¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con temas turbios en la Asamblea Legislativa. Resulta que la Auditoría Interna soltó un informe bomba acusando una posible obstrucción al control interno y unas debilidades gordísimas en cómo manejaron unos treinta millones colones de la llamada ‘Caja Chica’ durante este 2025. Parece que alguien no quiso dejar ver qué estaban haciendo con la lana del pueblo, ¡qué pena!
El documento, con número AL-AUIN-INF-0008-2025, explica que los auditores se toparon con un problemón: no podían hacer sus arqueos sorpresivos porque, aparentemente, el personal encargado de manejar el dinero no estaba en sus oficinas. Imagínate la escena: llegan los auditores, abren la puerta y... ¡vacío! Ni rastro del mae que debía estar contando billetes. Una verdadera torta.
Pero eso no es todo, chunches. Lo que hace la cosa aún más salada es que la Gerencia Financiera le dio vía libre a sus empleados para trabajar desde casa, ¡pero sin avisarle a nadie! No hubo protocolo, no hubo supervisión, nada. Así que, mientras los auditores se rascan la cabeza buscando a los responsables, los funcionarios andaban tranquilamente trabajando en pijama, probablemente tomando café y viendo novela. ¡Qué despiche!
La Auditoría calificó esto como una “señal de alerta”, y vaya si lo es. Dicen que compromete la confianza del público y pone en peligro la transparencia con la que se maneja el dinero de todos los costarricenses. Esto no es un simple olvido, señores; esto puede ser algo mucho más grave. ¡Y ahora entiendo por qué algunos maes prefieren irse al trante antes de enfrentar estas investigaciones!
Además, el informe sacó a relucir otras irregularidades que ya habían sido señaladas desde 2023, como documentos de pago sin firma digital. ¿Se dieron cuenta? ¡Las cosas siguen igual! Parece que nadie quiere arreglar la brete y seguimos arrastrando problemas que podrían haberse solucionado hace tiempo. El papeleo revuelto es cosa seria, máxime cuando hablamos del bolsillo del contribuyente.
Es importante recordar que la fiscalización del uso de los fondos públicos es uno de los pilares fundamentales de nuestra democracia. Si no podemos confiar en nuestros representantes para que sean transparentes y honestos, entonces ¿para qué sirve tener elecciones? Nos toca exigir cuentas y no permitir que se siga abusando de la confianza que hemos depositado en ellos. Esta maraña de situaciones debería hacernos replantearnos muchas cosas, diay.
En cuanto al Banco Central, bueno, anunció su segunda rebaja consecutiva de la tasa de política monetaria, ubicándola en 3.50%. Una buena noticia para aquellos que están pensando en pedir un crédito hipotecario, pero también un reflejo de las preocupaciones sobre el crecimiento económico. Mientras tanto, en Coronado, decomisaron más de una tonelada de carne de caballo – ¡qué historia! Y hablando de compras, parece que hay gente aprovechándose de los incautos, así que cuidado con esas ofertas demasiado buenas para ser verdad. Un país de mil vueltas, verdaderamente.
Ahora sí, me pregunto: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a tolerar la falta de transparencia y responsabilidad en nuestras instituciones públicas? ¿Cree usted que estas auditorías deberían llevar a sanciones ejemplares para los responsables, o es suficiente con una simple recomendación?
El documento, con número AL-AUIN-INF-0008-2025, explica que los auditores se toparon con un problemón: no podían hacer sus arqueos sorpresivos porque, aparentemente, el personal encargado de manejar el dinero no estaba en sus oficinas. Imagínate la escena: llegan los auditores, abren la puerta y... ¡vacío! Ni rastro del mae que debía estar contando billetes. Una verdadera torta.
Pero eso no es todo, chunches. Lo que hace la cosa aún más salada es que la Gerencia Financiera le dio vía libre a sus empleados para trabajar desde casa, ¡pero sin avisarle a nadie! No hubo protocolo, no hubo supervisión, nada. Así que, mientras los auditores se rascan la cabeza buscando a los responsables, los funcionarios andaban tranquilamente trabajando en pijama, probablemente tomando café y viendo novela. ¡Qué despiche!
La Auditoría calificó esto como una “señal de alerta”, y vaya si lo es. Dicen que compromete la confianza del público y pone en peligro la transparencia con la que se maneja el dinero de todos los costarricenses. Esto no es un simple olvido, señores; esto puede ser algo mucho más grave. ¡Y ahora entiendo por qué algunos maes prefieren irse al trante antes de enfrentar estas investigaciones!
Además, el informe sacó a relucir otras irregularidades que ya habían sido señaladas desde 2023, como documentos de pago sin firma digital. ¿Se dieron cuenta? ¡Las cosas siguen igual! Parece que nadie quiere arreglar la brete y seguimos arrastrando problemas que podrían haberse solucionado hace tiempo. El papeleo revuelto es cosa seria, máxime cuando hablamos del bolsillo del contribuyente.
Es importante recordar que la fiscalización del uso de los fondos públicos es uno de los pilares fundamentales de nuestra democracia. Si no podemos confiar en nuestros representantes para que sean transparentes y honestos, entonces ¿para qué sirve tener elecciones? Nos toca exigir cuentas y no permitir que se siga abusando de la confianza que hemos depositado en ellos. Esta maraña de situaciones debería hacernos replantearnos muchas cosas, diay.
En cuanto al Banco Central, bueno, anunció su segunda rebaja consecutiva de la tasa de política monetaria, ubicándola en 3.50%. Una buena noticia para aquellos que están pensando en pedir un crédito hipotecario, pero también un reflejo de las preocupaciones sobre el crecimiento económico. Mientras tanto, en Coronado, decomisaron más de una tonelada de carne de caballo – ¡qué historia! Y hablando de compras, parece que hay gente aprovechándose de los incautos, así que cuidado con esas ofertas demasiado buenas para ser verdad. Un país de mil vueltas, verdaderamente.
Ahora sí, me pregunto: ¿Hasta dónde estamos dispuestos a tolerar la falta de transparencia y responsabilidad en nuestras instituciones públicas? ¿Cree usted que estas auditorías deberían llevar a sanciones ejemplares para los responsables, o es suficiente con una simple recomendación?