¡Ay, mae! Quién iba a decir que íbamos a recibir una noticia así. La farándula centroamericana está de luto porque se nos fue Raquel Escalante, la presentadora guatemalteca que iluminaba cualquier escenario con su carisma. Un golpe duro pa’ toda la región, sinceramente.
Raquel, como bien sabemos, no solo era un rostrito lindo en la tele. Era pura entrega, disciplina y talento. Desde pequeña, ya estaba participando en concursos de belleza, pavoneándose como Dios manda, y luego le agarró el gusto a las cámaras y a los escenarios. Se comía la actuación, la modelaje, y claro, la conducción, dejándolo todo puesto.
Para muchos, Raquel representaba la personificación del esfuerzo y la perseverancia. Empezó con pequeños pasos, pisando fuerte en los concursos internacionales –Miss City Tourism World, Miss Tourism World, hasta Miss Guatemala Intercontinental– demostrando que sí se puede llegar si te lo propones. No fue fácil, ni mucho menos, pero ella se fajó, y mira nomás qué lejos llegó. Todos acá en Costa Rica vimos su trayectoria ascendiendo con orgullo.
Pero la vida, como decimos por acá, es una vara llena de sorpresas, algunas buenas, otras… pues no tanto. En febrero del año pasado, Raquel recibió un mazazo: le diagnosticaron cáncer. Al principio hubo esperanza, remisiones, tratamientos… Pero el cáncer, como un chunche pesado, regresó con ganas, pegándole con más fuerza de lo que nadie esperaba. Ay, qué sal!
Y aunque luchó con valentía, con esa garra que la caracterizaba, lastimosamente, no pudo vencer la enfermedad. Falleció el jueves pasado, dejando un vacío enorme en sus familiares, amigos y, por supuesto, en todos sus fans que la seguían con el corazón en la mano. La noticia cayó como una bomba, prendiéndole fuego a las redes sociales, llenas de mensajes de condolencias y buenos deseos para su familia. Ver tantos comentarios, realmente da qué pensar.
Muchos recuerdan su sonrisa contagiosa, su voz cálida, su elegancia innata. Era una verdadera carga positiva en la pantalla chica, iluminando cada programa con su presencia. Compartió con nosotros sus alegrías, sus tristezas y hasta sus miedos durante estos tiempos difíciles, mostrándonos su vulnerabilidad y fortaleza a partes iguales. Un ejemplo de cómo afrontar la adversidad con dignidad y coraje, sin perder la esencia de quien uno es.
Ahora, mientras reflexionamos sobre su legado y recordamos los momentos que nos regaló en la televisión, es importante recordar a todas esas personas que están librando batallas similares en silencio. Que esto nos sirva para valorar aún más la vida y apoyar a quienes necesitan nuestro consuelo y ayuda. Es una pena que una vara tan prometedora se haya ido tan pronto.
¿Ustedes creen que, a pesar de la tristeza que produce esta pérdida, la historia de Raquel Escalante debería servir de inspiración para fomentar campañas de concientización sobre la detección temprana del cáncer y brindar apoyo emocional a pacientes y sus familias?
Raquel, como bien sabemos, no solo era un rostrito lindo en la tele. Era pura entrega, disciplina y talento. Desde pequeña, ya estaba participando en concursos de belleza, pavoneándose como Dios manda, y luego le agarró el gusto a las cámaras y a los escenarios. Se comía la actuación, la modelaje, y claro, la conducción, dejándolo todo puesto.
Para muchos, Raquel representaba la personificación del esfuerzo y la perseverancia. Empezó con pequeños pasos, pisando fuerte en los concursos internacionales –Miss City Tourism World, Miss Tourism World, hasta Miss Guatemala Intercontinental– demostrando que sí se puede llegar si te lo propones. No fue fácil, ni mucho menos, pero ella se fajó, y mira nomás qué lejos llegó. Todos acá en Costa Rica vimos su trayectoria ascendiendo con orgullo.
Pero la vida, como decimos por acá, es una vara llena de sorpresas, algunas buenas, otras… pues no tanto. En febrero del año pasado, Raquel recibió un mazazo: le diagnosticaron cáncer. Al principio hubo esperanza, remisiones, tratamientos… Pero el cáncer, como un chunche pesado, regresó con ganas, pegándole con más fuerza de lo que nadie esperaba. Ay, qué sal!
Y aunque luchó con valentía, con esa garra que la caracterizaba, lastimosamente, no pudo vencer la enfermedad. Falleció el jueves pasado, dejando un vacío enorme en sus familiares, amigos y, por supuesto, en todos sus fans que la seguían con el corazón en la mano. La noticia cayó como una bomba, prendiéndole fuego a las redes sociales, llenas de mensajes de condolencias y buenos deseos para su familia. Ver tantos comentarios, realmente da qué pensar.
Muchos recuerdan su sonrisa contagiosa, su voz cálida, su elegancia innata. Era una verdadera carga positiva en la pantalla chica, iluminando cada programa con su presencia. Compartió con nosotros sus alegrías, sus tristezas y hasta sus miedos durante estos tiempos difíciles, mostrándonos su vulnerabilidad y fortaleza a partes iguales. Un ejemplo de cómo afrontar la adversidad con dignidad y coraje, sin perder la esencia de quien uno es.
Ahora, mientras reflexionamos sobre su legado y recordamos los momentos que nos regaló en la televisión, es importante recordar a todas esas personas que están librando batallas similares en silencio. Que esto nos sirva para valorar aún más la vida y apoyar a quienes necesitan nuestro consuelo y ayuda. Es una pena que una vara tan prometedora se haya ido tan pronto.
¿Ustedes creen que, a pesar de la tristeza que produce esta pérdida, la historia de Raquel Escalante debería servir de inspiración para fomentar campañas de concientización sobre la detección temprana del cáncer y brindar apoyo emocional a pacientes y sus familias?
