¡Ay, Dios mío! Qué despiche, señores. Resulta que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), esa que debería cuidarnos, anduvo jugando a esconder la pelota con unos temas bien turbios sobre el fentanilo. Parece que hubo movidas raras en varios hospitales, dosis desaparecidas y, encima, ¡nos mintieron!
Todo empezó hace unos meses, cuando CR Hoy sacó a relucir que ampollas de fentanilo estaban desapareciendo de un hospital en la capital. Obvio, la gente se puso inquieta, ¿quién no lo estaría? Entonces, le preguntamos a la CCSS qué estaba pasando, si había alguna investigación en marcha. Y ¿qué nos dijeron? Que solo tenían un caso, allá por el 2017 en un geriátrico. ¡Un caso del 2017! Como si eso resolviera la preocupación actual.
Pero ahí no acabó la telenovela. Fuentes judiciales, esas que siempre saben cosas, nos comentaron que había varias investigaciones abiertas, casos frescos. Le volvimos a preguntar a la CCSS y, ¡sorpresa!, insistieron en que solo había un caso. De hecho, ni siquiera mencionaron los problemas que ya sabían que existían en el Hospital México, donde la cosa estaba más que picada. Parece que intentaron tapar el sol con la mano.
Y para hacerlo aún más interesante, tenemos un documento, un oficio fechado el 1 de agosto pasado, firmado por los directores del Hospital México, Douglas Montero y Federico Jiménez. En él, advierten a la gerencia médica sobre un problema GRAVE con el sistema ERP-SAP. Se habla de medicamentos estupefacientes, de cargas dobles e incluso TRIPLES en el sistema. ¡Imagínate el lío que puede generar eso!
Como ejemplo, citan que pidieron 10.500 ampollas de fentanilo y aparecieron 31.500 en el sistema. El almacén general entregó las 10.500 correctas, pero la diferencia sigue siendo un misterio. Esto, además de indicar un posible fallo técnico, abre la puerta a otras posibilidades… digamos, menos agradables.
La presidenta de la CCSS, Mónica Taylor, salió a dar declaraciones diciendo que recién se dieron cuenta de la situación el 12 de septiembre, después de que el Ministerio de Salud emitiera una orden sanitaria. ¡Pero el oficio del Hospital México es del 1 de agosto! ¿Cómo es posible semejante descoordinación o, peor aún, encubrimiento?
Y no es solamente que ocultaron información a la prensa, también al Ministerio Público y al Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Fiscales y policías confirman que debieron avisar de inmediato ante la posibilidad de que este fármaco terminara en malas manos, en el mundo del narcotráfico. Michael Soto, jefe del OIJ, incluso mencionó que están investigando robos en la industria médica, ¡una situación alarmante!
Con toda esta bronca, me pregunto: ¿Realmente la CCSS está tomando cartas en el asunto o estamos frente a un intento desesperado por limpiar la imagen sin llegar al fondo del problema? ¿Creen que la directora Taylor debería renunciar ante esta evidencia de opacidad y negligencia? ¡Dígame usted, qué piensa al respecto!
Todo empezó hace unos meses, cuando CR Hoy sacó a relucir que ampollas de fentanilo estaban desapareciendo de un hospital en la capital. Obvio, la gente se puso inquieta, ¿quién no lo estaría? Entonces, le preguntamos a la CCSS qué estaba pasando, si había alguna investigación en marcha. Y ¿qué nos dijeron? Que solo tenían un caso, allá por el 2017 en un geriátrico. ¡Un caso del 2017! Como si eso resolviera la preocupación actual.
Pero ahí no acabó la telenovela. Fuentes judiciales, esas que siempre saben cosas, nos comentaron que había varias investigaciones abiertas, casos frescos. Le volvimos a preguntar a la CCSS y, ¡sorpresa!, insistieron en que solo había un caso. De hecho, ni siquiera mencionaron los problemas que ya sabían que existían en el Hospital México, donde la cosa estaba más que picada. Parece que intentaron tapar el sol con la mano.
Y para hacerlo aún más interesante, tenemos un documento, un oficio fechado el 1 de agosto pasado, firmado por los directores del Hospital México, Douglas Montero y Federico Jiménez. En él, advierten a la gerencia médica sobre un problema GRAVE con el sistema ERP-SAP. Se habla de medicamentos estupefacientes, de cargas dobles e incluso TRIPLES en el sistema. ¡Imagínate el lío que puede generar eso!
Como ejemplo, citan que pidieron 10.500 ampollas de fentanilo y aparecieron 31.500 en el sistema. El almacén general entregó las 10.500 correctas, pero la diferencia sigue siendo un misterio. Esto, además de indicar un posible fallo técnico, abre la puerta a otras posibilidades… digamos, menos agradables.
La presidenta de la CCSS, Mónica Taylor, salió a dar declaraciones diciendo que recién se dieron cuenta de la situación el 12 de septiembre, después de que el Ministerio de Salud emitiera una orden sanitaria. ¡Pero el oficio del Hospital México es del 1 de agosto! ¿Cómo es posible semejante descoordinación o, peor aún, encubrimiento?
Y no es solamente que ocultaron información a la prensa, también al Ministerio Público y al Organismo de Investigación Judicial (OIJ). Fiscales y policías confirman que debieron avisar de inmediato ante la posibilidad de que este fármaco terminara en malas manos, en el mundo del narcotráfico. Michael Soto, jefe del OIJ, incluso mencionó que están investigando robos en la industria médica, ¡una situación alarmante!
Con toda esta bronca, me pregunto: ¿Realmente la CCSS está tomando cartas en el asunto o estamos frente a un intento desesperado por limpiar la imagen sin llegar al fondo del problema? ¿Creen que la directora Taylor debería renunciar ante esta evidencia de opacidad y negligencia? ¡Dígame usted, qué piensa al respecto!