¡Ay, Dios mío! La cosa se puso caliente rapidito. Resulta que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anduvo soltando cositas en Puerto Caldera durante una visita oficial, y ahora la candidata Laura Fernández del PPSO está tratando de agarrarle la corriente a ese mensaje. Parece novela, ¿verdad?
Todo empezó cuando Bukele felicitó al presidente Chaves por los nuevos escáneres en los puertos y la famosa ‘megacárcel’. Pero no se quedó ahí; aprovechó para echar un discursocito con sabor a campaña, diciendo que si la próxima administración sigue por buen camino, Costa Rica verá tiempos mejores, más seguros y prósperos. Un mensaje directo, vamos.
Laura Fernández, rápida como ella sabe, decidió apropiarse de esa declaración. Lanzó un comunicado y un video en sus redes sociales, agradeciendo a Bukele por el supuesto respaldo. Dijo que la seguridad sería prioridad en su gobierno, siguiendo la línea del Presidente Chaves. El chavismo así, ¿me entienden?
Pero aquí viene la bronca: en su propuesta de campaña, Fernández no dice ni pío sobre sus planes concretos en materia de seguridad. Se escudó en los proyectos del actual gobierno. Y eso molesta a mucha gente, porque precisamente bajo la administración de Chaves hemos visto un aumento preocupante en los homicidios, con cifras que dan escalofríos, vamos, ¡una verdadera torta!
Mencionó la instalación de los escáneres, la ‘megacárcel’ y las extradicciones de narcos, pero cuando se le preguntó por reformas específicas, se quedó muda. Necesita aprobar reformas al Poder Judicial –pa' acabar con la impunidad–, al Código Penal y a los procedimientos penales, pero no explica cómo piensa hacerlo. ¡Un brete!
Y hablando de la ‘megacárcel’, ni qué decir que hasta el ministro de Justicia, Gerald Campos, se ha distanciado de ese nombre. Ya saben, la polémica está servida. Además, el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) todavía no devuelve los planos, ¡y el ministro dice que tienen hasta el 10 de octubre! Promete que empezarán la licitación pronto y que la cárcel estará lista en 195 días... ¡Diay, pa’ cuando será eso?
Para colmo, resulta que la construcción de esta cárcel se basa en los planos del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) salvadoreño, prácticamente una versión a menor escala. Y encima, la esposa del candidato presidencial de Avanza, Johana Bukele Handal, es prima de Nayib. El candidato Aguilar, tratando de restarle importancia, dijo que no hay coordinación con Bukele. Aseveró que son un partido nuevo e independiente, pero luego, medio juguetón, comentó que lo que más le gusta del mandatario salvadoreño es… ¡su prima!, ¡qué carga!
Mientras tanto, el candidato de Nueva República, Fabricio Alvarado, propuso un estado de excepción para enfrentar la creciente ola de violencia, tomando como ejemplo lo que Bukele hizo en El Salvador para controlar a las maras. En El Salvador capturaron a 40.000 personas, pero organizaciones no gubernamentales denuncian que unas 8.000 de ellas son inocentes. Entonces, ¿cree usted que la intervención de Bukele en nuestra campaña es una estrategia legítima para impulsar a algún candidato, o simplemente un despiste electoral con consecuencias potencialmente negativas para nuestra democracia? ¡Dígame, qué piensa usted de todo esto?
Todo empezó cuando Bukele felicitó al presidente Chaves por los nuevos escáneres en los puertos y la famosa ‘megacárcel’. Pero no se quedó ahí; aprovechó para echar un discursocito con sabor a campaña, diciendo que si la próxima administración sigue por buen camino, Costa Rica verá tiempos mejores, más seguros y prósperos. Un mensaje directo, vamos.
Laura Fernández, rápida como ella sabe, decidió apropiarse de esa declaración. Lanzó un comunicado y un video en sus redes sociales, agradeciendo a Bukele por el supuesto respaldo. Dijo que la seguridad sería prioridad en su gobierno, siguiendo la línea del Presidente Chaves. El chavismo así, ¿me entienden?
Pero aquí viene la bronca: en su propuesta de campaña, Fernández no dice ni pío sobre sus planes concretos en materia de seguridad. Se escudó en los proyectos del actual gobierno. Y eso molesta a mucha gente, porque precisamente bajo la administración de Chaves hemos visto un aumento preocupante en los homicidios, con cifras que dan escalofríos, vamos, ¡una verdadera torta!
Mencionó la instalación de los escáneres, la ‘megacárcel’ y las extradicciones de narcos, pero cuando se le preguntó por reformas específicas, se quedó muda. Necesita aprobar reformas al Poder Judicial –pa' acabar con la impunidad–, al Código Penal y a los procedimientos penales, pero no explica cómo piensa hacerlo. ¡Un brete!
Y hablando de la ‘megacárcel’, ni qué decir que hasta el ministro de Justicia, Gerald Campos, se ha distanciado de ese nombre. Ya saben, la polémica está servida. Además, el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) todavía no devuelve los planos, ¡y el ministro dice que tienen hasta el 10 de octubre! Promete que empezarán la licitación pronto y que la cárcel estará lista en 195 días... ¡Diay, pa’ cuando será eso?
Para colmo, resulta que la construcción de esta cárcel se basa en los planos del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) salvadoreño, prácticamente una versión a menor escala. Y encima, la esposa del candidato presidencial de Avanza, Johana Bukele Handal, es prima de Nayib. El candidato Aguilar, tratando de restarle importancia, dijo que no hay coordinación con Bukele. Aseveró que son un partido nuevo e independiente, pero luego, medio juguetón, comentó que lo que más le gusta del mandatario salvadoreño es… ¡su prima!, ¡qué carga!
Mientras tanto, el candidato de Nueva República, Fabricio Alvarado, propuso un estado de excepción para enfrentar la creciente ola de violencia, tomando como ejemplo lo que Bukele hizo en El Salvador para controlar a las maras. En El Salvador capturaron a 40.000 personas, pero organizaciones no gubernamentales denuncian que unas 8.000 de ellas son inocentes. Entonces, ¿cree usted que la intervención de Bukele en nuestra campaña es una estrategia legítima para impulsar a algún candidato, o simplemente un despiste electoral con consecuencias potencialmente negativas para nuestra democracia? ¡Dígame, qué piensa usted de todo esto?
