¡Ay, Dios mío! Se armó un ganzúán tremendo en Costa Rica con el cierre de año de la Lotería Nacional. Parece que la suerte decidió pasear por varios cantones, dejando a algunos vecinos frotándose los ojos con incredulidad y otros ya planeando dónde poner sus billetes.
El Segundo Sorteo Extraordinario de Consolación, que la Junta de Protección Social rifó el domingo pasado, fue pura fiesta de números premiados. Ya saben, esos sorteos donde se puede soñar con cambiar el carrito por un SUV y dejar el brete del trabajo atrás… bueno, este casi le da a unos cuantos la oportunidad de eso.
Como dicen por ahí, “la lana siempre encuentra el camino”. Y vaya que lo encontró. El premio gordo, que repartía unos jugosos ¢900 millones divididos en tres emisiones – ¡eso sí es platal! – se fue a parar entre los cantones de Grecia y Naranjo, en Alajuela. Imaginen la movida que hubo allá, con la gente corriendo a verificar sus boletos y contándole a todos sus primos y comadres.
Pero no solo Alajuela tuvo suerte, eh. El segundo premio, de ¢180 millones, anduvo correteando entre Puntarenas y Orotina, demostrando que la fortuna no discrimina por costa ni por valle central. Y para que nadie se sienta rezagado, el tercer premio de ¢75 millones tocó en Desamparados y Vázquez de Coronado, dos barrios del Gran Área Metropolitana que seguramente están celebrándolo a todo pulmón.
“Ahí les va”, diría mi abuela, porque tampoco nos olvidemos del premio acumulado, que este año llegó con unos impresionantes ¢425 millones. Este premio, distribuido en fracciones, dio esperanza a muchos que le echan sus pujas al azar. Y para rematar, la JPS informó que repartieron ¡100 premios! Cien razones para estar contento en estas fiestas decembrinas. Un cierre de año lleno de alegría y billetes verdes, vamos.
Este sorteo ha puesto a pensar a muchos sobre la importancia de la planificación financiera, aunque sea con una pequeña apuesta ocasional. Claro, hay quienes dicen que jugar a la lotería es tirar el dinero a la basura, pero otros ven esto como una posibilidad, por mínima que sea, de mejorar su calidad de vida. Al final, cada quien decide si quiere arriesgar un par de lunas con la esperanza de ganar la Vara Grande.
Ahora, sí que me pregunto, ¿ustedes qué piensan? Después de ver cómo la suerte se repartió por todo el país, ¿cree que es justo que la Lotería siga siendo una herramienta importante para financiar programas sociales, o debería haber otras formas de recaudar fondos para proyectos del Estado?
Con este cierre de año, la Lotería Nacional nos deja claro que siempre hay espacio para la esperanza y que, aunque la probabilidad sea baja, nunca debemos perder la ilusión de lograr nuestros sueños. ¡Que tengan unas felices fiestas y mucha suerte pa’ el próximo sorteo!
El Segundo Sorteo Extraordinario de Consolación, que la Junta de Protección Social rifó el domingo pasado, fue pura fiesta de números premiados. Ya saben, esos sorteos donde se puede soñar con cambiar el carrito por un SUV y dejar el brete del trabajo atrás… bueno, este casi le da a unos cuantos la oportunidad de eso.
Como dicen por ahí, “la lana siempre encuentra el camino”. Y vaya que lo encontró. El premio gordo, que repartía unos jugosos ¢900 millones divididos en tres emisiones – ¡eso sí es platal! – se fue a parar entre los cantones de Grecia y Naranjo, en Alajuela. Imaginen la movida que hubo allá, con la gente corriendo a verificar sus boletos y contándole a todos sus primos y comadres.
Pero no solo Alajuela tuvo suerte, eh. El segundo premio, de ¢180 millones, anduvo correteando entre Puntarenas y Orotina, demostrando que la fortuna no discrimina por costa ni por valle central. Y para que nadie se sienta rezagado, el tercer premio de ¢75 millones tocó en Desamparados y Vázquez de Coronado, dos barrios del Gran Área Metropolitana que seguramente están celebrándolo a todo pulmón.
“Ahí les va”, diría mi abuela, porque tampoco nos olvidemos del premio acumulado, que este año llegó con unos impresionantes ¢425 millones. Este premio, distribuido en fracciones, dio esperanza a muchos que le echan sus pujas al azar. Y para rematar, la JPS informó que repartieron ¡100 premios! Cien razones para estar contento en estas fiestas decembrinas. Un cierre de año lleno de alegría y billetes verdes, vamos.
Este sorteo ha puesto a pensar a muchos sobre la importancia de la planificación financiera, aunque sea con una pequeña apuesta ocasional. Claro, hay quienes dicen que jugar a la lotería es tirar el dinero a la basura, pero otros ven esto como una posibilidad, por mínima que sea, de mejorar su calidad de vida. Al final, cada quien decide si quiere arriesgar un par de lunas con la esperanza de ganar la Vara Grande.
Ahora, sí que me pregunto, ¿ustedes qué piensan? Después de ver cómo la suerte se repartió por todo el país, ¿cree que es justo que la Lotería siga siendo una herramienta importante para financiar programas sociales, o debería haber otras formas de recaudar fondos para proyectos del Estado?
Con este cierre de año, la Lotería Nacional nos deja claro que siempre hay espacio para la esperanza y que, aunque la probabilidad sea baja, nunca debemos perder la ilusión de lograr nuestros sueños. ¡Que tengan unas felices fiestas y mucha suerte pa’ el próximo sorteo!
