Bueno, pues mi gente, parece que estamos entrando en un brete gordo. A dos días de que empiece la campaña electoral, el Gobierno de Rodrigo Chaves y el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) se están tirando pullas que pa’ darle sabor al chayote. La cosa pinta fea, porque entre tanta pelea, lo importante, que es escuchar a los candidatos y analizar bien qué nos ofrecen, se puede perder en el ruido.
La bronca, como diríamos acá, es que el Presidente Chaves dice que el TSE le quiere poner una ‘mordaza’. Según él, el Tribunal está tratando de impedir que el Gobierno informe a la ciudadanía sobre sus acciones y proyectos, aprovechando las inauguraciones de obras y otros eventos. Vamos, que el Presidente siente que le quieren tapar la boca a diestra y siniestra, justo cuando necesita proyectar sus logros para la campaña.
El TSE, por supuesto, niega rotundamente estas acusaciones. Dicen que esas restricciones son normas de ley, que llevan aplicándose desde hace años, y que se aplican por igual a todos los gobiernos, sin importar si son chinos, verdes o morados. Insisten en que no están buscando callar a nadie, sino simplemente garantizar que la campaña se desarrolle dentro del marco legal y que no haya ventajas indebidas para ningún candidato o partido político.
Y claro, el Presidente no se quedó callado. Durante la inauguración de un Cen-Cinai en Esparza, volvió a echarle arena a los gatos al TSE, argumentando que la población tiene derecho a saber lo que está haciendo el Gobierno y que el Tribunal está violando ese derecho constitucional. «Porque el derecho constitucional de ustedes de pedir cuentas y la obligación constitucional del gobierno de rendirlas está siendo mancillada por un Tribunal Supremo de Elecciones que se fue a buscar en un rincón oscuro, la excusa para taparle los oídos a ustedes, para ponerles una venda en los ojos y para amordazar al Gobierno. Eso no va a terminar aquí, vamos a ver qué hacemos», soltó el Presidente, dejando caer que todavía tiene algunas cartas bajo la manga.
Una de las polémicas más fuertes gira en torno a las conferencias de prensa semanales del Gobierno. Parece ser que el TSE les puso el freno de mano, indicándoles que la conferencia del próximo miércoles será la última durante la campaña. Esto sacudió al palacio y provocó una protesta pública del Presidente, quien considera que esto limita su capacidad de comunicarse directamente con la ciudadanía y explicar sus políticas.
Según el TSE, la norma es clara: no hay problema en que el Gobierno inaugure obras o asista a eventos públicos, pero sí está prohibido transmitir esos eventos a través de plataformas digitales, ni siquiera retransmitirlos en vivo. Tampoco pueden utilizar sus canales oficiales para difundir fragmentos o imágenes de las conferencias de prensa, aunque sí pueden dar entrevistas a los medios de comunicación. Para ellos, todo esto está cubierto por el famoso artículo 142 del Código Electoral, que busca evitar que el gobierno abuse de su poder e influencia durante la campaña.
Además, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) también ha metido cuchara en el asunto, estableciendo que durante el período electoral, las instituciones gubernamentales no pueden difundir información o mensajes que exalten sus logros o incluyan la imagen de sus jerarcas, ya sea a través de los medios tradicionales o digitales. Una medida drástica, sin duda, que busca garantizar la equidad y transparencia de la contienda electoral, pero que obviamente molesta a quienes están en el poder.
La verdad, mi gente, es que toda esta novela está generando un ambiente de tensión y desconfianza que no es bueno para la democracia. Entre tanto lío, corremos el riesgo de perdernos lo verdaderamente importante: analizar propuestas, evaluar candidatos y decidir quién merece nuestro voto. Entonces, ¿ustedes creen que el TSE está actuando dentro de la ley o el Gobierno tiene razón al sentirse acorralado? ¡Den su opinión en el foro!
La bronca, como diríamos acá, es que el Presidente Chaves dice que el TSE le quiere poner una ‘mordaza’. Según él, el Tribunal está tratando de impedir que el Gobierno informe a la ciudadanía sobre sus acciones y proyectos, aprovechando las inauguraciones de obras y otros eventos. Vamos, que el Presidente siente que le quieren tapar la boca a diestra y siniestra, justo cuando necesita proyectar sus logros para la campaña.
El TSE, por supuesto, niega rotundamente estas acusaciones. Dicen que esas restricciones son normas de ley, que llevan aplicándose desde hace años, y que se aplican por igual a todos los gobiernos, sin importar si son chinos, verdes o morados. Insisten en que no están buscando callar a nadie, sino simplemente garantizar que la campaña se desarrolle dentro del marco legal y que no haya ventajas indebidas para ningún candidato o partido político.
Y claro, el Presidente no se quedó callado. Durante la inauguración de un Cen-Cinai en Esparza, volvió a echarle arena a los gatos al TSE, argumentando que la población tiene derecho a saber lo que está haciendo el Gobierno y que el Tribunal está violando ese derecho constitucional. «Porque el derecho constitucional de ustedes de pedir cuentas y la obligación constitucional del gobierno de rendirlas está siendo mancillada por un Tribunal Supremo de Elecciones que se fue a buscar en un rincón oscuro, la excusa para taparle los oídos a ustedes, para ponerles una venda en los ojos y para amordazar al Gobierno. Eso no va a terminar aquí, vamos a ver qué hacemos», soltó el Presidente, dejando caer que todavía tiene algunas cartas bajo la manga.
Una de las polémicas más fuertes gira en torno a las conferencias de prensa semanales del Gobierno. Parece ser que el TSE les puso el freno de mano, indicándoles que la conferencia del próximo miércoles será la última durante la campaña. Esto sacudió al palacio y provocó una protesta pública del Presidente, quien considera que esto limita su capacidad de comunicarse directamente con la ciudadanía y explicar sus políticas.
Según el TSE, la norma es clara: no hay problema en que el Gobierno inaugure obras o asista a eventos públicos, pero sí está prohibido transmitir esos eventos a través de plataformas digitales, ni siquiera retransmitirlos en vivo. Tampoco pueden utilizar sus canales oficiales para difundir fragmentos o imágenes de las conferencias de prensa, aunque sí pueden dar entrevistas a los medios de comunicación. Para ellos, todo esto está cubierto por el famoso artículo 142 del Código Electoral, que busca evitar que el gobierno abuse de su poder e influencia durante la campaña.
Además, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) también ha metido cuchara en el asunto, estableciendo que durante el período electoral, las instituciones gubernamentales no pueden difundir información o mensajes que exalten sus logros o incluyan la imagen de sus jerarcas, ya sea a través de los medios tradicionales o digitales. Una medida drástica, sin duda, que busca garantizar la equidad y transparencia de la contienda electoral, pero que obviamente molesta a quienes están en el poder.
La verdad, mi gente, es que toda esta novela está generando un ambiente de tensión y desconfianza que no es bueno para la democracia. Entre tanto lío, corremos el riesgo de perdernos lo verdaderamente importante: analizar propuestas, evaluar candidatos y decidir quién merece nuestro voto. Entonces, ¿ustedes creen que el TSE está actuando dentro de la ley o el Gobierno tiene razón al sentirse acorralado? ¡Den su opinión en el foro!
