¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo con el CCSS metido en broncas. Resulta que la Junta Directiva decidió irse con todo contra la Contraloría General de la República (CGR), impugnando un informe que les pide ponerle orden al desmadre del sistema ERP-SAP. Parece que alguien se cree el rey del castillo, diay.
Para refrescarles la memoria a los que andan despistados, el sistema SAP llegó con bombos y platillos hace un tiempo, prometiendo revolucionar la gestión administrativa de la Caja. Pero la realidad es que ha sido un dolor de cabeza constante, lleno de fallas, retrasos y un montón de trabas que han afectado a usuarios y pacientes. La Contraloría, viendo el lio, sacó un informe con unas recomendaciones bastante claras: ¡arreglen eso o prepárense!
Entre las órdenes de la CGR figura instruir a las gerencias financiera y de logística para crear un plan de recuperación de operaciones, asegurarse de que tengan los recursos suficientes –y vaya que necesitan–, devolver las funciones al área correspondiente y establecer un control más estricto desde la propia Junta Directiva. También le piden que contraten una auditoría externa para revisar si el sistema está seguro y si los datos están bien guardados. ¡Un brete, vamos!
Pero, claro, al parecer en la CCSS no les gustó nada que les digan cómo hacer las cosas. Decidieron que van a presentar un recurso de revocatoria con apelación, buscando suspender esas órdenes. Además, le pidieron a la Dirección Jurídica que les diga si la Contraloría se pasó de la raya. Según ellos, estos “actos de coadministración” violan su autonomía institucional. ¡Imagínate, como si fueran intocables!
Y ojo porque esto llega justo en medio del rollo político que tenemos con el gobierno actual. Todos tratando de meter baza y defender sus fueros. La narrativa oficial es que la CGR está invadiendo competencias y que la CCSS debe tener carta blanca para hacer lo que quiera. ¡Qué papelón!, como dice mi abu.
Las reacciones no se hicieron esperar. Muchos ciudadanos se preguntan si realmente la prioridad debería ser discutir quién tiene razón o si deberíamos enfocarnos en solucionar los problemas del sistema SAP y garantizar que los afiliados reciban una atención digna y oportuna. Porque al final del día, ahí estamos nosotros, los que sufrimos las consecuencias de estas batallas internas. Un verdadero despiche.
Algunos expertos señalan que la actitud de la CCSS podría estar obstaculizando una solución efectiva. Afirman que la Caja necesita aceptar que hubo errores y trabajar en colaboración con la Contraloría para corregirlos. De lo contrario, corremos el riesgo de seguir arrastrando este problema durante años. Más allá de las peleas institucionales, lo importante es pensar en el bienestar de la población.
Este tema está más caliente que gallina pochada. Con todo este lío jurídico y político, ¿cree usted que la CCSS está priorizando los intereses de los afiliados o simplemente está tratando de protegerse a sí misma? ¿Debería haber una intervención más contundente para resolver esta situación o confía en que las partes puedan llegar a un acuerdo por sí solas?
Para refrescarles la memoria a los que andan despistados, el sistema SAP llegó con bombos y platillos hace un tiempo, prometiendo revolucionar la gestión administrativa de la Caja. Pero la realidad es que ha sido un dolor de cabeza constante, lleno de fallas, retrasos y un montón de trabas que han afectado a usuarios y pacientes. La Contraloría, viendo el lio, sacó un informe con unas recomendaciones bastante claras: ¡arreglen eso o prepárense!
Entre las órdenes de la CGR figura instruir a las gerencias financiera y de logística para crear un plan de recuperación de operaciones, asegurarse de que tengan los recursos suficientes –y vaya que necesitan–, devolver las funciones al área correspondiente y establecer un control más estricto desde la propia Junta Directiva. También le piden que contraten una auditoría externa para revisar si el sistema está seguro y si los datos están bien guardados. ¡Un brete, vamos!
Pero, claro, al parecer en la CCSS no les gustó nada que les digan cómo hacer las cosas. Decidieron que van a presentar un recurso de revocatoria con apelación, buscando suspender esas órdenes. Además, le pidieron a la Dirección Jurídica que les diga si la Contraloría se pasó de la raya. Según ellos, estos “actos de coadministración” violan su autonomía institucional. ¡Imagínate, como si fueran intocables!
Y ojo porque esto llega justo en medio del rollo político que tenemos con el gobierno actual. Todos tratando de meter baza y defender sus fueros. La narrativa oficial es que la CGR está invadiendo competencias y que la CCSS debe tener carta blanca para hacer lo que quiera. ¡Qué papelón!, como dice mi abu.
Las reacciones no se hicieron esperar. Muchos ciudadanos se preguntan si realmente la prioridad debería ser discutir quién tiene razón o si deberíamos enfocarnos en solucionar los problemas del sistema SAP y garantizar que los afiliados reciban una atención digna y oportuna. Porque al final del día, ahí estamos nosotros, los que sufrimos las consecuencias de estas batallas internas. Un verdadero despiche.
Algunos expertos señalan que la actitud de la CCSS podría estar obstaculizando una solución efectiva. Afirman que la Caja necesita aceptar que hubo errores y trabajar en colaboración con la Contraloría para corregirlos. De lo contrario, corremos el riesgo de seguir arrastrando este problema durante años. Más allá de las peleas institucionales, lo importante es pensar en el bienestar de la población.
Este tema está más caliente que gallina pochada. Con todo este lío jurídico y político, ¿cree usted que la CCSS está priorizando los intereses de los afiliados o simplemente está tratando de protegerse a sí misma? ¿Debería haber una intervención más contundente para resolver esta situación o confía en que las partes puedan llegar a un acuerdo por sí solas?