l búho se cansó de solo recordarnos que olvidamos la lección de francés. Ahora también viene a humillarnos en el tablero. Desde hoy, el curso de ajedrez de Duolingo está disponible oficialmente para usuarios de Android, después de varios meses de exclusividad para iOS. Así que si usted pensaba que no era lo suyo eso de mover peones y pensar más de dos jugadas adelante, ahora no hay excusa: el búho lo va a entrenar, lo va a corregir, y lo va a mirar con decepción si se le ocurre rendirse.
Esta expansión marca el segundo gran paso en la estrategia de Duolingo por diversificar sus cursos más allá del aprendizaje de idiomas. Porque claro, enseñar francés, japonés y klingon era entretenido, pero ¿y si además enseñamos algo donde los errores se castigan con jaque mate? La idea, aunque suene absurda, ha resultado ser extrañamente atractiva: miles de usuarios en iOS se sumaron a la versión beta del curso, y ahora los millones que usan Android también podrán ser parte del experimento.
El curso —al menos en su versión inicial— está disponible en inglés, aunque con la familiar estructura de “lecciones cortas”, niveles desbloqueables, recompensas coloridas y ese toque pasivo-agresivo que ya caracteriza a la app. Pero lo más llamativo es la incorporación de un personaje nuevo: Óscar, un maestro de ajedrez virtual que lo acompañará en cada lección. Óscar no sonríe. Óscar no perdona. Y si se equivoca, probablemente lo mire con una mezcla de lástima y resignación que ni su ex logró replicar.
Entre los contenidos disponibles se incluyen desde los movimientos básicos de las piezas hasta estrategias intermedias y partidas completas contra el propio Óscar. La promesa de Duolingo es ambiciosa: si uno completa el curso y realmente practica, puede alcanzar un nivel de juego equivalente a un Elo de 1500. O sea, lo suficiente como para no ser ridiculizado en una partida casual, pero tampoco para ganarle al primo nerd que aprendió con libros soviéticos y abrió una cuenta en Chess.com a los 12 años.
Más allá de lo lúdico, la llegada del curso de ajedrez a Android también evidencia una verdad incómoda: muchas apps siguen priorizando primero a los usuarios de iOS, como si la inteligencia o el deseo de aprender se midiera por el tipo de teléfono. Por dicha, en esta ocasión, la brecha se cerró rápido. Pero no deja de ser curioso cómo algunas innovaciones parecen tener un pasaporte dorado que pasa por Cupertino antes de llegar al resto del mundo.
En un mundo donde el algoritmo premia lo inmediato y lo desechable, el ajedrez parece ser una apuesta contra el apuro. Una forma de entrenar la paciencia, la lógica y, por qué no, la capacidad de perder con elegancia. Que lo enseñe una app que hasta hace poco nos daba coronas por saber decir “el gato come pan” en italiano, es quizá lo más distópico —y encantador— del panorama educativo actual.
Así que ya lo sabe: si ve al búho en su celular, no le huya. Acéptelo. Haga su lección. Y prepárese para ser humillado con clase por un ave digital con acento pedagógico y mirada fría como el final de un mate pastor.
Esta expansión marca el segundo gran paso en la estrategia de Duolingo por diversificar sus cursos más allá del aprendizaje de idiomas. Porque claro, enseñar francés, japonés y klingon era entretenido, pero ¿y si además enseñamos algo donde los errores se castigan con jaque mate? La idea, aunque suene absurda, ha resultado ser extrañamente atractiva: miles de usuarios en iOS se sumaron a la versión beta del curso, y ahora los millones que usan Android también podrán ser parte del experimento.
El curso —al menos en su versión inicial— está disponible en inglés, aunque con la familiar estructura de “lecciones cortas”, niveles desbloqueables, recompensas coloridas y ese toque pasivo-agresivo que ya caracteriza a la app. Pero lo más llamativo es la incorporación de un personaje nuevo: Óscar, un maestro de ajedrez virtual que lo acompañará en cada lección. Óscar no sonríe. Óscar no perdona. Y si se equivoca, probablemente lo mire con una mezcla de lástima y resignación que ni su ex logró replicar.
Entre los contenidos disponibles se incluyen desde los movimientos básicos de las piezas hasta estrategias intermedias y partidas completas contra el propio Óscar. La promesa de Duolingo es ambiciosa: si uno completa el curso y realmente practica, puede alcanzar un nivel de juego equivalente a un Elo de 1500. O sea, lo suficiente como para no ser ridiculizado en una partida casual, pero tampoco para ganarle al primo nerd que aprendió con libros soviéticos y abrió una cuenta en Chess.com a los 12 años.
Más allá de lo lúdico, la llegada del curso de ajedrez a Android también evidencia una verdad incómoda: muchas apps siguen priorizando primero a los usuarios de iOS, como si la inteligencia o el deseo de aprender se midiera por el tipo de teléfono. Por dicha, en esta ocasión, la brecha se cerró rápido. Pero no deja de ser curioso cómo algunas innovaciones parecen tener un pasaporte dorado que pasa por Cupertino antes de llegar al resto del mundo.
En un mundo donde el algoritmo premia lo inmediato y lo desechable, el ajedrez parece ser una apuesta contra el apuro. Una forma de entrenar la paciencia, la lógica y, por qué no, la capacidad de perder con elegancia. Que lo enseñe una app que hasta hace poco nos daba coronas por saber decir “el gato come pan” en italiano, es quizá lo más distópico —y encantador— del panorama educativo actual.
Así que ya lo sabe: si ve al búho en su celular, no le huya. Acéptelo. Haga su lección. Y prepárese para ser humillado con clase por un ave digital con acento pedagógico y mirada fría como el final de un mate pastor.