¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con los precios del combustible dándole tela a todos los nacionales. Resulta que la bomba va a tener un respiro, al menos por ahora, porque parece que las gasolinas van a bajarnos unos cuantos colones. Pero ojo, que esto no es cuento, porque el diésel y el cilindro de gas licuado de petróleo (GLP) sí nos van a tocar los dientes, así que prepárense, mi gente.
Según lo que mandó Recope a Aresep, la gasolina súper podría caer de ¢677 a ¢665 por litro, o sea, ¢12 menos. Y la regular ni hablar, pues iría de ¢662 a ¢640, ¡una diferencia de ¢22! Aparentemente, la cosa está en que en Estados Unidos tienen muchos inventarios de crudo y gasolina, y además, la OPEP+ anda produciendo más, así que el mercado está más relajado, ¿me entienden?
Pero como si fuera poco, el panorama cambia radicalmente cuando hablamos del diésel. Ese, mis queridos, va a subir de ¢556 a ¢560 por litro, cuatro colones más. Y el famoso cilindro de gas, ese que usamos pa’ cocinar, pa’ calentarnos la agua, pa’ todo, va a aumentar en cinco colones, pasando de ¢7.003 a ¢7.058. ¡Un dolor de cabeza! Ya estamos viendo cómo se complica la vaina con el fogón.
Y bueno, resulta que hay un lío gordo allá en Rusia. Parece que algunas refinerías sufrieron daños y no pueden producir tanto diésel como antes. Esto ha provocado que haya menos oferta en el mundo entero, y claro, eso hace que el precio suba. Además, Irak anda tratando de sacar adelante sus exportaciones de crudo a Turquía, pero aún así, no alcanza para compensar la pérdida rusa, chunche.
Ahora, vamos a analizarlo bien: esto de los precios del combustible siempre es un brete. Depende de muchísimas cosas que pasan afuera de Costa Rica, como los inventarios de petróleo en otros países, la producción de la OPEP+, y hasta las guerras y los acuerdos políticos. Nosotros somos pequeños en comparación, y tenemos que aguantar las consecuencias.
Para ponerle un poquito de contexto, recuerden que hace pocos meses estábamos pagando todavía más caro la gasolina, y el diésel estaba por las nubes. Entonces, aunque esta bajada parezca un alivio, hay que tomarla con pinzas. Porque el mercado mundial es muy volátil, y mañana podríamos estar otra vez pagando precios mucho más altos. Así está la vaina, diay.
Y hablando de otras vainas, miren el caso del congreso aprobando la ley pa’ los docentes interinos… ¡qué chiva! Eso le da estabilidad laboral a mucha gente que lo necesitaba urgentemente. También anda dando vueltas el juicio de Gamboa, y ya está presentando apelaciones pa’ no salir del país. ¡Qué cargada! Y ahí, encima, apareció un caso de rabia bovina en Osa… la verdad, la coyuntura está complicada, ¿verdad?
Entonces, mi gente, díganme: ¿creen que estas fluctuaciones en los precios del combustible van a seguir afectando nuestros presupuestos familiares? ¿Estamos condenados a vivir siempre al filo de la navaja cuando se trata de llenar el tanque o comprar un cilindro de gas? ¿O hay alguna solución a largo plazo que podamos implementar como país?
Según lo que mandó Recope a Aresep, la gasolina súper podría caer de ¢677 a ¢665 por litro, o sea, ¢12 menos. Y la regular ni hablar, pues iría de ¢662 a ¢640, ¡una diferencia de ¢22! Aparentemente, la cosa está en que en Estados Unidos tienen muchos inventarios de crudo y gasolina, y además, la OPEP+ anda produciendo más, así que el mercado está más relajado, ¿me entienden?
Pero como si fuera poco, el panorama cambia radicalmente cuando hablamos del diésel. Ese, mis queridos, va a subir de ¢556 a ¢560 por litro, cuatro colones más. Y el famoso cilindro de gas, ese que usamos pa’ cocinar, pa’ calentarnos la agua, pa’ todo, va a aumentar en cinco colones, pasando de ¢7.003 a ¢7.058. ¡Un dolor de cabeza! Ya estamos viendo cómo se complica la vaina con el fogón.
Y bueno, resulta que hay un lío gordo allá en Rusia. Parece que algunas refinerías sufrieron daños y no pueden producir tanto diésel como antes. Esto ha provocado que haya menos oferta en el mundo entero, y claro, eso hace que el precio suba. Además, Irak anda tratando de sacar adelante sus exportaciones de crudo a Turquía, pero aún así, no alcanza para compensar la pérdida rusa, chunche.
Ahora, vamos a analizarlo bien: esto de los precios del combustible siempre es un brete. Depende de muchísimas cosas que pasan afuera de Costa Rica, como los inventarios de petróleo en otros países, la producción de la OPEP+, y hasta las guerras y los acuerdos políticos. Nosotros somos pequeños en comparación, y tenemos que aguantar las consecuencias.
Para ponerle un poquito de contexto, recuerden que hace pocos meses estábamos pagando todavía más caro la gasolina, y el diésel estaba por las nubes. Entonces, aunque esta bajada parezca un alivio, hay que tomarla con pinzas. Porque el mercado mundial es muy volátil, y mañana podríamos estar otra vez pagando precios mucho más altos. Así está la vaina, diay.
Y hablando de otras vainas, miren el caso del congreso aprobando la ley pa’ los docentes interinos… ¡qué chiva! Eso le da estabilidad laboral a mucha gente que lo necesitaba urgentemente. También anda dando vueltas el juicio de Gamboa, y ya está presentando apelaciones pa’ no salir del país. ¡Qué cargada! Y ahí, encima, apareció un caso de rabia bovina en Osa… la verdad, la coyuntura está complicada, ¿verdad?
Entonces, mi gente, díganme: ¿creen que estas fluctuaciones en los precios del combustible van a seguir afectando nuestros presupuestos familiares? ¿Estamos condenados a vivir siempre al filo de la navaja cuando se trata de llenar el tanque o comprar un cilindro de gas? ¿O hay alguna solución a largo plazo que podamos implementar como país?