¡Ay, Dios mío! Resulta que el Ministerio de Educación Pública (MEP) anda conmovido con la idea de traer de vuelta el examen de producción de texto escrito, ese dichoso examen que nos hacía sufrir a todos en la escuela. Sí, señores, la prueba de redacción y ortografía, la que parecía que había ido directo al museo de las cosas olvidadas, resurge como ave fénix… o al menos eso promete el ministro.
Según cuentan, el plan es ponerlo en marcha el próximo curso lectivo, pero antes quieren hacerle unas pruebitas, unos “pilotos” como le gusta decirles a los burócratas. Entre este miércoles y el jueves próximos, algunos colegios serán elegidos al azar – aparentemente por sorteo, qué suerte la de ellos – para ver cómo les va con este retorno al pasado. Al final, no contará para nada la nota, así que pa’ qué tanto estrés, ¿no?
El ministro Leonardo Sánchez, con toda la energía del mundo (y quizás un poco de desesperación), ha declarado que esto es parte de una “decisión firme de política educativa”: devolverle a la escritura el lugar que merece. Dice que durante años se dejó de lado, y que ahora toca remediarlo. Bueno, pues que se pongan las pilas, porque por lo que vemos, necesitamos mucho remedio. Parece que estamos pagando la deuda de generaciones pasadas, con huelgas y pandemias metidas en medio, claro, que siempre complican el panorama.
Y no es para menos. Un informe reciente, el famoso ‘Estado de la Educación’, pintó un cuadro bastante oscuro: alumnos de secundaria graduándose con habilidades de lectura y matemáticas propias de niños de tercer grado. ¡Qué barbaridad! Eso sí que da que pensar. Además, el mismo informe puso en tela de juicio la forma en que el MEP mide el nivel de los estudiantes. ¿Será que andan midiendo con un metro diferente, o qué onda?
Sánchez, defendiéndose de las críticas, ha dicho que hay avances, pero reconoce que todavía queda muchísimo por hacer. Según él, el problema viene de atrás, de gobiernos anteriores que no le dieron la importancia debida a la educación. Claro, siempre es fácil echarle la culpa a los otros, ¿verdad? Aunque bueno, la verdad es que nadie escapa sano y salvo en este brete político.
Lo importante, según el ministro, es que leer y escribir son la base de todo aprendizaje. Si escribimos bien, pensamos mejor; si pensamos mejor, aprendemos mejor matemáticas, ciencias… ¡hasta a bailar bachata podríamos aprender mejor! Suena lindo en teoría, pero la práctica, como dicen, es lo que demuestra si el cuento tiene pies. Hay que esperar a ver qué resultados arroja este pilotito, aunque ya me imagino las caras largas de los profes teniendo que lidiar con este nuevo reto.
Me pregunto si esto significa que vamos a tener que volver a escribir “la vaca sentada” y esas frases cortitas para practicar la ortografía. ¿Quién recuerda esas tareas? Esperemos que al menos hayan actualizado el temario, porque sinceramente, algunas de esas oraciones eran más aburridas que ver pintura secándose. De todas formas, si sirve para mejorar el nivel de escritura de nuestros jóvenes, que valga lo que cueste. ¡Pa’lante con la educación!
En fin, volviendo a la pregunta inicial: ¿cree usted que traer de vuelta el examen de redacción realmente ayudará a mejorar el nivel educativo en Costa Rica, o será simplemente otra medida populista que no dará ningún resultado tangible? ¿Deberían enfocarse en otras áreas, como mejorar la calidad de la enseñanza o reducir la desigualdad en el acceso a recursos educativos? ¡Déjeme sus opiniones en el foro!
Según cuentan, el plan es ponerlo en marcha el próximo curso lectivo, pero antes quieren hacerle unas pruebitas, unos “pilotos” como le gusta decirles a los burócratas. Entre este miércoles y el jueves próximos, algunos colegios serán elegidos al azar – aparentemente por sorteo, qué suerte la de ellos – para ver cómo les va con este retorno al pasado. Al final, no contará para nada la nota, así que pa’ qué tanto estrés, ¿no?
El ministro Leonardo Sánchez, con toda la energía del mundo (y quizás un poco de desesperación), ha declarado que esto es parte de una “decisión firme de política educativa”: devolverle a la escritura el lugar que merece. Dice que durante años se dejó de lado, y que ahora toca remediarlo. Bueno, pues que se pongan las pilas, porque por lo que vemos, necesitamos mucho remedio. Parece que estamos pagando la deuda de generaciones pasadas, con huelgas y pandemias metidas en medio, claro, que siempre complican el panorama.
Y no es para menos. Un informe reciente, el famoso ‘Estado de la Educación’, pintó un cuadro bastante oscuro: alumnos de secundaria graduándose con habilidades de lectura y matemáticas propias de niños de tercer grado. ¡Qué barbaridad! Eso sí que da que pensar. Además, el mismo informe puso en tela de juicio la forma en que el MEP mide el nivel de los estudiantes. ¿Será que andan midiendo con un metro diferente, o qué onda?
Sánchez, defendiéndose de las críticas, ha dicho que hay avances, pero reconoce que todavía queda muchísimo por hacer. Según él, el problema viene de atrás, de gobiernos anteriores que no le dieron la importancia debida a la educación. Claro, siempre es fácil echarle la culpa a los otros, ¿verdad? Aunque bueno, la verdad es que nadie escapa sano y salvo en este brete político.
Lo importante, según el ministro, es que leer y escribir son la base de todo aprendizaje. Si escribimos bien, pensamos mejor; si pensamos mejor, aprendemos mejor matemáticas, ciencias… ¡hasta a bailar bachata podríamos aprender mejor! Suena lindo en teoría, pero la práctica, como dicen, es lo que demuestra si el cuento tiene pies. Hay que esperar a ver qué resultados arroja este pilotito, aunque ya me imagino las caras largas de los profes teniendo que lidiar con este nuevo reto.
Me pregunto si esto significa que vamos a tener que volver a escribir “la vaca sentada” y esas frases cortitas para practicar la ortografía. ¿Quién recuerda esas tareas? Esperemos que al menos hayan actualizado el temario, porque sinceramente, algunas de esas oraciones eran más aburridas que ver pintura secándose. De todas formas, si sirve para mejorar el nivel de escritura de nuestros jóvenes, que valga lo que cueste. ¡Pa’lante con la educación!
En fin, volviendo a la pregunta inicial: ¿cree usted que traer de vuelta el examen de redacción realmente ayudará a mejorar el nivel educativo en Costa Rica, o será simplemente otra medida populista que no dará ningún resultado tangible? ¿Deberían enfocarse en otras áreas, como mejorar la calidad de la enseñanza o reducir la desigualdad en el acceso a recursos educativos? ¡Déjeme sus opiniones en el foro!