¡Ay, Dios mío! Esto sí que es mamarracho. Resulta que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) va a tener que soltarle la cartera al Estado con 84 millones de colones y reinstalar a un funcionario que despidieron hace años. ¿Y por qué tanta lana y tanto rollo? Pues por un descuido que parece sacado de una novela, un simple olvido de 24 horitas que les salió tremendamente caro.
La movida toda empezó allá por el 2013, cuando acusaron a un compañero del Hospital San Vicente de Paúl en Heredia de tratar feo a un paciente. Un escándalo, vamos. Después de un largo proceso, la Junta de Relaciones Laborales de la CCSS dio luz verde al despido el 5 de febrero de 2015. Pero aquí viene el 'punchline', el detalle que convirtió esto en un verdadero desastre administrativo: la gente encargada de notificarle el despido tardó un día más, ¡solo un día! en cumplir con el papeleo.
Según el Código de Trabajo, la CCSS tenía exactamente un mes calendario desde el día del dictamen para hacer oficial el despido. Tenían hasta el 5 de marzo, ¡y lo hicieron el 6! Ese pequeño error, esa tardanza mínima, fue suficiente para que el Tribunal Contencioso Administrativo decidiera que ya se habían ido al traste sus posibilidades de echar al tipo. Prescripción, dicen los abogados, ¡y vaya prescripción!
Imagínate la cara de los directivos de la CCSS cuando recibieron la notificación de la sentencia. ¡Qué torta! No solo tenían que reinstalar al funcionario, sino también rascarle el bolsillo al erario público con 84 millones de colones. Dinero que, como bien sabemos, podría haberse usado para mejorar los hospitales, comprar equipos médicos o darle un mejor servicio a los asegurados. Pero no, ahora se van en eso.
Por supuesto, la CCSS no se quedó de brazos cruzados. Aseguraron que cumplieron con la orden de reinstalar al trabajador, pero recalcaron que el fallo judicial se debió a un “yerro en el proceso y no a los hechos que le fueron imputados”. Lo cual suena muy técnico, pero básicamente significa que admitieron haber cometido la metedura de pata, pero insisten en que el pobre fulano no estaba haciendo cosas malas.
Ahora, la institución ha puesto manos a la obra para investigar quién fue el responsable de este embrollo. Dicen que apuntan al ex director de Enfermería del hospital, el mismo que estaba encargado de revisar y firmar la notificación del despido. Se quieren asegurar de que este señor asuma las consecuencias de su negligencia, para que alguien pague por semejante despilfarro de recursos públicos. ¡Que no quede impune!
Este caso nos demuestra, una vez más, la importancia de prestar atención a los detalles. Una simple equivocación, un descuido mínimo, puede tener consecuencias catastróficas, especialmente cuando involucra montones de plata pública. ¡Quién lo diría! Un día de diferencia significó 84 millones de colones y un montón de problemas para la CCSS. Es una verdadera lástima, porque este dinero podría haber ayudado mucho a la salud de los costarricenses.
Es impresionante cómo un error tan pequeño puede escalar a tal magnitud. Me pregunto, ¿creen ustedes que la CCSS debería demandar al exdirector de enfermería para recuperar estos 84 millones, o creen que este caso sirve como una lección aprendida para mejorar los procesos administrativos internos?
La movida toda empezó allá por el 2013, cuando acusaron a un compañero del Hospital San Vicente de Paúl en Heredia de tratar feo a un paciente. Un escándalo, vamos. Después de un largo proceso, la Junta de Relaciones Laborales de la CCSS dio luz verde al despido el 5 de febrero de 2015. Pero aquí viene el 'punchline', el detalle que convirtió esto en un verdadero desastre administrativo: la gente encargada de notificarle el despido tardó un día más, ¡solo un día! en cumplir con el papeleo.
Según el Código de Trabajo, la CCSS tenía exactamente un mes calendario desde el día del dictamen para hacer oficial el despido. Tenían hasta el 5 de marzo, ¡y lo hicieron el 6! Ese pequeño error, esa tardanza mínima, fue suficiente para que el Tribunal Contencioso Administrativo decidiera que ya se habían ido al traste sus posibilidades de echar al tipo. Prescripción, dicen los abogados, ¡y vaya prescripción!
Imagínate la cara de los directivos de la CCSS cuando recibieron la notificación de la sentencia. ¡Qué torta! No solo tenían que reinstalar al funcionario, sino también rascarle el bolsillo al erario público con 84 millones de colones. Dinero que, como bien sabemos, podría haberse usado para mejorar los hospitales, comprar equipos médicos o darle un mejor servicio a los asegurados. Pero no, ahora se van en eso.
Por supuesto, la CCSS no se quedó de brazos cruzados. Aseguraron que cumplieron con la orden de reinstalar al trabajador, pero recalcaron que el fallo judicial se debió a un “yerro en el proceso y no a los hechos que le fueron imputados”. Lo cual suena muy técnico, pero básicamente significa que admitieron haber cometido la metedura de pata, pero insisten en que el pobre fulano no estaba haciendo cosas malas.
Ahora, la institución ha puesto manos a la obra para investigar quién fue el responsable de este embrollo. Dicen que apuntan al ex director de Enfermería del hospital, el mismo que estaba encargado de revisar y firmar la notificación del despido. Se quieren asegurar de que este señor asuma las consecuencias de su negligencia, para que alguien pague por semejante despilfarro de recursos públicos. ¡Que no quede impune!
Este caso nos demuestra, una vez más, la importancia de prestar atención a los detalles. Una simple equivocación, un descuido mínimo, puede tener consecuencias catastróficas, especialmente cuando involucra montones de plata pública. ¡Quién lo diría! Un día de diferencia significó 84 millones de colones y un montón de problemas para la CCSS. Es una verdadera lástima, porque este dinero podría haber ayudado mucho a la salud de los costarricenses.
Es impresionante cómo un error tan pequeño puede escalar a tal magnitud. Me pregunto, ¿creen ustedes que la CCSS debería demandar al exdirector de enfermería para recuperar estos 84 millones, o creen que este caso sirve como una lección aprendida para mejorar los procesos administrativos internos?