¿Se imaginan esto, pura vida? Resulta que unos chefs de talla mundial, esos que andan moviéndose en restaurantes con estrellas Michelin, llegaron a Costa Rica y le dieron duro elogios a nuestra cocina. No cualquier halago, sino un reconocimiento a la calidad de nuestros productos y a la posibilidad de tener una gastronomía que realmente nos represente, una que salga de lo común y le dé vuelta al estereotipo de gallo pinto y arroz con pollo.
Estos no son comelones cualquiera. Estamos hablando de Benito Gómez, Israel Ramos, Kisko García, Mitsutaka Kawata, Pablo Gonzales… nombres pesados del mundo culinario, además de Chema León, un mago del marketing gastronómico. Se juntaron todos en un evento organizado por el ICT para actualizarse sobre las últimas tendencias, pero también para echarle ojo a lo que estamos haciendo nosotros acá, en el corazón de Centroamérica.
Y parece ser que lo que vieron les gustó bastante. Según ellos, Costa Rica tiene todas las cartas para ofrecer una cocina de primer nivel, basada en ingredientes frescos y sostenibles –algo que hoy en día vale oro– pero que todavía no está siendo contada de la forma correcta. Es decir, tenemos el potencial, pero no estamos aprovechándolo al máximo, nos anda diciendo. ¡Un despiche, vamos!
Gonzales, del restaurante Cabaña Buenavista en Murcia, España, soltó una perla: “Hay que contar la historia de un lugar con la comida y darle valor al producto. La comida refleja un sentimiento y por eso hay que apelar a una emoción. Que el plato hable”. Imagínense, que cada bocado tenga una historia detrás, que te transporte a las montañas de Tarrazú, a las playas del Pacífico Sur o a las selvas del Caribe. Eso sí sería elevar nuestra cocina a otro nivel.
León, por su parte, no se quedó atrás. “Costa Rica tiene una percepción de marca valiosa. Ustedes deben sacarle provecho. Costa Rica puede ofrecer cocina de gran valor que aún no está bien contada”, afirmó. Claro, nadie niega que somos un destino turístico seguro y bello, pero parece que la gastronomía no ha tenido el protagonismo que merece. ¡Y vaya que tenemos cosas ricas para mostrarle al mundo!
Randy Siles, chef costarricense y director Culinario de Enjoy Hotels, recalcó que debemos dejar atrás los complejos y creer en nuestra materia prima. “La importancia de nuestra cocina radica en el producto”, sentenció. Totalmente cierto, mae. Tenemos frutas exóticas, café de primera calidad, mariscos frescos y una variedad de vegetales que da envidia. Lo que necesitamos es aprender a combinarlos con creatividad e ingenio.
Ireth Rodríguez, del ICT, añadió que el turismo gastronómico es estratégico para nuestro desarrollo sostenible. “Genera encadenamientos que benefician a las comunidades, promoviendo la compra local, la conservación de tradiciones y cultura, y contribuyendo al bienestar de las personas”. En otras palabras, invertir en nuestra cocina es invertir en nuestro futuro, impulsar el empleo y fortalecer nuestras raíces.
Ahora, la gran pregunta para reflexionar, compadres: ¿Estamos realmente poniendo toda la carne al asador para promocionar nuestra gastronomía a nivel internacional, o seguimos conformándonos con lo mínimo? ¿Qué medidas concretas deberían tomarse para que la cocina costarricense reciba el reconocimiento que merece y deje de ser un Chunche escondido?
Estos no son comelones cualquiera. Estamos hablando de Benito Gómez, Israel Ramos, Kisko García, Mitsutaka Kawata, Pablo Gonzales… nombres pesados del mundo culinario, además de Chema León, un mago del marketing gastronómico. Se juntaron todos en un evento organizado por el ICT para actualizarse sobre las últimas tendencias, pero también para echarle ojo a lo que estamos haciendo nosotros acá, en el corazón de Centroamérica.
Y parece ser que lo que vieron les gustó bastante. Según ellos, Costa Rica tiene todas las cartas para ofrecer una cocina de primer nivel, basada en ingredientes frescos y sostenibles –algo que hoy en día vale oro– pero que todavía no está siendo contada de la forma correcta. Es decir, tenemos el potencial, pero no estamos aprovechándolo al máximo, nos anda diciendo. ¡Un despiche, vamos!
Gonzales, del restaurante Cabaña Buenavista en Murcia, España, soltó una perla: “Hay que contar la historia de un lugar con la comida y darle valor al producto. La comida refleja un sentimiento y por eso hay que apelar a una emoción. Que el plato hable”. Imagínense, que cada bocado tenga una historia detrás, que te transporte a las montañas de Tarrazú, a las playas del Pacífico Sur o a las selvas del Caribe. Eso sí sería elevar nuestra cocina a otro nivel.
León, por su parte, no se quedó atrás. “Costa Rica tiene una percepción de marca valiosa. Ustedes deben sacarle provecho. Costa Rica puede ofrecer cocina de gran valor que aún no está bien contada”, afirmó. Claro, nadie niega que somos un destino turístico seguro y bello, pero parece que la gastronomía no ha tenido el protagonismo que merece. ¡Y vaya que tenemos cosas ricas para mostrarle al mundo!
Randy Siles, chef costarricense y director Culinario de Enjoy Hotels, recalcó que debemos dejar atrás los complejos y creer en nuestra materia prima. “La importancia de nuestra cocina radica en el producto”, sentenció. Totalmente cierto, mae. Tenemos frutas exóticas, café de primera calidad, mariscos frescos y una variedad de vegetales que da envidia. Lo que necesitamos es aprender a combinarlos con creatividad e ingenio.
Ireth Rodríguez, del ICT, añadió que el turismo gastronómico es estratégico para nuestro desarrollo sostenible. “Genera encadenamientos que benefician a las comunidades, promoviendo la compra local, la conservación de tradiciones y cultura, y contribuyendo al bienestar de las personas”. En otras palabras, invertir en nuestra cocina es invertir en nuestro futuro, impulsar el empleo y fortalecer nuestras raíces.
Ahora, la gran pregunta para reflexionar, compadres: ¿Estamos realmente poniendo toda la carne al asador para promocionar nuestra gastronomía a nivel internacional, o seguimos conformándonos con lo mínimo? ¿Qué medidas concretas deberían tomarse para que la cocina costarricense reciba el reconocimiento que merece y deje de ser un Chunche escondido?