¡Pero qué vaina, raza! Aquí seguimos viendo cómo la política nos echa humo a los ojos. Resulta que el PLN, esos siempre listos pa' meterle salsa a todo, explotaron porque quitaron el nombre del expresidente Arias del Palacio de los Deportes en Heredia. Una movida que, según ellos, es como si festejaran las dictaduras, ¡diay! Ya ustedes saben cómo son estos señores, siempre buscando dónde agarrarle.
La cosa es que unos regidores del Frente Amplio, con toda la intención del mundo, presentaron una moción basada en la Ley 3535 – esa que dice que no se pueden poner nombres de vivos en lugares públicos – y el Concejo Municipal de Heredia se lo tragó solito. Dicen que el PLN está lloriqueando porque olvidamos el espíritu de paz que representaba Arias, pero bueno, ahí viene el arroz y frijoles, ¿no creen?
Y ojo, que esto no es cualquier cosita. Estamos hablando de 36 años que el Palacio llevaba el nombre de Arias. Eso sí es tiempo, mi pana. Además, recuerden que la construcción del lugar no salió solo con plata del Estado; hubo gente de bien, ciudadanos comunes y corrientes, que aportaron su granito de arena para hacer realidad esa visión de paz que tanto les gusta mencionar ahora. Un poco de agradecimiento no estaría demás, ¿eh?
El PLN lo pintó como si fuera el fin del mundo, acusando al Frente Amplio de celebrar a los déspotas de Nicaragua y Venezuela. ¡Qué venazo! Siempre exagerando, parece que les da urticaria pensar diferente. Como si quitarle el nombre a un estadio fuera derribar una democracia. Vamos, vamos… eso es llevar la cosa al extremo, ¿verdad?
Ahora, miren este detalle: la Ley 3535 existe desde hace rato, así que no sé por qué recién ahora se acuerdan de ella. Parece que hasta ahora les cayó la espina dorsal que estaban ignorando. Uno se pregunta si realmente tienen principios o si simplemente andan buscando temas para sacudir el árbol político. ¡Más vale pez grande que cien pequeños!, diría mi abu.
Y claro, no podemos dejar pasar que Arias ya no es el ídolo de antes. Hay mucha gente que cree que sus acuerdos de paz fueron más cuento que otra cosa y que dejó atrás un legado cuestionable. Pero eso ya es otro rollo, ¿no les parece? Lo importante es que este asunto abrió una puerta para discutir sobre la memoria histórica y los homenajes públicos, que a veces se hacen con mucha pompa y circunstancia y poca reflexión.
En fin, esta polémica me recuerda que en Costa Rica somos expertos en convertir cualquier cosa en un circo político. Un simple cambio de nombre termina siendo un campo de batalla ideológico donde cada quien defiende su gallito. Y mientras tanto, nosotros seguimos pagando la factura de tanta pelea innecesaria. ¡Qué pena ajena!
Pero díganme, compañeros del Foro: ¿creen que el PLN se está pasando de raya con esta reacción o tienen razón en defender el legado de Arias? ¿Deberíamos reconsiderar la Ley 3535 o es necesario seguir protegiendo los espacios públicos de homenajes prematuros? ¡Desempolven sus ideas y a participar en la discusión, que aquí estamos para debatir con respeto y picardía tica!
La cosa es que unos regidores del Frente Amplio, con toda la intención del mundo, presentaron una moción basada en la Ley 3535 – esa que dice que no se pueden poner nombres de vivos en lugares públicos – y el Concejo Municipal de Heredia se lo tragó solito. Dicen que el PLN está lloriqueando porque olvidamos el espíritu de paz que representaba Arias, pero bueno, ahí viene el arroz y frijoles, ¿no creen?
Y ojo, que esto no es cualquier cosita. Estamos hablando de 36 años que el Palacio llevaba el nombre de Arias. Eso sí es tiempo, mi pana. Además, recuerden que la construcción del lugar no salió solo con plata del Estado; hubo gente de bien, ciudadanos comunes y corrientes, que aportaron su granito de arena para hacer realidad esa visión de paz que tanto les gusta mencionar ahora. Un poco de agradecimiento no estaría demás, ¿eh?
El PLN lo pintó como si fuera el fin del mundo, acusando al Frente Amplio de celebrar a los déspotas de Nicaragua y Venezuela. ¡Qué venazo! Siempre exagerando, parece que les da urticaria pensar diferente. Como si quitarle el nombre a un estadio fuera derribar una democracia. Vamos, vamos… eso es llevar la cosa al extremo, ¿verdad?
Ahora, miren este detalle: la Ley 3535 existe desde hace rato, así que no sé por qué recién ahora se acuerdan de ella. Parece que hasta ahora les cayó la espina dorsal que estaban ignorando. Uno se pregunta si realmente tienen principios o si simplemente andan buscando temas para sacudir el árbol político. ¡Más vale pez grande que cien pequeños!, diría mi abu.
Y claro, no podemos dejar pasar que Arias ya no es el ídolo de antes. Hay mucha gente que cree que sus acuerdos de paz fueron más cuento que otra cosa y que dejó atrás un legado cuestionable. Pero eso ya es otro rollo, ¿no les parece? Lo importante es que este asunto abrió una puerta para discutir sobre la memoria histórica y los homenajes públicos, que a veces se hacen con mucha pompa y circunstancia y poca reflexión.
En fin, esta polémica me recuerda que en Costa Rica somos expertos en convertir cualquier cosa en un circo político. Un simple cambio de nombre termina siendo un campo de batalla ideológico donde cada quien defiende su gallito. Y mientras tanto, nosotros seguimos pagando la factura de tanta pelea innecesaria. ¡Qué pena ajena!
Pero díganme, compañeros del Foro: ¿creen que el PLN se está pasando de raya con esta reacción o tienen razón en defender el legado de Arias? ¿Deberíamos reconsiderar la Ley 3535 o es necesario seguir protegiendo los espacios públicos de homenajes prematuros? ¡Desempolven sus ideas y a participar en la discusión, que aquí estamos para debatir con respeto y picardía tica!