¡Wojooo, compas! Parece que la diabetes se ha puesto bien fea por acá en Costa Rica. Según datos frescos de la CCSS, casi el 15% de nosotros ya tiene diagnóstico. Pero ojo, ahí va la bomba: muchos más andamos caminando sin saberlo, con el azúcar pegándose un bailecito interno que nos está haciendo daño poquito a poco. ¡Qué despiche!
Ahora, vamos al grano. La diabetes, esa varecita que te complica la vida, se da cuando tu cuerpo decide hacerle la bronca a la insulina o directamente no produce suficiente. Eso hace que el azúcar (glucosa) se acumule en la sangre, y ahí empiezan los problemas, diay. La mayoría de los casos que vemos ahora son tipo 2, y eso está ligado, vamos a ser sinceros, a cómo vivimos: comemos cosas procesadas a montón, nos quedamos tirados en el sofá viendo series, y el deporte… bueno, digamos que no es nuestra máxima prioridad.
Y no pienses que es un problema lejano. Las estadísticas globales dan escalofríos: para el 2045, se estima que medio planeta tendrá que lidiar con esto. Imagínate la carga que eso implica para los sistemas de salud y, sobre todo, para la gente que tiene que cambiar sus hábitos radicalmente. Pero hay que ponerle pausa, porque aunque suena pesadito, prevenir es mucho más fácil que tratar las complicaciones a largo plazo – ¡y créeme, esas no son chivísimas!
¿Cuáles son las señales de alerta? Bueno, lo típico: sentirte sediento como si hubieras corrido una maratón, tener que ir al baño cada dos por tres (hasta interrumpir la novela), ver borroso, cansarte más rápido que un perro hablando con un gato, e incluso perder peso sin quererlo. Pero como dice la gente, no todos tienen que salir todas las cartas. A veces, solo sientes unos mareos raros, como le pasó a la Doña Isabel, que contó que cuando se dio cuenta, ¡ya tenía el azúcar en sangre por las nubes, en 400! ¡Imagínate el susto!
Lo peor es que esta vareta está empezando a aparecer en jóvenes, lo cual significa que vamos a tener pacientes lidiando con los efectos de la diabetes durante muchísimos años. Y los efectos no son broma: daños a los corazones, ojos, riñones, nervios... Algunos terminan con problemas terribles en los pies, hasta llegando a necesitar amputaciones. No quiero asustarlos, pero hay que tomar conciencia de que esto es serio, muy serio. Como diría mi abuela, ‘la prevención es la madre de la seguridad’.
Así que, ¿qué podemos hacer para evitar terminar 'en un brete'? El Doctor Noel Ruiz, internista de pura cepa, nos pone las cosas claras: tenemos que cambiar nuestros estilos de vida. Eso significa mover el trasero al menos media hora al día – una caminadita tranquila ya sirve – comer más fruta y verdura fresca, decirle adiós al cigarrillo (eso sí que es un chunche malo), hacernos chequeos regularmente, dormir bien (que no es tan fácil con tanto celular), y dejar de darle duro a la comida chatarrita y llena de azúcar. ¡Ponle cuidado al postre, mael!
Recordemos que no es solo cuestión de dieta y ejercicio, sino de crear un hábito saludable. Busca actividades que disfrutes, invierte tiempo en preparar comidas nutritivas, rodéate de gente que te motive a cuidarte... Enfrentar la diabetes no es una carrera corta, es una maratón que requiere compromiso y disciplina. Pero vale la pena, porque tu salud es lo más importante que tienes.
Y tú, ¿crees que la falta de educación sobre la diabetes es el principal obstáculo para prevenirla en Costa Rica, o sería más efectivo enfocarse en promover cambios en los hábitos alimenticios desde edades tempranas? ¡Déjanos tus ideas en los comentarios!
Ahora, vamos al grano. La diabetes, esa varecita que te complica la vida, se da cuando tu cuerpo decide hacerle la bronca a la insulina o directamente no produce suficiente. Eso hace que el azúcar (glucosa) se acumule en la sangre, y ahí empiezan los problemas, diay. La mayoría de los casos que vemos ahora son tipo 2, y eso está ligado, vamos a ser sinceros, a cómo vivimos: comemos cosas procesadas a montón, nos quedamos tirados en el sofá viendo series, y el deporte… bueno, digamos que no es nuestra máxima prioridad.
Y no pienses que es un problema lejano. Las estadísticas globales dan escalofríos: para el 2045, se estima que medio planeta tendrá que lidiar con esto. Imagínate la carga que eso implica para los sistemas de salud y, sobre todo, para la gente que tiene que cambiar sus hábitos radicalmente. Pero hay que ponerle pausa, porque aunque suena pesadito, prevenir es mucho más fácil que tratar las complicaciones a largo plazo – ¡y créeme, esas no son chivísimas!
¿Cuáles son las señales de alerta? Bueno, lo típico: sentirte sediento como si hubieras corrido una maratón, tener que ir al baño cada dos por tres (hasta interrumpir la novela), ver borroso, cansarte más rápido que un perro hablando con un gato, e incluso perder peso sin quererlo. Pero como dice la gente, no todos tienen que salir todas las cartas. A veces, solo sientes unos mareos raros, como le pasó a la Doña Isabel, que contó que cuando se dio cuenta, ¡ya tenía el azúcar en sangre por las nubes, en 400! ¡Imagínate el susto!
Lo peor es que esta vareta está empezando a aparecer en jóvenes, lo cual significa que vamos a tener pacientes lidiando con los efectos de la diabetes durante muchísimos años. Y los efectos no son broma: daños a los corazones, ojos, riñones, nervios... Algunos terminan con problemas terribles en los pies, hasta llegando a necesitar amputaciones. No quiero asustarlos, pero hay que tomar conciencia de que esto es serio, muy serio. Como diría mi abuela, ‘la prevención es la madre de la seguridad’.
Así que, ¿qué podemos hacer para evitar terminar 'en un brete'? El Doctor Noel Ruiz, internista de pura cepa, nos pone las cosas claras: tenemos que cambiar nuestros estilos de vida. Eso significa mover el trasero al menos media hora al día – una caminadita tranquila ya sirve – comer más fruta y verdura fresca, decirle adiós al cigarrillo (eso sí que es un chunche malo), hacernos chequeos regularmente, dormir bien (que no es tan fácil con tanto celular), y dejar de darle duro a la comida chatarrita y llena de azúcar. ¡Ponle cuidado al postre, mael!
Recordemos que no es solo cuestión de dieta y ejercicio, sino de crear un hábito saludable. Busca actividades que disfrutes, invierte tiempo en preparar comidas nutritivas, rodéate de gente que te motive a cuidarte... Enfrentar la diabetes no es una carrera corta, es una maratón que requiere compromiso y disciplina. Pero vale la pena, porque tu salud es lo más importante que tienes.
Y tú, ¿crees que la falta de educación sobre la diabetes es el principal obstáculo para prevenirla en Costa Rica, o sería más efectivo enfocarse en promover cambios en los hábitos alimenticios desde edades tempranas? ¡Déjanos tus ideas en los comentarios!