¡Bandela negra, gente! La cosa pinta recontra rara en la carrera presidencial. Las últimas encuestas de Enfoques Investigaciones MP nos dejaron boquiabiertos, porque parece que Laura Fernández, de Pueblo Soberano, llegó pa' quedarse... o al menos pa' darle una buena pelea a Fabricio Alvarado en una segunda vuelta. Quién se imaginaba esto, ¿verdad?
La verdad, pocos le daban papas a Fernández, pero la medición, hecha entre el 8 y el 14 de septiembre con 800 entrevistas cara a cara – eso sí que es hacer bien el trabajo –, revela que tiene un respaldo considerable: 38,24% de la intención de voto de los votantes decididos. Un número que, digámoslo claro, te hace pensar si vamos a estar viendo peleas políticas hasta el año que viene.
Alvarado, de Nueva República, sigue ahí, en segundo lugar con un 19,11%, pero la brecha es bastante significativa. Esto abre la puerta a escenarios que nadie se esperaba, y deja claro que la contienda todavía está lejos de estar definida. Ya ni hablamos de los demás, porque quedamos pelao´s en comparación. Álvaro Ramos (Liberación Nacional) anda raqueteando con un 13,23%, Natalia Díaz (Unidos Podemos) con 10,29%, y Claudia Dobles (Coalición Agenda Ciudadana) rezagada con 7,35%. Ariel Robles (Frente Amplio) y Juan Carlos Hidalgo (Unidad Social Cristiana) apenas alcanzan el 4,41% cada uno… ¡pobre diay!
El margen de error, señores, es de ±3,4% con un nivel de confianza del 95%, así que hay que tomar estos números con pinzas, pero también con cierta preocupación. Porque aunque las cosas puedan cambiar rápido – y en Costa Rica cambian más rápido que el tráfico en hora pico – este panorama nos indica que la polarización sigue siendo un factor clave en la decisión del electorado.
Y hablando de factores claves, la crisis interna del PAC no ayuda precisamente a nadie. Con la renuncia de la exdiputada Emilia Molina y sus fuertes críticas a Claudia Dobles, el partido está más dividido que un pan bendito. Molina acusó a Dobles de buscar una candidatura oportunista sin mérito alguno, y eso, a estas alturas, solo suma incertidumbre y confusión en el electorado. Se nota que el ambiente está calientito, y las cosas podrían ponerse aún más feas.
Otro tema que no podemos dejar pasar es la polémica alrededor de Álvaro Ramos y la intervención del AyA en Naranjo. Sus declaraciones han generado mucha controversia, y algunos acusan una clara violación a la autonomía municipal. Este tipo de situaciones alimenta la desconfianza en los políticos y complica aún más la tarea de convencer a los votantes indecisos. ¡Ay, papá! Parece que nunca vamos a aprender.
Volviendo al tema central, el apoyo a Fernández se atribuye principalmente a su discurso anti sistema y a su promesa de combatir la corrupción. Aunque muchos critican su estilo populista, hay un sector importante de la población que está cansado de las promesas incumplidas y busca alternativas radicales. Y bueno, ella se ha posicionado muy bien en ese nicho, sin duda alguna, apelando a las emociones más que a las propuestas concretas.
En fin, la cosa está servida. Estos resultados nos obligan a preguntarnos: ¿Estamos preparados para ver una campaña presidencial aún más dura y divisoria? ¿Será capaz algún candidato de unir fuerzas y ofrecer un mensaje de esperanza y cambio real, o continuaremos sumergidos en un mar de confrontaciones y ataques personales? ¡Díganme sus opiniones, gente del foro! ¿Quién creen que ganará y qué impacto tendrá esto en nuestro país?
La verdad, pocos le daban papas a Fernández, pero la medición, hecha entre el 8 y el 14 de septiembre con 800 entrevistas cara a cara – eso sí que es hacer bien el trabajo –, revela que tiene un respaldo considerable: 38,24% de la intención de voto de los votantes decididos. Un número que, digámoslo claro, te hace pensar si vamos a estar viendo peleas políticas hasta el año que viene.
Alvarado, de Nueva República, sigue ahí, en segundo lugar con un 19,11%, pero la brecha es bastante significativa. Esto abre la puerta a escenarios que nadie se esperaba, y deja claro que la contienda todavía está lejos de estar definida. Ya ni hablamos de los demás, porque quedamos pelao´s en comparación. Álvaro Ramos (Liberación Nacional) anda raqueteando con un 13,23%, Natalia Díaz (Unidos Podemos) con 10,29%, y Claudia Dobles (Coalición Agenda Ciudadana) rezagada con 7,35%. Ariel Robles (Frente Amplio) y Juan Carlos Hidalgo (Unidad Social Cristiana) apenas alcanzan el 4,41% cada uno… ¡pobre diay!
El margen de error, señores, es de ±3,4% con un nivel de confianza del 95%, así que hay que tomar estos números con pinzas, pero también con cierta preocupación. Porque aunque las cosas puedan cambiar rápido – y en Costa Rica cambian más rápido que el tráfico en hora pico – este panorama nos indica que la polarización sigue siendo un factor clave en la decisión del electorado.
Y hablando de factores claves, la crisis interna del PAC no ayuda precisamente a nadie. Con la renuncia de la exdiputada Emilia Molina y sus fuertes críticas a Claudia Dobles, el partido está más dividido que un pan bendito. Molina acusó a Dobles de buscar una candidatura oportunista sin mérito alguno, y eso, a estas alturas, solo suma incertidumbre y confusión en el electorado. Se nota que el ambiente está calientito, y las cosas podrían ponerse aún más feas.
Otro tema que no podemos dejar pasar es la polémica alrededor de Álvaro Ramos y la intervención del AyA en Naranjo. Sus declaraciones han generado mucha controversia, y algunos acusan una clara violación a la autonomía municipal. Este tipo de situaciones alimenta la desconfianza en los políticos y complica aún más la tarea de convencer a los votantes indecisos. ¡Ay, papá! Parece que nunca vamos a aprender.
Volviendo al tema central, el apoyo a Fernández se atribuye principalmente a su discurso anti sistema y a su promesa de combatir la corrupción. Aunque muchos critican su estilo populista, hay un sector importante de la población que está cansado de las promesas incumplidas y busca alternativas radicales. Y bueno, ella se ha posicionado muy bien en ese nicho, sin duda alguna, apelando a las emociones más que a las propuestas concretas.
En fin, la cosa está servida. Estos resultados nos obligan a preguntarnos: ¿Estamos preparados para ver una campaña presidencial aún más dura y divisoria? ¿Será capaz algún candidato de unir fuerzas y ofrecer un mensaje de esperanza y cambio real, o continuaremos sumergidos en un mar de confrontaciones y ataques personales? ¡Díganme sus opiniones, gente del foro! ¿Quién creen que ganará y qué impacto tendrá esto en nuestro país?