?
En fin, queda claro que la tarea es enorme y requiere del compromiso de todos. ¿Ustedes creen que el Acuerdo Nacional realmente tendrá impacto en el proceso electoral y ayudará a frenar la desinformación y los discursos de odio? ¿O seguimos condenados a ver cómo la política se convierte en un circo de puras apariencias?
La jefa de la Defensoría metió mano al panorama actual: violencia rampante, especialmente contra nuestras hermanas y jovencitas, la bronca xenofobia contra los compañeros migrantes y refugiados – ¡qué pena nacional!–, y la educación pública dejándonos breves en muchos casos, sobre todo pa’ los puros. Sumándole, el debate político anda más perdido que chancla en convento, difícil saber qué es verdad y qué es pura mentira inventada pa’ confundirnos.
Pero no todo es ‘pa’ lomo’, mae. Cruickshank resaltó el Acuerdo Nacional, esa iniciativa que juntó a políticos, mediodías, plataformas online y organizaciones civiles para ponerle franks a la desinformación y a esos discursos de odio que tanto nos duelen. Un intento noble, aunque algunos ya estamos pensando si será suficiente pa’ frenar a los que siempre buscan crear bronca.
Y ahí entró la parte que realmente nos toca la fibra sensible. Le dijo a los que quieren llegar al poder que no se olviden del bienestar de to’a la gente. Que miren a las familias que viven en la pobreza, a los indigenas que luchan día tras día pa' salir adelante – el 70% de esos hogares no cubren ni pa’ comer. No es cuestión de promesas vacías, sino de acciones reales y efectivas, ¡eso sí importa!
Cruickshank mencionó a los afectados por femicidios, a los jóvenes que quedaron botados del sistema escolar, a los migrantes que buscan un futuro digno, a los abuelitos sin pensión ni atenciones médicas adecuadas, y hasta a quienes se sacrifican cuidando a los enfermos terminales, viendo cómo les quitan los apoyos. Una lista larga y dolorosa que nos recuerda que todavía tenemos mucho camino pa’ recorrer.
Es obvio, máis clarito no puede ser: los derechos humanos tienen que estar en el centro de todas las políticas públicas. Especialmente ahora, con el proceso electoral 2026-2030 encima de nosotros. Ya basta de mañas y promesas falsas, necesitamos propuestas concretas que marquen la diferencia en la vida de la gente común. El pueblo necesita soluciones, y rápido.
La realidad es dura, compa. Mucha gente sigue sufriendo injusticias y carencias, mientras unos pocos se llenan los bolsillos a costa del esfuerzo ajeno. Por eso, es fundamental exigir cuentas a nuestros representantes y participar activamente en la toma de decisiones. Porque si no nos involucramos, quién lo va a hacer por nosotros?
En fin, queda claro que la tarea es enorme y requiere del compromiso de todos. ¿Ustedes creen que el Acuerdo Nacional realmente tendrá impacto en el proceso electoral y ayudará a frenar la desinformación y los discursos de odio? ¿O seguimos condenados a ver cómo la política se convierte en un circo de puras apariencias?