Bueno, pues llegó la cruda. La economía mundial anda más perdida que chancho en rodeo y eso, mae, nos pega directo a nosotros, a Costa Rica. Olvídate del relajo, porque parece que vamos a tener que apretarnos el cinturón un buen rato, y eso, pa’ muchos, es qué torta.
Resulta que los chinos ya no producen a la velocidad de antes, los gringos andan jugando con los aranceles como si fueran juguetes, y Europa, bueno, Europa sigue batallando con sus propios bretes. Según el Banco Central, esto significa menos exportaciones, precios internacionales raritos y un panorama financiero que da más miedo que película de terror. ¡Qué vaina!
Estados Unidos, que siempre se cree el rey del rancho, tuvo un crecimiento del 3.8% en el último trimestre, pero el empleo se desaceleró más que carro sin gasolina. Sumándole que le pusieron aranceles a productos de India y le quitaron privilegios a los envíos pequeños, así que las cosas se van poniendo saladas por allá. Y cuando los gringos tosen, nosotros estornudamos, diay.
Y ni hablar de Europa. Ahí sí que andan apurados, con un crecimiento apenas del 1.5%. Dicen que el consumo y la inversión los están manteniendo a flote, pero uno se imagina que la cosa no está fácil. Lo que me preocupa es cómo todo esto afecta nuestros socios comerciales europeos, porque si ellos sufren, nosotros también.
Ahora, la desinflación global, que parecía que iba a ser una bendición, resultó ser otro problema. Al parecer, los precios de los servicios y los alimentos siguen subiendo, así que algunos bancos centrales, como el de Estados Unidos y Canadá, están bajando las tasas, mientras que otros, como el del Euro, prefieren mantenerlas quietas. Esto crea un ambiente de incertidumbre que no pinta bien para nadie.
Pero ojo, no todo está perdido. El precio del petróleo WTI bajó un poquito en septiembre, gracias a que la OPEP+ aumentó la producción y los estadounidenses tienen más reservas. Eso, al menos, nos ayuda a respirar un poco con la factura del carburante, porque sino, ¡qué bronca! Menos plata para ir a los volcanes y para comprar panela.
En resumen, el mundo no va tan rápido como antes y hay mucho movimiento de fichas en el tablero comercial. Costa Rica tendrá que ponerle huevos y buscar la forma de navegar este mar revuelto. Tenemos que ser listos, creativos y echar mano de todas nuestras habilidades para seguir adelante. Porque, a final de cuentas, somos ticos y sabemos salir de cualquier brete, ¿verdad?
Con todo esto, me pregunto: ¿Cuáles estrategias debería implementar el gobierno para proteger nuestra economía de estos embates externos y asegurar que todos los costarricenses podamos mantener nuestro nivel de vida, sin importar quién esté mandando ahorita? ¡Déjenme saber sus ideas en los comentarios!
Resulta que los chinos ya no producen a la velocidad de antes, los gringos andan jugando con los aranceles como si fueran juguetes, y Europa, bueno, Europa sigue batallando con sus propios bretes. Según el Banco Central, esto significa menos exportaciones, precios internacionales raritos y un panorama financiero que da más miedo que película de terror. ¡Qué vaina!
Estados Unidos, que siempre se cree el rey del rancho, tuvo un crecimiento del 3.8% en el último trimestre, pero el empleo se desaceleró más que carro sin gasolina. Sumándole que le pusieron aranceles a productos de India y le quitaron privilegios a los envíos pequeños, así que las cosas se van poniendo saladas por allá. Y cuando los gringos tosen, nosotros estornudamos, diay.
Y ni hablar de Europa. Ahí sí que andan apurados, con un crecimiento apenas del 1.5%. Dicen que el consumo y la inversión los están manteniendo a flote, pero uno se imagina que la cosa no está fácil. Lo que me preocupa es cómo todo esto afecta nuestros socios comerciales europeos, porque si ellos sufren, nosotros también.
Ahora, la desinflación global, que parecía que iba a ser una bendición, resultó ser otro problema. Al parecer, los precios de los servicios y los alimentos siguen subiendo, así que algunos bancos centrales, como el de Estados Unidos y Canadá, están bajando las tasas, mientras que otros, como el del Euro, prefieren mantenerlas quietas. Esto crea un ambiente de incertidumbre que no pinta bien para nadie.
Pero ojo, no todo está perdido. El precio del petróleo WTI bajó un poquito en septiembre, gracias a que la OPEP+ aumentó la producción y los estadounidenses tienen más reservas. Eso, al menos, nos ayuda a respirar un poco con la factura del carburante, porque sino, ¡qué bronca! Menos plata para ir a los volcanes y para comprar panela.
En resumen, el mundo no va tan rápido como antes y hay mucho movimiento de fichas en el tablero comercial. Costa Rica tendrá que ponerle huevos y buscar la forma de navegar este mar revuelto. Tenemos que ser listos, creativos y echar mano de todas nuestras habilidades para seguir adelante. Porque, a final de cuentas, somos ticos y sabemos salir de cualquier brete, ¿verdad?
Con todo esto, me pregunto: ¿Cuáles estrategias debería implementar el gobierno para proteger nuestra economía de estos embates externos y asegurar que todos los costarricenses podamos mantener nuestro nivel de vida, sin importar quién esté mandando ahorita? ¡Déjenme saber sus ideas en los comentarios!