¡Ay, Dios mío! Qué bronca esto del caso Randall Gamboa. Se armó toda una polémica en el Plenario Legislativo ayer, con un minuto de silencio y todo, pero la gente está preguntándose si realmente van a hacer algo más que eso, ¿eh? El pobre hombre regresa al país prácticamente agonizando después de meses en manos del ICE allá en Estados Unidos, y ahora resulta que la Cancillería todavía no tiene respuesta de cómo se manejó eso.
Todo empezó cuando los diputados, Priscilla Vindas del Frente Amplio y Carlos Felipe García del PUSC – que ahí andan haciendo ruido, como siempre– cuestionaron a la Cancillería por su aparente lentitud en pedirle cuentas a las autoridades estadounidenses. Según contaron algunos presentes, la tensión se podía cortar con un cuchillo; los ánimos estaban caldeados y la presión sobre el Ministro era evidente. Aprobación de la moción de silencio, sí, pero muchos se quedaron pensando qué más se puede hacer para evitar que una tragedia como esta se repita.
Como recordarán, Randall Gamboa Esquivel, un señor ya bien mayor, fue deportado desde Estados Unidos debido a problemas migratorios. Regresó a Costa Rica en un vuelo ambulancia, pasó casi dos meses en el hospital y lamentablemente falleció poco después. El estado en el que llegó al país, con complicaciones severas de salud, levantó ampollas y generó una ola de indignación generalizada. Muchos se preguntan cómo pudo llegarse a tal extremo, especialmente considerando la edad avanzada y las condiciones vulnerables del señor Gamboa.
“El Plenario Legislativo expresa solidaridad con su familia y con todas las personas migrantes que enfrentan procesos similares, reiterando el compromiso de la Asamblea Legislativa con la dignidad humana, la justicia y el respeto de los derechos fundamentales”, rezaba la moción aprobada con 44 votos. Suena bonito en papel, diay, pero la gente quiere ver acciones, no solo palabras huecas. La verdad, parece que estamos dando vueltas y vueltas y el asunto no avanza ni poquito. Uno se queda pensando, ¿hasta cuándo vamos a seguir siendo cómplices de estas injusticias?
Según información obtenida, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto tardó bastante en emitir algún comunicado oficial sobre el fallecimiento. Cuando finalmente lo hicieron, fue a través de un simple mensaje de WhatsApp, lo cual muchos interpretaron como falta de sensibilidad ante la gravedad de la situación. “¡Qué poca pena!”, exclamaba doña Rosa, vecina del pueblo de Gamboa, con quien platicamos esta mañana. Esa actitud, aunque sea involuntaria, solo alimenta la frustración de la población.
La oposición ha aprovechado el momento para criticar duramente la gestión del gobierno en materia de política exterior. Argumentan que Costa Rica debería haber tomado cartas en el asunto mucho antes y haber exigido una investigación exhaustiva sobre las condiciones en las que Gamboa estuvo detenido en Estados Unidos. Algunos incluso hablan de la posibilidad de presentar una denuncia formal ante organismos internacionales, buscando así presionar a las autoridades estadounidenses a rendir cuentas. ¡Qué brete se metieron!
Este caso reabre el debate sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección consular para los ciudadanos costarricenses en el extranjero, especialmente aquellos que se encuentran en situaciones vulnerables. La comunidad migrante espera que el Congreso tome medidas concretas para garantizar que nadie más tenga que pasar por la pesadilla que vivió el señor Gamboa y su familia. Hay que ponerle lupa a esto, porque si no, seguimos viendo cómo nuestros compatriotas sufren injusticias lejos de casa.
Ahora, la gran pregunta que queda flotando en el aire es: ¿Será que este caso servirá para impulsar cambios reales en la política migratoria y consular de Costa Rica, o simplemente quedará como otra historia triste en la memoria nacional? ¿Creen ustedes que la Cancillería deberá tomar medidas más contundentes frente al gobierno estadounidense para esclarecer lo sucedido y evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir? Déjenme leer sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan sobre este tema tan delicado!
Todo empezó cuando los diputados, Priscilla Vindas del Frente Amplio y Carlos Felipe García del PUSC – que ahí andan haciendo ruido, como siempre– cuestionaron a la Cancillería por su aparente lentitud en pedirle cuentas a las autoridades estadounidenses. Según contaron algunos presentes, la tensión se podía cortar con un cuchillo; los ánimos estaban caldeados y la presión sobre el Ministro era evidente. Aprobación de la moción de silencio, sí, pero muchos se quedaron pensando qué más se puede hacer para evitar que una tragedia como esta se repita.
Como recordarán, Randall Gamboa Esquivel, un señor ya bien mayor, fue deportado desde Estados Unidos debido a problemas migratorios. Regresó a Costa Rica en un vuelo ambulancia, pasó casi dos meses en el hospital y lamentablemente falleció poco después. El estado en el que llegó al país, con complicaciones severas de salud, levantó ampollas y generó una ola de indignación generalizada. Muchos se preguntan cómo pudo llegarse a tal extremo, especialmente considerando la edad avanzada y las condiciones vulnerables del señor Gamboa.
“El Plenario Legislativo expresa solidaridad con su familia y con todas las personas migrantes que enfrentan procesos similares, reiterando el compromiso de la Asamblea Legislativa con la dignidad humana, la justicia y el respeto de los derechos fundamentales”, rezaba la moción aprobada con 44 votos. Suena bonito en papel, diay, pero la gente quiere ver acciones, no solo palabras huecas. La verdad, parece que estamos dando vueltas y vueltas y el asunto no avanza ni poquito. Uno se queda pensando, ¿hasta cuándo vamos a seguir siendo cómplices de estas injusticias?
Según información obtenida, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto tardó bastante en emitir algún comunicado oficial sobre el fallecimiento. Cuando finalmente lo hicieron, fue a través de un simple mensaje de WhatsApp, lo cual muchos interpretaron como falta de sensibilidad ante la gravedad de la situación. “¡Qué poca pena!”, exclamaba doña Rosa, vecina del pueblo de Gamboa, con quien platicamos esta mañana. Esa actitud, aunque sea involuntaria, solo alimenta la frustración de la población.
La oposición ha aprovechado el momento para criticar duramente la gestión del gobierno en materia de política exterior. Argumentan que Costa Rica debería haber tomado cartas en el asunto mucho antes y haber exigido una investigación exhaustiva sobre las condiciones en las que Gamboa estuvo detenido en Estados Unidos. Algunos incluso hablan de la posibilidad de presentar una denuncia formal ante organismos internacionales, buscando así presionar a las autoridades estadounidenses a rendir cuentas. ¡Qué brete se metieron!
Este caso reabre el debate sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección consular para los ciudadanos costarricenses en el extranjero, especialmente aquellos que se encuentran en situaciones vulnerables. La comunidad migrante espera que el Congreso tome medidas concretas para garantizar que nadie más tenga que pasar por la pesadilla que vivió el señor Gamboa y su familia. Hay que ponerle lupa a esto, porque si no, seguimos viendo cómo nuestros compatriotas sufren injusticias lejos de casa.
Ahora, la gran pregunta que queda flotando en el aire es: ¿Será que este caso servirá para impulsar cambios reales en la política migratoria y consular de Costa Rica, o simplemente quedará como otra historia triste en la memoria nacional? ¿Creen ustedes que la Cancillería deberá tomar medidas más contundentes frente al gobierno estadounidense para esclarecer lo sucedido y evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir? Déjenme leer sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan sobre este tema tan delicado!