¡Ay, Dios mío! El movimiento en Puerto Caldera parece un chapuzón en medio de un huracán, y la verdad, nos estamos yendo al traste con la competitividad. Resulta que nuestra querida Costa Rica, allá vamos, está arrastrando los pies en materia logística, y eso afecta a todos, desde el agricultor hasta el vendedor de chayitas en el mercado.
La candidata de Pueblo Soberano, Laura Fernández, lanzó una bomba hace unos días, prometiendo ponerlelechos a Puerto Caldera como tarea número uno si llega a la presidencia. Después de todo, asegura, no podemos seguir perdiendo oportunidades de oro porque alguien no supo hacer bien su brete en el gobierno anterior. Se reunió con toños los jefes de cámaras y gremios, y ahí mismo, con todo el mundo escuchando, soltó la promesa de modernización.
Pero díganle al PAC que esto no cayó del cielo. Según explicó Fernández, el negocio era iniciar los estudios para una nueva concesión de Caldera allá por el 2020. Pero, bueno, ya sabemos cómo andaba el gobierno anterior... ¡qué despiche!, dejando todo botado y esperando a que llegara otro para limpiar el batallón. Ahora, el resultado es este cuello de botella que nos está ahogando, con el puerto operando a más del 114% de su capacidad. ¡Imagínate la bronca!
Y no piensen que esto es solo un dolor de cabeza para los empresarios. Un estudio reciente de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) demostró que casi la mitad de las empresas manufactureras ya están sintiendo el pinchazo directo en el bolsillo por los problemas en Caldera. Demasiada gente depende de este puerto, y si no hacemos algo rápido, nos vamos a quedar varados en el camino. Algunos ya están buscando opciones, qué carga tener que cambiar toda la ruta por culpa de la poca planificación.
Lo peor es que la situación podría empeorar. Dicen que si no agarramos gallo pronto, más del 68% de las compañías se va a ir pa’ otro lado en los próximos tres años. ¡Se van a llevar sus empleos y su inversión a tierras más amigables! Esto no es un juego, amigos, esto es el sustento de miles de familias costarricenses.
Fernández enfatizó que modernizar Caldera no es solo arreglar unas grúas viejas. Es una apuesta por el crecimiento económico, por crear empleos dignos y por asegurar el futuro de nuestro país. Añadió que están listos para descongestionar el puerto y, de paso, ponerlelechos a Golfito y otros puertos estratégicos. Con la posibilidad de entrar en bloques comerciales asiáticos, necesitamos estar preparados para recibir esos barcos y mover la mercancía a toda marcha.
Ahora, muchos se preguntarán cómo piensa lograrlo Fernández. Bueno, todavía no hay un plan detallado en papel. Lo que sí sabemos es que está promoviendo una revisión completa de la concesión actual, con el compromiso de agilizar los trámites y eliminar trabas burocráticas. Ya saben, lo de siempre: menos papeleo y más acción. Su equipo, con Gamboa y Soto a cuestas, promete transparencia total en el proceso. Veremos si cumplen o si terminamos con otra vara difícil de digerir.
En fin, la pelota está en la cancha. La modernización de Puerto Caldera es vital para mantenernos competitivos y evitar que Costa Rica se vaya al traste. ¿Ustedes creen que Fernández realmente podrá darle la vuelta a esta situación, o será otra promesa electoral que terminará enterrada bajo montañas de documentos?
La candidata de Pueblo Soberano, Laura Fernández, lanzó una bomba hace unos días, prometiendo ponerlelechos a Puerto Caldera como tarea número uno si llega a la presidencia. Después de todo, asegura, no podemos seguir perdiendo oportunidades de oro porque alguien no supo hacer bien su brete en el gobierno anterior. Se reunió con toños los jefes de cámaras y gremios, y ahí mismo, con todo el mundo escuchando, soltó la promesa de modernización.
Pero díganle al PAC que esto no cayó del cielo. Según explicó Fernández, el negocio era iniciar los estudios para una nueva concesión de Caldera allá por el 2020. Pero, bueno, ya sabemos cómo andaba el gobierno anterior... ¡qué despiche!, dejando todo botado y esperando a que llegara otro para limpiar el batallón. Ahora, el resultado es este cuello de botella que nos está ahogando, con el puerto operando a más del 114% de su capacidad. ¡Imagínate la bronca!
Y no piensen que esto es solo un dolor de cabeza para los empresarios. Un estudio reciente de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) demostró que casi la mitad de las empresas manufactureras ya están sintiendo el pinchazo directo en el bolsillo por los problemas en Caldera. Demasiada gente depende de este puerto, y si no hacemos algo rápido, nos vamos a quedar varados en el camino. Algunos ya están buscando opciones, qué carga tener que cambiar toda la ruta por culpa de la poca planificación.
Lo peor es que la situación podría empeorar. Dicen que si no agarramos gallo pronto, más del 68% de las compañías se va a ir pa’ otro lado en los próximos tres años. ¡Se van a llevar sus empleos y su inversión a tierras más amigables! Esto no es un juego, amigos, esto es el sustento de miles de familias costarricenses.
Fernández enfatizó que modernizar Caldera no es solo arreglar unas grúas viejas. Es una apuesta por el crecimiento económico, por crear empleos dignos y por asegurar el futuro de nuestro país. Añadió que están listos para descongestionar el puerto y, de paso, ponerlelechos a Golfito y otros puertos estratégicos. Con la posibilidad de entrar en bloques comerciales asiáticos, necesitamos estar preparados para recibir esos barcos y mover la mercancía a toda marcha.
Ahora, muchos se preguntarán cómo piensa lograrlo Fernández. Bueno, todavía no hay un plan detallado en papel. Lo que sí sabemos es que está promoviendo una revisión completa de la concesión actual, con el compromiso de agilizar los trámites y eliminar trabas burocráticas. Ya saben, lo de siempre: menos papeleo y más acción. Su equipo, con Gamboa y Soto a cuestas, promete transparencia total en el proceso. Veremos si cumplen o si terminamos con otra vara difícil de digerir.
En fin, la pelota está en la cancha. La modernización de Puerto Caldera es vital para mantenernos competitivos y evitar que Costa Rica se vaya al traste. ¿Ustedes creen que Fernández realmente podrá darle la vuelta a esta situación, o será otra promesa electoral que terminará enterrada bajo montañas de documentos?
