¡Ay, Dios mío, qué bronca! El incendio en la Zona Franca Las Brisas de Desamparados sigue dando dolores de cabeza a los bomberos y a todos los que vivimos por acá. Ya van casi dos días desde que las cosas se prendieron y todavía no pueden meterse a revisar dónde empezó todo este maje.
Como saben, el susto fue tremendo. Una llamarada gigante que asustó a medio barrio y obligó a evacuar a mucha gente. Imagínatelo, la humareda tan densa que parecía que el cielo se quería poner morado. Según los datos oficiales, hablamos de unos 10.000 metros cuadrados calcinados – ¡un terrenazo!, el más grande que han visto en el país en años, dicen los veteranos del cuerpo de bombero.
Lo que más molesta es la demora para saber qué pasó, ¿verdad? Allen Moya, del departamento de investigaciones, explica que están esperando a que el área esté “fría”. Sí, fría, como el corazón de mi ex. Dicen que están moviendo maquinaria pesada, quitando escombros y toda esa vaina. Pero bueno, a esperar, parece que eso va a tomar su buen tiempo. Un brete, vamos.
Y es que la cosa está compleja, mae. No es como prenderle un cerillo a una hoja seca, esto es una Zona Franca, lleno de productos, químicos, quién sabe qué otras cositas peligrosas había allí dentro. Por eso, tienen que ir con mucho cuidado para no meterse en otro problema. Además, al parecer, necesitarán refuerzos, más personal y tal vez hasta expertos en análisis de incendios, si la cosa se pone turbia.
Ahora bien, los bomberos sí se dieron maña para evitar que el fuego se propagara a zonas vecinas. Pura gallardía hicieron esos valientes, trabajando día y noche para controlar las llamas. Dijeron que tuvieron que estar vigilantes para que no se reactivara, porque estos incendios, a veces, te juegan feo y vuelven a encenderse de repente. ¡Qué sal!
El aviso llegó cerca de las once y media de la mañana, y desde entonces, equipos de varias estaciones – Aeropuerto Tobías Bolaños, Alajuela, Cartago, Heredia… ¡una lista larguísima! – andan ahí, echándole ganas. Pero los tiempos de investigación, según Moya, pueden tardar semanas, incluso meses. ¡Meses, diay! Uno se queda pensando en cómo afecta esto a la economía, a las empresas que tenían sus operaciones allá, a la gente que quedó sin trabajo...
Algunos vecinos comentaban que vieron destellos extraños antes de que empezara el incendio, pero nadie sabe si realmente hubo algo raro o simplemente fue producto del nerviosismo. Lo cierto es que la incertidumbre reina en el ambiente. Algunos aseguran que había problemas eléctricos, otros hablan de descuidos con soldaduras... Como siempre, habrá mil teorías, pero hasta que los bomberos terminen su investigación, no sabremos la verdad detrás de esta torta.
Con todo esto, uno se queda pensando: ¿Será que necesitamos invertir más en prevención de incendios y mejorar las medidas de seguridad en estas zonas industriales? O, peor aún, ¿esto revela fallas en los controles y regulaciones que tenemos actualmente? Bueno, fíjate tú, ¿crees que el Estado debería asumir mayor responsabilidad en la supervisión de las Zonas Francas y fortalecer las medidas de seguridad contra incendios para evitar tragedias similares en el futuro?
Como saben, el susto fue tremendo. Una llamarada gigante que asustó a medio barrio y obligó a evacuar a mucha gente. Imagínatelo, la humareda tan densa que parecía que el cielo se quería poner morado. Según los datos oficiales, hablamos de unos 10.000 metros cuadrados calcinados – ¡un terrenazo!, el más grande que han visto en el país en años, dicen los veteranos del cuerpo de bombero.
Lo que más molesta es la demora para saber qué pasó, ¿verdad? Allen Moya, del departamento de investigaciones, explica que están esperando a que el área esté “fría”. Sí, fría, como el corazón de mi ex. Dicen que están moviendo maquinaria pesada, quitando escombros y toda esa vaina. Pero bueno, a esperar, parece que eso va a tomar su buen tiempo. Un brete, vamos.
Y es que la cosa está compleja, mae. No es como prenderle un cerillo a una hoja seca, esto es una Zona Franca, lleno de productos, químicos, quién sabe qué otras cositas peligrosas había allí dentro. Por eso, tienen que ir con mucho cuidado para no meterse en otro problema. Además, al parecer, necesitarán refuerzos, más personal y tal vez hasta expertos en análisis de incendios, si la cosa se pone turbia.
Ahora bien, los bomberos sí se dieron maña para evitar que el fuego se propagara a zonas vecinas. Pura gallardía hicieron esos valientes, trabajando día y noche para controlar las llamas. Dijeron que tuvieron que estar vigilantes para que no se reactivara, porque estos incendios, a veces, te juegan feo y vuelven a encenderse de repente. ¡Qué sal!
El aviso llegó cerca de las once y media de la mañana, y desde entonces, equipos de varias estaciones – Aeropuerto Tobías Bolaños, Alajuela, Cartago, Heredia… ¡una lista larguísima! – andan ahí, echándole ganas. Pero los tiempos de investigación, según Moya, pueden tardar semanas, incluso meses. ¡Meses, diay! Uno se queda pensando en cómo afecta esto a la economía, a las empresas que tenían sus operaciones allá, a la gente que quedó sin trabajo...
Algunos vecinos comentaban que vieron destellos extraños antes de que empezara el incendio, pero nadie sabe si realmente hubo algo raro o simplemente fue producto del nerviosismo. Lo cierto es que la incertidumbre reina en el ambiente. Algunos aseguran que había problemas eléctricos, otros hablan de descuidos con soldaduras... Como siempre, habrá mil teorías, pero hasta que los bomberos terminen su investigación, no sabremos la verdad detrás de esta torta.
Con todo esto, uno se queda pensando: ¿Será que necesitamos invertir más en prevención de incendios y mejorar las medidas de seguridad en estas zonas industriales? O, peor aún, ¿esto revela fallas en los controles y regulaciones que tenemos actualmente? Bueno, fíjate tú, ¿crees que el Estado debería asumir mayor responsabilidad en la supervisión de las Zonas Francas y fortalecer las medidas de seguridad contra incendios para evitar tragedias similares en el futuro?